Sentirse Vivo.

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El 25 de enero había llegado. El cielo azul penetrante, el olor del mar y el cantar de los pájaros, todo se veía realmente hermoso y perfecto, como sacado de un cuento de hadas, parecía irreal. Pero eso es lo lindo de la vida, tiene momentos únicos, perfectos, que nos hacen sentir realmente vivo.

"Vivimos sumergidos en la rutina de todos los días, y no nos damos cuenta que cada día, cada momento, cada instante, cada segundo de nuestras vidas es único. Tenemos que aprender a disfrutar más, a vivir intensamente, a valorar cada cosa que nos pasa. Las cosas que nos hacen sentir realmente vivos son las cosas que vencen a la muerte, las que perduran en el tiempo. Porque el éxtasis, la felicidad, es trascender. Es el momento en que todos somos eternos y estamos vivos de verdad.
Te sentís vivo no cuando la vida pasa, sino cuando vos pasas por la vida, cuando perdés el miedo a morir y a vivir. Te sentís vivo cuando sabes que cada momento es único, irrepetible, cuando sabes que nada empezó con vos y nada terminará con vos."

El viento chocando en nuestras caras, el ruido de las olas golpeando las piedras y las rosas de colores brillantes a un costado del pequeño e improvisado altar, todo estaba organizado y decorado perfectamente para la ocasión.

Steven llevaba un pantalón de vestir negro, camisa blanca, corbata y sacó haciendo juego con el traje, sus cabellos revueltos se despeinaban más por el viento y su cara de nerviosismo nos hacía dar gracia, no paraba de preguntar a cada rato si su mujer llegaría a tiempo.

-¡Quédate quieto Steven! Ya casi es hora.- Regaño Izzy, acomodándole la corbata.

-Pero estoy nervioso, ¿y si se arrepiente?.

-No Steven, no se va a arrepentir, esta tan nerviosa como vos.- Comentó Katy a un lado de Steven, todos estábamos en la primera fila, sentados en esas sillas blancas, con retoques en negro.

-La dejamos lista y hermosa para vos, en cuanto sea la hora ella llegara.- Asentí entusiasmada, mientras comía un canapé.

La habíamos arreglado en el departamento de Katy y habían puesto una carpa en la playa, para que ella espere ahí al llegar. Además habían contratado un cura, para la boda simbólica y además la jueza para el civil, todo sería ahí mismo, estaba muy bien organizado y estábamos seguras que saldría todo muy hermoso.

-Esta bien, estaré tranquilo, ya casi es hora y ella estará tan hermosa y radiante como siempre, no tengo dudas de eso.- Se acomodó en su lugar, esperando. Duff estaba en la punta junto a él, yo en medio y Slash a mi lado, acompañándome en la comida, luego Axl, Katy e Izzy, nos habíamos acomodado así, no sabíamos porque pero no importaba.

-Amor... ¿no podías esperar a que termine la ceremonia para comer?- Duff me miro atento, haciendo mueca.

-Tengo hambre, ¿que quieres que haga?- Me queje, levemente, mientras terminaba de comer y agarraba un sándwich.

Había tenido un ataque con el vestido en la tarde. Era cortito por la rodilla, de un color azul, sin mangas, pero me había agarrado un ataque porque no me gustaba como me quedaba.
Katy en cambio tenía uno rojo, con la espalda al aire y también cortó por la rodilla, Izzy casi se muere cuando la vio.

-Pero comiste todo el día hoy.- Me saco el sándwich, para terminar de comerlo el.

-¿Me estas diciendo gorda?- Reproche ofendida.

-No amor, pero estas comiendo mucho últimamente, te va a hacer mal.- Me abrazó por la cintura, recargando el mentón en mi hombro.

-Pero si no comí nada hoy.- Hice puchero.

-Amor... hoy te comiste una hamburguesa, medio kilo de helado vos sola, dos paquetes de papa fritas, media docena de churro y un sándwich completo de milanesa.- Me miro con obviedad.

Don't cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora