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El viento frío chocaba en mi cara, El sol ya había salido y la vista desde el balcón era realmente  hermosa.
Era nuestro cuarto día en la playa, veníamos pasando días muy lindos a decir verdad, ahora todavía todos dormían, excepto yo.
Di vueltas por el balcón, con aquella carta en mis manos. La cual había llegado ayer, no entendía ni como, ni porque, pero me había encontrado.
Después de varias horas decidí volver a leerla. 

"Hermanita, perdón por no escribirte ni buscarte antes, estaba ocupada, rehaciendo mi vida, encontrándome conmigo misma y descubriéndome como madre y como mujer.
Te cuento... tienes un hermoso sobrino de once meses, se llama Tahiel, tiene los ojos iguales a los tuyos y la misma locura y simpatía que vos, cada vez que lo veo me hace acordar a vos. Te extrañó mucho y se que reconstruiste tu vida, se que volviste a encontrar a Michael. Asique decidí estar cerca tuyo, búscame entre la gente, piensa en mis lugares favoritos... Me encontrarás.

Te quiero, Jessica."

Sonreí y dejé la carta sobre la mesa de noche. 'Tahiel' ella siempre soñó con ponerle ese nombre a su hijo, y ahora lo había logrado, estaba segura que ese bebé era tan hermoso como ella.

Volví a mirar a Duff y dormía muy relajado, su cabello caía alborotado sobre su rostro y su espalda desnuda dejaba ver algunos lunares y parte de sus tatuajes, se veía jodidamente tierno y sexy. 

Tomé mi chaqueta y salí del cuarto, tratando de no hacer ruido y no despertar a nadie. Una vez fuera de la casa prendí un cigarro y empece a caminar, pensando donde podía encontrarla. Camine durante unos cuantos minutos hasta llegar a la playa, era muy temprano y no había nadie, el sol ya había pintado el cielo completamente de azul y solo se oía la olas del mar. Me senté en la arena y dibuje el nombre de Duff junto al mio, estaba relajada, disfrutando el momento conmigo misma. Pero grande fue mi sorpresa, cuando unas manitos chiquitas se enredaron en mi cabello, sentí mi corazón latir fuertemente, como si se fuera a salir de mi pecho. Con un nudo en la garganta me giré levemente y vi a un hermoso bebé que estaba en sus brazos, ambos agachados a mi lado, el jugaba con mi cabello y ella me miraba con una sonrisa pintada en sus labios.

-Jessi...- Susurre ahogando un sollozo.

-¡Xime, te extrañe hermanita! - Se abalanzo a abrazarme y llorar en mi hombro, así nos quedamos durante unos cuantos minutos, era mucho tiempo sin vernos, sin abrazarnos y sin saber nada la una de la otra.

-Yo también te extrañe y estoy muy feliz de encontrarte.- Sonreí mientras agarraba al bebé en brazos.

-Ahora sos tía, tenemos mucho para hablar...- Agachó la mirada, algo apenada.

-Tenemos tiempo para hablar de todo, y el es hermoso y igualito a vos.- Señalé al ver sus pequitas y la misma nariz.

-Si, también tiene muchas cosas tuyas, principalmente el carácter, pero es muy tierno. - Seco una lágrima y beso la cabeza del pequeño.

-¿Que pasa nena?- Pregunte al ver su expresión angustiada, llena de bronca y dolor. - ¿Fuiste feliz estos años...?

- De hecho...- Se sentó a mi lado mientras que yo jugaba con las manitos del bebé, quien me miraba curioso.- Verás... paseamos por muchos lugares, nos fuimos de mochileros, pasamos por varios países y la pasamos muy bien, después teníamos que volver y no teníamos plata, pasamos por muchas situaciones difíciles y otras no tanto.

-¿Entonces?- Pregunte mirándola de perfil.

-Nos metimos en algunos problemas legales, pero pudimos resolverlos por el momento. Aunque ahora tenemos un juicio.- Susurro y abrí grande los ojos, ella no era de meterse en problemas, ese era mi rol. Ella siempre había sido una chica correcta y yo un desastre con patas, ella siempre me salvaba cuando estaba en problemas y yo vivía en problemas realmente.

Don't cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora