FANFICS CORTOS

Mi Salvavidas.

Las cosas no habían ido bien.
Me molestaban mucho en la escuela y llegué al punto de autoflagelarme con cualquier objeto cortante, sin importarme las consecuencias.
Mis padres y yo vivíamos discutiendo. Con mi padre, era porque yo le había dicho que soy gay, y solía llamarme maricón. Y con mi madre, eran conflictos horribles que incluían muchos golpes de parte de ella. Y no podía defenderme, porque me doblaba en fuerza y jamás golpearía a una mujer.
De todas formas, alguien me levantaba. Cada vez que sentía que quería desaparecer, era marcar su número y allí estaba él a los diez minutos, para contenerme y hacerme sentir mejor. Me escribió canciones que me motivaron a estar mejor.

En un tiempo pasado, a los catorce, luego de confesarle a mis padres lo que en realidad era, mi padre estalló con gran ira.
Golpe tras golpe, me sentía morir. Cada vez más oscuro, todo oscuro...
Desperté en mi cama. Kendall, mi salvavidas, estaba allí, con su guitarra, sonriéndome.
-Todo va a estar bien... -susurró, y empezó a cantarme cuán hermoso era, y que así como estaba, estaba perfecto.

Hoy, las discusiones no cesaron.
Los problemas en la escuela tampoco acabaron, aunque ahora ocurren en la Universidad.
Y él sigue ahí.
A mi lado.
Y amo cómo cada vez que tengo mil razones para querer morir, él me da mil un razones para querer seguir viviendo.
Lo amo con todo lo que soy, y eso jamás va a cambiar.

@WooHooDM