Capítulo 39: Había una vez, dos asesinos

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Los capitanes se encerraron en la oficina de Erwin

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Los capitanes se encerraron en la oficina de Erwin.

Él se sentaba adolorido en su asiento frente al escritorio.
Daira no sabía que tenía una pierna rota hasta ahora. Además de su brazo, claro.

-Ayer cuando llegaste olvidé decirte algo, Daira-

Ella solo lo mira.

-He nombrado a Nanaba, nueva capitana de escuadrón- la nombrada entra y hace el saludo militar.

Daira asiente sin más.

-Levi y Daira, son los únicos en buen estado para una misión, deben avisarle al generalisimo que la M.R.B está en la ciudad subterránea, no vuelvan hasta dar con Kenny Ackerman, no pueden permitir que entregue el chip inibidor- ordena.

Levi se adelanta y lo mira.
-Tal vez tardemos días-

-Lleven sus trajes, Darius Zackly quiere dar con los enmascarados- dice Hanji.

-Los quiere en un tribunal- se opone Daira.

-No puedo negar ordenes del generalisimo, Daria- explica Erwin.
-Tomen dinero suficiente-

-Si señor- responden ambos.

-Hanji y Nanaba, ustedes deben interrogar al pastor Nick, no vamos a soltarlo hasta que hable, y no podemos usar los poderes de Daira con él-

-¿Por qué no, comandante?- pregunta la rubia más alta.

-Hace unos meses, nos enteramos que la M.R.B estaba infiltrada en el culto también, y en el golpe de Stohess, descubrimos que usan tecnología para comunicarse a distancia- explica Erwin.
-No podemos confiarnos a que la M.R.B descubra que Daira sigue con vida-

-¿Crees que Nick sea de la M.R.B?- Pregunta Daira con el ceño fruncido.

-Solo no quiero cabos sueltos-

-Hanji, dame la dirección de la costurera que hizo los trajes- pide Daira dando unos pasos hacia ella.

Hanji camina al escritorio de Erwin y toma una hoja y una pluma.
-Claro, pero, ¿para qué lo necesitas?-

Daira se sonrojo un poco pero supo que tenía que decirlo.
-Rompí el mio en el golpe de Stohess durante en la explosión-

Hanji le da la hoja con la dirección y asiente.
-Solo ella puede remendar ese problema, según esto es de un material unico, pero procuren no llamar la atenión- Daira asiente.

Levi toma la mano de Daira y la jala hacia él para hacerla caminar.

-Vamonos, hay una misión-

Así, ambos se van hacia el establo, y tomando sus caballos, comienzan un largo camino hacia la cede de las tres tropas.

Sabiendo que no llegarían hoy, se adentraron al pueblo y buscaron un buen sitio para quedarse.

Y mientras cabalgaban, la charla amenó.

D E S C O N T R O L | LevixreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora