36. Noche especial.

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Sábado por la noche, estaban en Las Turquezas aún, aprovechando lo poco que les quedaba ya de hospedaje ahí, mañana por la mañana tomarían el primer vuelo hacia Acapulco; por la tarde habían decidido salir a explorar algunos alrededores todos juntos.

-Mañana a las diez los quiero ver a todos en la recepción. -musitó yayo mirándolos fijamente y señalándolos.

-Entendido. -dijeron al unísono.

-Bien, pueden hacer lo que les plazca, es nuestro último día, hay que aprovecharlo.

-Sugeriría festejar pero eso lo hicimos ayer, así que iré a la alberca un rato. -dijo sandy.

- ¿Aunque el agua esté fría? -frunció el ceño juxi.

-Dudo bastante que lo esté, quiero relajarme. -le dice.

-Valeria y yo vamos a cenar. -sonríe alejandro tomándola de la cintura.

-Los acompañamos. -musita laura.

- ¿Y ustedes dos? -pregunta yayo.

-No sabemos aún. -respondieron.

-Bueno, yo acompañaré a las parejas a cenar, debo editar el vídeo de ésta magnífica semana que hemos pasado aquí en Puerto Escondido. -les dice.

-Diviértanse. -desean.

Todos tomaron rumbos diferentes, dejándolos solos por completo, se miraron y sonrieron, decidieron pasar la noche en la habitación revisando las redes sociales para luego ver una película. Pepe entrelazó su mano con la de ella, tomaron el elevador, su compañía era el silencio que reinó en segundos, no pasaron más de cinco minutos y las puertas se abrieron, salieron para caminar por el largo pasillo alfombrado que era iluminado por las bonitas luces que se podían apreciar al igual que unos cuadros de pintura extravagantes, hasta llegar a su habitación, al adentrarse, pusieron seguro a la puerta para que nadie los molestase.

Justo en ese instante, ambos se olvidaron de lo que estaban por hacer que terminaron por comerse a besos, eran dulces, tiernos, llenos de amor pero poco a poco esos besos se intensificaron, subieron de tono, se habían vuelto apasionados. Esos besos se quedaron un momento intactos en su punto débil: su cuello.

Sentía cosquillas y soltaba un par de risitas pero ni así impedía que la excitación se detuviese, al contrario, seguía de pie, comenzando a invadirla por completo. Las manos de él recorrían cada parte de su cuerpo haciendo que la piel se le erizara, sentía escalofríos recorrer por todo su cuerpo, sus manos se posaron en sus piernas a las cuales dio masajes, subieron lentamente hasta llegar a sus muslos.

La recostó en la cama con delicadeza, los besos proseguían, besó su oreja hasta bajar otra vez a su cuello, ____ soltó ligeros gemidos, las manos de él se metieron debajo de su blusa de tono café claro, la subió lentamente hasta lograr quitársela, dejando al descubierto su abdomen, sus ojos se abrieron completamente al ver el par que su novia se cargaba pero eran cubiertos por un brasier rojo con encaje.

Tragó saliva y se le quedó viendo fijamente a los ojos, aquellos ojos chocolate que le encantaban que con tan sólo verle brillaban chispeantes gracias a él, le sonrió y acarició su mejilla diciéndole:

-No te voy a obligar a algo que no quieras.

-Lo esperabas ¿no? -sonrió.

-Ajá pero debía ser especial, creo.

-Mientras estés conmigo, todo será especial. -acarició su mejilla.

-Te quiero cielo.

-Y yo a ti.

La sentó encima de sus piernas, una a cada lado de él. Gemían ambos con sólo sentir el rose de sus cuerpos ardiendo de calor, juntos. Se deshizo de su camiseta negra dejando ver su desnudo abdomen y los tatuajes de su brazo que lo hacían ver tan sexy, pasó su dedo recorriéndolo, la besó de nuevo, bajó más y más y se encontró con sus pechos que aún no estaban desnudos, bajó los tirantes, ésta le ayudó haciendo el favor de desabrocharlo, se deshizo de el y éste lo retiró tirándolo hacia la alfombra, comenzó a acariciarlos, los devoró con cuidado para que no le doliera e hiso unos cuantos chupones alrededor. Lo mismo hiso al quitarle aquel short de mezclilla y bragas.

Ella sentía punzadas en su feminidad, estaba excitada y ronca. Le quitó los calzoncillos, ya al fin ambos podían contemplarse desnudos el uno al otro, tan sólo verlo lo deseaba más, cuando pensaba que él la iba a penetrar, no lo hiso, metió dos dedos dentro de ella, haciéndola gritar de dolor, pero después empezó a disfrutarlo, él lo hacía bien, con movimientos excitantes que le hacían desesperarse, cuando los iba a sacar, no lo dejó, así que metió sus dos dedos en ella nuevamente.

- ¡Aún no! -exclamó con un hilo de voz.

-Alguien está desesperada. -rió.

Besó su ombligo y bajó lentamente hasta llegar a la parte íntima de ella, comenzó a lamer sin aviso previo provocando que ésta soltase gemidos de placer mientras que a su vez lo tomaba del cabello, deseando más de ello, éste al sacarlos... ella dio un ligero grito. Nuevamente la besó pero primordialmente del cuello y luego en los labios, sus suaves manos volvieron a recorrer cada parte de su cuerpo pero ésta vez lentamente haciéndola estremecer, los escalofríos la invadían y provocaban que gimiese; besó sus mejillas e incluso sus orejas, eso la derretía por completo.

Sus besos seguían intactos en sus labios, abrió un poco más su boca para brindarle paso a la lengua de él de un sabor agridulce pero favorecedor. Después llegó el turno de ella de tomar el control, tomó el miembro de él, causando que se pusiese más duro de lo que ya estaba por la sangre que se había ido hacia él, se agachó lentamente y lo metió dentro de sus labios. Sólo escuchaba como él gemía, gritaba de placer, parecía que el mundo se acabara, era sensacional.

Ambos gemían sus nombres...

Cuando él pensó que resistiría un poco más sin hacerla suya ¡se equivocó!, desesperadamente abrió las piernas de su novia lo más que pudo, la puso alrededor de sus caderas.

-Grita lo más fuerte que puedas, por favor. -pidió amablemente.

Ella sólo asintió con la cabeza, no podía más con la excitación.

Entró en ella lentamente, ésta soltó un grito fuerte, la intensidad aumentaba cada vez más rápido y las posiciones cambiaban. Cuando sintió que se iba a mojar, la quiso separar de él pero ella no quiso.

-No te separes por favor. -gimió.

Pepe la mojó, ____ sintió como el líquido recorría dentro de ella y otro líquido recorría sus piernas y una electricidad por todo su cuerpo, había llegado al orgasmo, al orgasmo de la satisfacción de darse cuenta que acababa de entregarse a cuerpo y alma hacia el chico que ella quiere.

La devoraba a besos tan apasionados, ella sentía sus manos recorrer suavemente cada parte de su cuerpo haciendo que ésta sintiese escalofríos dentro de ella. Volvió a introducir su miembro en la feminidad de ella, haciendo que ésta volviese a gritar de dolor, que a fin de cuentas, ella disfrutaba.

Él la hacía gritar de dolor, le dibujaba una sonrisa, se la estaba pasando bien. Ella sólo se acercó a él y lo besó con pasión y amor mientras que éste acariciaba su mejilla con delicadeza, hasta volverla a recostar en la cama; dejó de besarla y prosiguió hasta que ambos llegasen a un clímax y finalmente a otro orgasmo. Cayó en el pecho de él de lo tan exhausta que estaba. Acababan de tener una noche especial.

-Bien hecho. -musitó él entre jadeos.

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Aquí lo tienen :)

Un beso y... ¡Adiós!

-JDTrouble.

Cien inviernos. [2da. Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora