FANFICS CORTOS

Tell me what you see (2)

Kendall estaba adolorido. Su espalda era lugar de bastantes punzadas que parecían puñales, y su pecho no lo ayudaba mucho a respirar.
Tenía el estómago más revuelto que huevos en un desayuno. Eventualmente había vomitado mucho de su comida, aunque medio bocado quedó en su sistema digestivo, sano y salvo.
Las enfermeras lo tenían harto. "¿Quieres más?" "Aquí está tu vigésima medicina del minuto." "Come más, niño, estás famélico." TENÍA CÁNCER, POR TODOS LOS CIELOS. Le daban ganas de escupirles morfina a la cara.
Lo único que no le molestaba era su pequeño Logan. Le había tomado mucho cariño en el último mes, ya que el chico le contaba sobre dónde había nacido, y que estudiaba mucho. Decía que el código Braille era muy sencillo, teniendo el sentido del tacto más agudizado.
Kendall lo miraba a los ojos con amor, aunque él no lo viera. Las tardes se pasaban volando, mientras los dos se contaban historias más que graciosas, y chistes sobre sus enfermedades. Humor ciego, lo llamaba Logan.

Logan, por otra parte, estaba harto de estar postrado en cama. Supuestamente tenía este nuevo tumor no sabía en dónde, aunque según los médicos era benigno y podían extirpárselo. Pero le habían dicho ochocientas veces seguidas que puesto que había pasado por una "fase difícil" debía quedarse en caso de que fuera más grave.
Claro, iba al baño con sus muletas y la ayuda de un adolorido Kendall. Incluso se habían bañado juntos una vez, a las dos de la mañana, cuando las enfermeras habían chequeado que estuvieran dormidos.
No pasó nada esa noche, pero Logan sintió que amaba a Kendall. Cosa que lo golpeó como una bola de demolición, porque Kendall se iría y no volvería jamás. Y eso lo dejaría más solo que nunca.

**

-¿Qué hay afuera? -preguntó Logan.
Kendall lo miró con los ojos cansados, muerto de tristeza porque debía dejar a su pequeño. Él ya no vería nunca más. Y él, aún muerto, lo extrañaría más que nunca.
-Ya te lo dije. ¿Por qué necesitas saberlo?
-Quiero escucharte hablar de lo hermoso que está antes de que te vayas -respondió el más bajito-. Anda, miénteme si es necesario. Pero dime que está lindo.
Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas y abrazó con la mayor fuerza que pudo a su amigo, aunque el dolor fuera insoportable.
- El césped está tan verde como una esmeralda... -arrastró-. Y las flores parecen tener colores más que irreales... Hay pájaros buscando lombrices... ¿Los oyes cantar?
Logan asintió y se aferró al pecho de Kendall, lagrimeando.
- Vaya, qué bonito.
- Hay algo aún más bonito.
- ¿Qué cosa? -preguntó Logan.
- Tú.

Cuando se llevaron a Kendall, Logan lloraba con histeria, abrazado a su cuerpo sin vida. Había despertado junto a un Kendall que aún lo abrazaba, pero cuyos latidos ya no sentía.
Desesperado, lo besó mil veces y lo sacudió como una gelatina, pero no hubo respuesta.
Su pequeño corazón se agrietó mientras lloraba rogándole que despertara. Pero entraron las enfermeras y todos los médicos... Y se lo llevaron.
**
Cuando supo que había un paredón afuera, Logan sonrió. Porque aún con una hermosa mentira, fue feliz. Kendall lo hizo feliz. Y se lo agradecería toda su vida.
Que duró hasta dos meses después.

@WooHooDM