19. Reencuentro 2/2.

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Pepe:

Llegué a tiempo antes de la hora en la que strappy me pidió que llegase, sentía nerviosismo interno, moría de ganas por saber cómo regresó ____ ¿más bonita? ¿Más hermosa? ¿Más alegre? ¿Con mucho entusiasmo de verme cómo yo a ella?, ya sabría cuando la viera.

Pude visualizar a todos en una mesa de casi hasta el fondo, los saludé animadamente y ellos hicieron lo mismo, tomé asiento a un lado de luis, empezamos a platicar sobre la llegada de mi futura novia, les juro que parecía completo pendejo al momento de pronunciar su nombre, decir algo lindo de ella, y me hacían burla pero me daba igual, a final de cuentas, lo importante es que estaba alegre, y con ganas de verla.

Un rato después, llegaron, yayo carraspeó sonoramente hasta lograr tener nuestra atención, la expresión facial de todos cambió radicalmente, él sólo sonrió mientras que ____ seguía como en un pequeño trance intentando entender el por qué de todo o eso quise creer yo.

Tan preciosa se miraba, llevaba puesta una blusa negra de manga larga con una letra "J" al frente de tono blanco y de gran tamaño, sin duda capté lo que daba a entender, se la había puesto por mí, leggins rojos, converse negras y su cabello negro, largo y lacio fue lo último que vi. Estar en éste lugar, y verla, me hace recordar a aquel día de la convivencia en donde la conocí gracias a strappy.

Pude ver de reojo a yayo como me miraba, pero yo dejé toda mi atención en su hermana, le miraba fijamente y tenía en cuenta que mis ojos seguramente tenían un brillo especial, y era gracias a ella. Sonreí de oreja a oreja mostrando toda la hilera de dientes blancos y perfectos que tengo, los demás imitaron a yayo -el verme-.

Me puse de pie como flash, hasta llegar a ella, estaba frente suyo, él se hiso a un lado sólo para dedicarse a observar esa pronta escena romántica que sucedería quizá, no lo sé. Ella me miró fijamente pero no articulaba nada.

- ¡____, te extrañé demasiado! -hablé yo animadamente.

Ella sólo frunció el ceño.

-No tienes idea de cuánto esperé por éste día, al fin llegó. -la abracé.

-Aguarda, me asfixias. -escuché decirme.

-L-Lo s-siento. -me disculpé y dejé de abrazarla cuando por dentro aún moría por no dejar de hacerlo.

-Descuida... emm... ¡oh! -me miró de nuevo-. ¿Tú eres...?

-Pepe, tú sabes, pepe problemas. -sonreí.

- ¿Te conozco de algún lado? -enarcó una ceja.

Solté una sonora carcajada.

-Vamos, deja de estar bromeando, claro que me conoces.

-No, no te ubico. -me dijo.

¿Qué chingados? ¿Cómo está eso?

-____ ¿por qué me dices eso? -le miré perplejo.

-Porque no te conozco, no tengo jodida idea de quién seas ¿acaso eres algo mío?, enserio... tú y tu nombre, no los ubico. Lo siento. -hiso una mueca.

Me giré a ver a yayo al igual que los demás con un rostro que estaba por desatar algo así como la ira de jux. Y no estoy bromeando.

- ¿Sorpresa? -guiñó el ojo e hiso pistolas con sus dedos índice y pulgar para luego sonreír algo animado.

- ¡¿Qué verga yayo?! -exclamé.

-Justamente de eso hablaríamos contigo, pepe. -dijo strappy sonoramente dando un buen golpe a la mesa.

Cien inviernos. [2da. Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora