Papá...

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-¿Papi? -Sophia Mitchell, de seis años, se acercó a su padre, Logan.
Él apartó la vista del periódico que estaba leyendo en ese momento y sonrió viendo el parecido que ella tenía con su madre: los rizos rojizos enmarcaban su pequeño rostro blanco y angelical. No faltaban los hoyuelos y los ojos marrones de él.
-¿Pasa algo, Sophie? -dijo, acariciando el cabello ensortijado de la pequeña.
-¿Hubo alguien más antes de mami? -preguntó con tono inocente. Logan tragó saliva.
-¿No eres muy pequeña como para preguntar eso? Sigues viendo esa novela con tu madre, ¿cierto?
La niña se encogió de hombros y su padre la sentó en su regazo.
-Sólo quiero saber -murmuró ella, haciendo un puchero que finalmente lo convenció.
-Bien, pequeña curiosa. Sí, hubo alguien. Lo quería mucho.
-¿Era un niño?
Asintió.
-Oh. Bueno, sigue.
-Cuando tenía dieciséis me convertí en una gran superestrella gracias a él. ¿Recuerdas lo de la audición? Lo que hablamos con mamá anoche en la cena.
-Síp -susurró Sophia.
-Bueno, fue eso. Lo conocía desde muy pequeñito.
-¿Desde mi edad?
-Sí. Bah, más o menos, no recuerdo bien. Crecimos juntos y durante esos años lo quise mucho, mucho. Al momento de separarse BTR, nos seguimos viendo. Una vez él me dijo lo que sentía, y entonces yo salía con una chica.
-¿Con mamá?
-No, mamá vino mucho después.
-Ahhh.
-¿Sigo?
-¡Sí! -exclamó la pequeña, dando un ligero salto en las piernas de Logan.
-De acuerdo -se deshizo de sus anteojos y los apoyó en la mesita a su lado-. Como yo estaba muy enojado con él por no habérmelo dicho antes, le expliqué que ya era muy tarde.
-¿Y qué pasó entonces? ¿Se levantó y se fue?
-Exacto. Y varios meses después, cuando ya no estaba con esa chica, fui a buscarlo y le dije cuán arrepentido estaba, pero para entonces él ya tenía pareja.
-¡Qué triste!
-Ya lo creo, princesa.
-¿Y luego conociste a mami y llegué yo? -preguntó ella, con un brillo en los ojos que había heredado de su madre.
-Ajá -dijo Logan.
Sophie bostezó y se levantó.
-Tengo sueño.
Su padre besó su frente y le dio las buenas noches antes de que ella subiera las escaleras y fuera a su habitación.
Sacó su billetera del bolsillo de su pantalón y la abrió para ver una foto de quien había amado por tantos años.
-Te extraño tanto... -murmuró, acariciando la imagen con un pulgar.
-¿A quién extrañas? -dijo Sophie, ahora en camisón y sosteniendo un osito de peluche.
Logan casi murió infartado.
-¿No te habías ido a dormir?
-Bajé por leche. -dijo, y se acercó a él. -¿Quién es ese chico?
-El muchacho del que te hablé.
-¿Y lo extrañas?
-Claro que sí. Fue muy importante para mí, y aún lo es.
-¿Y cómo se llama?
-Kendall.
-Lindo nombre. Y él también era muy guapo.
Logan rió. -Apuesto que aún lo es. -suspiró y miró a su hija, quien restregaba sus ojitos con ambas manos. -Ve a dormir, yo ya te llevo la leche.
-De acuerdo.
Pero antes de subir, se detuvo en el primer escalón y miró en dirección a Logan.
-Papá...
-¿Hum?
Por la mente de la pequeña niña pasó el decirle a su papá que quería conocer a quien había marcado su vida, pero decidió no decir nada.
-Te quiero -decidió decir.
-Te quiero más, princesa -dijo él, apagando la luz.

@WooHooDM

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