Cien inviernos. [2da. Temporada]

22. Lo recuerdo todo.

Maratón 3/5.

Vaya que esa noche me la pasé increíble y más estando a lado de pepe, es un chico sumamente romántico, tan dulce y amoroso a pesar de verse de ser todo un chico problema ¿qué decir de sus besos? ¡Los mejores!

Se quedaría a dormir junto a su amigo al cual le dice juxi, en nuestro departamento ya que no era una buena hora para que mi hermano los fuese a dejar por separado, era mala idea.

-Te quiero chula. -me susurró al oído haciéndome estremecer-. Sueña lindo, y más si es conmigo. Me encantas. -añadió sonriente y me plantó un sonoro beso en la boca.

¿Alguien tiene un ábanico? ¡Necesito ventilarme!, éste chico me va a terminar matando con sus encantos, literalmente. Tras darme aquel sonoro beso para luego marcharse hacia la sala y dormir plácidamente, me encerré y me lancé a mi cama con una sonrisa de completa pendeja dibujada en el rostro. Pese a que no tengo la grata idea de quiénes son en realidad todos los amigos de mi hermano que dicen ser algo mío, tengo la certeza de que voy a terminar por recordarlos.

No les voy a negar que si me duele que ellos me digan como si nada "oye ____ esto" ó "____ ¿y si grabamos algo como en los viejos tiempos?" y yo no les responda algo referente a eso y me limite a quedarme callada. Me da tanta pena el sólo tener que asentir, sonreír y dar una que otra opinión relativa a los temas que se sacan, ósea ¿qué va a ser de mí? ¿Hasta cuando dejaré de sufrir éste martirio?

Peor ¿cuántos me habrán visto la cara de pendeja estando así? ¿Con mala salud?

Puta vida.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Estaba en el departamento junto a valeria, aquella que dice ser mi mejor amiga desde hace varios años pero yo lo único que hago es seguirle la corriente, con tal de no hacerla sentir mal, hablo enserio. Estábamos en el cuarto de mi hermano, ya que era más seguro de poder hablar y así nadie nos pudiese escuchar, en cambio en el mío se escucha hasta afuera y no está chido, ambas platicando de chicos -típico-, ropa, zapatos, aunque principalmente estuvimos reflexionando acerca de la vida y su destino.

-Aguarda, iré por algo de tomar y algo de comer, regreso en un segundo ¿va? -avisa alegremente.

-Claro, te espero, me traes también de tomar. -pedí.

-Está bien, ahorita vengo.

-Ajá.

Salió del cuarto dejándome completamente sola, me puse de pie y me puse a ver todo lo que estaba en el cuarto de mi hermano, vaya que estaba bastante bien para ser solamente de él, miré su tocador, su closet, hasta que me entró esa curiosidad de husmear entre sus cajones, digo ¿a quién no?, uno puede encontrar cosas inesperadas de las cuales a mi ver y pensar, terminas riendo.

Papeles por aquí y por allá, había una cajita muy bonita pero no quise tomarla para abrirla y averiguar que contenía, pues a lo que pude creer, quizá tenía algo personal que solamente él puede ver, nadie más. Resoplé y me dirige al otro buró, abrí el primer cajón y me topé con un bonito celular, un IPhone, tenía una bonita funda morada, hmm... observé que valeria no viniese y me cachase.

Me encogí de hombros y empecé... oprimí el botón de la parte superior derecha y éste enseguida se encendió, di un pequeño brinco del susto que más bien me sorprendió, observé la pantalla de bloqueo, me quedé petrificada al verla... en ella nos encontrábamos pepe y yo, él me abrazaba por los hombros mientras me miraba de una manera tan especial, llena de amor y una hermosa sonrisa, yo hacía lo mismo.

No tenía la menor idea de qué carajos pensar. Desbloqueé aquel aparato, por lo que pude ver había bastantes notificaciones de diferentes aplicaciones -primordialmente de las redes sociales- pero les resté importancia, me dediqué mejor a visualizar los álbumes y su contenido. En efecto, ahí estaba yo, junto a valeria, junto a los chicos y especialmente junto a pepe, miré cada una de las fotografías, paré en seco justo en una, claramente se podía apreciar que los dos nos estábamos besando, proseguí y proseguí, todas eran sumamente hermosas.