Cien inviernos. [2da. Temporada]

3. Primer día.

Justo el día en que me instalé, quedé agotadísima pero ¿saben algo?, opté por hacer algo de último momento, decidí escribirle una carta a pepe y enviársela hasta el Distrito Federal con la esperanza de que le pudiese llegar y qué podía decir al respecto.

La verdad es que me sentí de maravilla al haberle escrito todo en un solo día, todo lo que me reservé estando allá justo frente a él, lo terminé por desahogar en una carta que quizá para él no sea el medio correcto para confesar lo que se siente relativamente a los sentimientos. Pero fue lo más fácil que a mi mente se le pudo ocurrir y lo hice.

Salí del departamento para irme en busca de un taxi para que me llevase a la dichosa academia de baile en la que me inscribiría gratuitamente no sin antes ir al correo a dejar la carta para que la enviasen hasta allá.

Siendo así, me sentí satisfecha pero con un gran nerviosismo invadiéndome por completo, tan sólo me preguntaba qué clase de reacción tendría él luego de terminarla de leer, sabiendo bien que soy yo quien la escribió. Jesucristo.

El sábado y domingo me la pasé metida en mi departamento ideando "planes" para éste nuevo ciclo escolar que me esperaba, iba a tener que soportar dos jodidos años para después de recibirme, regresar a mi ciudad natal, en dónde me iba a actualizar en menos de una semana sobre cosas nuevas que me perdí mientras estaba "disfrutando" de la vida en Nueva York cuando dudo demasiado que será así.

Llegué a comunicarme con mi hermano por medio de skype y vaya el gusto que le dio de verme y claro, hablar conmigo, me dijo un montón de veces que a pesar de no tener la semana de estar acá, me extraña demasiado, lo mismo le dije yo y ¿cómo no?, todo fue... precipitado.

En skype duramos alrededor de dos horas platicando, incluso le comenté de la carta que le hice a pepe y que temía a que algo malo pudiese suceder pero él me dijo que me tranquilizara, que no tuviera miedo que ¿para qué tenerlo? Ya que valía demasiado la pena arriesgarse y poder saber qué puedes ganar, a no hacerlo y quedarte con las ganas.

Y tiene razón, estuviese en este mismo momento con el "¿Qué hubiera sido si...?" y el hubiera a lo que me han dicho, no existe.

Me comentó que ansiaba con mucho entusiasmo el momento en que le llamara de nuevo para decirle que estaré a dos días ó máximo una semana de recibirme, porque anhela con venir, le dije que por eso no se preocupara, que estaría haciendo un pequeño ahorro para que cuando se llegara el momento, yo le comprase su boleto junto al de nuestros padres y viniese a verme después de tanto a lo cual accedió sin compromiso.

¡Oh! Y me dijo que si después de todo el gran pedo que se arme el día de la graduación, yo me vaya a regresar al Distrito Federal, le confirmé que sí, que así sería pero al día siguiente al medio día.

Tengo tantas cosas en mente por realizar que espero el tiempo hasta me sobre.

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Llegó el día lunes, vaya que debo admitir que deseé que no llegara y más por el hecho de que justamente hoy iniciaría clases, sería la nueva para todos, en donde alrededor de cuarenta personas en el aula que fui asignada, me van a mirar como si fuese una especie de bicho raro que recién opta por dar la cara.

Lo primordial fue presentarme frente a todos como realmente soy, ya si querían hablarme, pues con todo gusto lo podían hacer y si no, no me afecta en nada, a final de cuentas son pocos los que terminan por quedarse contigo toda la vida. Los demás son sólo un bulto estorboso en tu vida que lo único que hacen es ocasionarte problemas.

Me gané una enemiga, su nombre es Katherine Goti, la verdad qué cagado su apellido pero he de decirles que la muy hija de puta se me puso al frente con cara de superficialidad, como de "perra ¿acaso no sabes quién soy yo?" pero claro, siempre yo haciéndome la que le vale una gran hectárea de verga lo cual hace que se empute más y me agrada eso.