FANFICS CORTOS

Dancing with a star.

Bendita sea la hora en que James me recomendó entrar en Bailando con las Estrellas.
Estaba aburrido, y sabiendo que no iba a hacer nada en por lo menos seis meses, pensé que sería buena idea.

Esta semana me toca bailar un género a elección, pero mi pareja Sarah, una morena despampanante, se dobló el tobillo la semana pasada luego de nuestro turno. Al parecer lo tenía sentido desde hacía meses, mientras practicaba elongación. ¿Cuál es el problema? No puede ensayar. Ella va a encontrar su manera de hacerlo en casa, pero, ¿y yo?
Voy a ensayar con mi mejor amigo. ¿Y quién es él? El bonito Logan Mitchell. Ni más ni menos.
Sí, mi compañero de banda y amigo desde los cuatro años va a ensayar conmigo para un baile en el que hay que bailar juntos. Muy juntos.

En cuanto entró al salón casi me caí de espaldas. De la nada mis pantalones eran muy apretados para mi pobre... Amiguín. Dolía. Pero sin embargo eran bastante anchos, lo que hacía que se disimulara un poco lo que me estaba pasando entonces.
De todas maneras, envolví un suéter alrededor de mis caderas y lo dejé así.
-¡Hey, tanto tiempo sin verte hermano! -exclamó Logan, abriendo los brazos. Nos dimos un rápido abrazo y nos separamos.
-Lo sé, han sido varios meses. ¿Cómo está todo con Camille? -pregunté, intentando ignorar las cámaras que luego transmitirían lo que ocurrió.
-Oh, todo perfecto -respondió mi bajito amigo.

Cuando las cámaras se fueron la acción empezó. ¿Y adivinen qué canción había escogido la dulce Sarah? Do What You Want.
Ustedes pensarán "este tipo está jodido" pero ¡ERA LO MÁS GENIAL QUE ME HABÍA PASADO EN AÑOS! Y sí, he estado enamorado de ese enano durante años. Y así de bobo sigo por él.
En fin, le pusimos play al estéreo y se acercó a mí. Al principio me sentí demasiado avergonzado. ¿Por qué no llamé a ninguna chica? Fácil: las chicas no me gustan, y la única con la que había estado me odiaba. Tenía sentido haber llamado a Logan.
Me sorprendió que hubiera aceptado, a pesar de que le repetí más de siete veces que había mucho toqueteo y caricias.
Pero apenas se apoyó contra mí, pecho con pecho, me olvidé de la vergüenza, me olvidé de la música y hasta de mí mismo.

La coreografía salió perfecta, en verdad. Y eso que Logan es un asco para bailar.
Se las voy a explicar con una chica, para que entiendan bien y no les de asco:
Todo empieza con su espalda pegada a mi pecho. Un suave movimiento de caderas, y ella voltea rápidamente, poniendo ambas manos en mis hombros.
Dando un pequeño saltito, enrieda sus piernas en mi cadera, y yo me inclino hacia adelante, haciendo ver que la quiero tirar al piso, pero sin embargo la vuelvo a atraer a mí (si se preguntan cómo hice todo esto con Logan, bueno, les explico que él es muy flexible; ya por su tamaño, su delgadez y su complexión física).
Luego siguen varias volteretas y acercamientos exagerados de rostro. Termina con mi rostro escondido en su cuello, como si la estuviera besando.

Y demonios, sí, disfruté aquello. De vez en cuando disimulé y toqué su trasero, y otras veces su "parte delantera". Sí, soy un pervertido, pero ¿cómo no serlo, siendo él tan atractivo? De todas formas ni lo notó; cuando salíamos para volver a nuestros respectivos hogares, él me atrajo a sí y me besó con fuerza.
Tomandome de la camiseta, me arrastró a su auto y abrió la puerta del asiento trasero.
Subió, recostándose de espaldas al mullido asiento de cuero, y sonrió.
-¿Y bien? Hace años que te estoy esperando, y no pienses que no sentí cuando me manoseaste. De todas maneras... Me gustó.
Es ahí cuando perdí toda señal de autocontrol. Me lancé sobre su pequeño cuerpo, cerrando de un portazo.
Ataqué su cuello, rasgué su camiseta e incluso rompí su cinturón al intentar desvestirlo en aquel pequeño espacio. Sus jadeos me estaban volviendo loco, y entre besos mordí su labio hasta dejarlo tan rojo como una cereza.
Fue una lucha eterna el poder quitarle los jeans, y bajarle los boxers fue lo más difícil de todo, aunque les parezca mentira.
Y esa tarde vi las estrellas.

@WooHooDM