Cien inviernos. [2da. Temporada]

7. Soy gay.

Maratón 2/5.

Germán:

Me encontraba en mi departamento descansando, miraba la television a mi gusto sin que nadie me molestara, duh, vivo solo ¿quién podría fastidiarme? Oh sí, los putos vecinos. Me puse de pie para ir a la cocina por algún refrigerio, eran las tres de la tarde y empecé a aburrirme, opté por dormir plácidamente en el sofá pero no tenía sueño y ni cómo tenerlo, así que había decidido enviarle un mensaje de whatsapp a ____ para salir.

Germán Collins.

Hola preciosa, ¿tendrás el día ocupado? ¿Qué te parece si vamos al cine?

Pero no recibí respuesta alguna de su parte, suspiré frustrado por no tener a quien invitar a salir, hasta que recordé a mi querido mejor amigo Karl, hijo de su puta madre, es todo sexy modelo para posar en alguna revista de Playboy.

Ese muchacho me encanta, lo amo pero aún no sé de qué manera puedo confesarle lo que siento, además de que no tengo bien pensado el cómo por fin dar a luz que soy gay. Así es, soy gay, a muchos les sorprende ya que siempre que hay chicas guapas y nuevas, me intento mostrar lo más caballero y atractivo posible cuando en el fondo me muero por mostrar mi verdadero yo.

Una de ellas es ____, que por cierto, debo admitir que es una chulada de mujer, pese a que tiene diecinueve años, por la manera en la que se termina arreglando parece de más, no se ve vieja, al contrario, se ve joven pero que aparenta un poco más de edad ¿si me explico?, espero que sí.

Katherine Goti es una desquiciada psicópata que anda gritándole a los cuatro vientos que soy de ella, que ni se les ocurra acercarse a mí porque les va a partir la cara, entre otras cosas; me hace gracia ya que eso es una completa mentira y se me hace muy estúpido que haga eso teniendo claro que ni siquiera hemos hablado, ni siquiera tengo su número.

He ocultado mi preferencia sexual durante ocho años, desde los doce descubrí que realmente me gustaban los hombres y no las mujeres, pero a ellas les tengo un gran respeto ya que se lo merecen. Sólo que finjo el enamorarme de ellas para que nadie lo note, y lo seguiré haciendo hasta sentirme seguro, pese a que tengo veinte años, casi veintiuno, aún no siento esa gran necesidad de gritar a los cuatro vientos: soy gay.

Por más que suene cruel, es por ello que intentaré enamorar a ____, con el fin de seguir ocultando mi preferencia, a fin de cuentas, llegaré al punto de terminar mi noviazgo con ella y finalmente, si es que se da, diré la verdad.

Desde que ella llegó, opté por poner en marcha mi plan, juré frente al espejo que el día en que llegase una chica nueva a la universidad ya que ésta misma le brindó una beca, yo la enamoraría, tendría un noviazgo y al final terminaría con ella para después confesar lo que realmente soy.

Lo único que tengo es miedo ¿saben? Miedo a cómo los demás puedan tomarlo, aparte de que soy el chico más popular de toda la institución, no quiero que por lo que diga, todo eso que logré con esfuerzo se vaya a la fregada y se alejen de mí. Es por eso que me conlleva a realizar mi plan.

Espero Dios tenga piedad de mí y no me castigue por ello.