La última vez que me dio una tos fatal, me enviaron con un doctor recién graduado.
Según mis padres decían, era bastante bueno para ser nuevo.
Cuando entré al consultorio a esperar mi turno, una chica bastante atractiva me miró y me guiñó el ojo. Sólo le sonreí y tomé asiento junto a una ancianita que estaba tejiendo a crochet.
Esperé diez minutos.
Un señor alto y panzón salió por la puerta y saludó a la recepcionista, luego se retiró con pasos bastante graciosos. Por el marco se asomó el doctor.
¿Vieron esas películas de amor donde el chico se enamora perdidamente apenas ve a la chica? Bueno, ese sería mi caso, pero con un chico.
Se veía hermoso, tenía el pelo corto y desordenado y era bajito y pequeño, lo que me dio mucha ternura, porque su bata le quedaba grande.
Los ojos marrones se centraron en la lista y levantó la vista a la sala de espera.
-Kendall Knight -dijo. Me cautivó su voz aguda. No era un agudo molesto, sonaba perfecto para cómo era él.
Levanté la mano. -Yo.
Caminé hasta el doctor y le extendí una mano (la educación ante todo). Él la estrechó gustoso y me hizo pasar a donde me atendería.
Como era de esperarse, todo era blanco y sobrio. En las paredes habían posters de salud cardíaca, lo que no entendí, si este era un otorrinolaringólogo. Me encogí de hombros y me senté en la silla frente a él. Nos separaba un escritorio color verde oliva, donde se apoyó y anotó un par de cosas en una pequeña hojita de papel.
-Bien, Kendall. Dime, ¿qué es lo que tienes? ¿Problemas de sordera? ¿Resfriado severo? ¿Paperas?
Ambos nos reímos por lo bajo.
-No, sólo es un dolor de garganta -respondí-. Y quería saber qué me podría servir para calmarlo.
-Hum -dice, y se puso unos guantes de latex, luego tomó uno de esos palitos que parecen de helados y me sonrió-. Di "AAAAAAAH".
Reí e hice lo que me pidió. Apoyó ese palo en mi lengua, y con una pequeña linterna iluminó mi garganta. Noté que torció la boca en una mueca antes de que me soltara.
-Bueno... Está un poco inflamado, pero muy colorado. Yo diría que tomaras estos caramelos, son antibióticos... -entonces anotó el nombre del medicamento y luego firmó y selló la hoja. Me la pasó y ambos nos levantamos.
-Muchas gracias, doctor.
-Dime Logan -dijo, con una enorme sonrisa.
-De acuerdo. Muchas gracias, Logan.
Me di media vuelta y me obligué a salir lo más rápido que pudiera de allí.Desde entonces finjo que me duele mucho la garganta, o que no oigo bien, o que estoy resfriado, tan sólo para verlo a él.
A Logan.
Una vez pasé caminando por el consultorio cuando ya cerraba, y vi a MI doctor besando a una rubia despampanante. Mi corazón se rompió en mil pedazos, porque sabía que jamás se fijaría en mí.
Estuve un mes tratando de recuperarme de ese dolor tan horrible.
Pero yo aún lo amo, y cada mes finjo enfermarme tan sólo para ver esa sonrisa, que aunque no sea mía, siempre me cautiva como la primera vez.
CRÉDITOS: a mi amiga Lau por la idea@WooHooDM
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FanfictionEstos son nuestros fanfictions Kogan. Esperamos que les gusten ♥