Capítulo 41: El Pentagono

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Daira sintió una sensación de cosquilleo en su nuca que la hizo despertar

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Daira sintió una sensación de cosquilleo en su nuca que la hizo despertar.

Abrió los ojos lentamente, mientras poco a poco se daba cuanta de la oscuridad de la madrugada.

Giró su rostro encontrando a Levi que también la miró.
Había estado acariciando su piel y besando su nuca con mucho cariño y suavidad.

Daira se sonrojó de inmediato mientras que Levi solo se acercó para besarla en los labios.
-Que bueno que despiertas- dice entre besos -Es hora de irnos-

Daira acarició su mejilla y asintió.
-ok-
Levi asintió y la liberó del abrazo para dejarla ir.

Mientras tanto, él se encargó de tomar todas sus cosas y contar el dinero que pagarían por la noche.

Daira no podía usar su traje especial debido a todos dos agujeros y rasgaduras que tenía.
Así que luego de que pagaran, buscaron la dirección de la costurera que había hecho sus trajes.

El camino duró apenas diez minutos a caballo.
Casi llegando a la entrada de Sina, habían muchos locales de telas, calzado, costurería y accesorios de temporada.

En esa calle, cada local estaba dividido por un callejón donde dejaban los botes de basura, excepto por el de en medio que no era un callejón, si no la entrada de un local que estaba muy atrás.

"Ameline's" decía en la madera rosa sobre la puerta de cristal con marco metalico.

En sus ventanas se exibían vestidos de novia, trajes de novio, y más ropa elegante de muy buena calidad.

-No entiendo como una tienda tan sofisticada está tan escondida- dice Levi caminando por aquel pasillo estrecho hasta estar frente a la puerta.

El letrero decía "Abierto" así que Daira tomó su traje roto con una sola mano y empujó la puerta con la otra.

La puerta accionó una campanita que anunció su llegada.

Había otro mostrador al frente, de donde salió una mujer muy alta de cabello pelirrojo casi anaranjado.
Era esponjoso y melenudo, con rizos bien definidos.

Ambos capitanes quedaron sorprendidos, jamás habían visto a nadie así.

La mujer sonrió tan grande, mostrando sus dientes perfectos.
Sus ojos eran muy azules y sus labios estaban pintados de rojo.

-¡Bienvenidos a Ameline's!, soy Ameline- ríe como si contara ese chiste cada que alguien entraba.
-¿Que puedo hacer por ustedes?-

-Amm, bueno-

-¡Ah, ya sé!- interrumpe la pelirroja a Daira y los señala.
-Buscan un vestido y un traje para su boda, ¿no es cierto?-

-No.- negó Levi con tono serio, pero Ameline pareció no escucharlo mientras reía y salía del mostrador para acercarse a ambos.

D E S C O N T R O L | LevixreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora