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Vegetta yacía acostado de lado viendo al paisaje, sobre esa estúpida montaña verde.

¿Cómo es posible?

Aún tiene la sensación metida en la garganta, cuando Alex se paró frente a toda la clase para dar aquella noticia.

"Quienes se encuentren mínimamente cercanos a Rubén, por favor visítenlo. Él se los agradecerá".

"¡Joder!"Pensó, cerrando los ojos con fuerza. Parecía como si estuviera en su lecho de muerte.
No es así, ¿Verdad?

Una suave caricia le hizo recordar que su cabeza descansaba sobre el regazo del peliblanco.

-Deberíamos ir a visitarlo lo más pronto posible.-Dijo como si le hubiera leído la mente.

-No lo sé... Creo que es algo que ya no me corresponde.

Willy arrugó la nariz.

-¿Por qué dices eso?

-Esto es solo un susto. Él se recuperará.

Vegetta se reincorporó al lado de su amigo y ex novio.

El sol escondió por completo, siendo cubierto por una profunda manta azul oscuro. Algunas estrellas se asomaban y el sonido nocturno de la ciudad era de lo más relajante.

Willy sintió una leve incomodidad, como si debiese decir algo más, así que sin pensarlo dos veces se giró.

-Hey---.-Aquel comentario se vería interrumpido al darse cuenta de la poca distancia que compartía con el de ojos morados. Frente a frente, ahí era la oportunidad.

Has sido muy paciente, Guillermo.
Rubius ya está fuera del juego.

-¿Sí?-Preguntó esperando a que terminase, pero sus palabras salieron en un tono más grave y sensual, como si también se hubiese movido algo en el corazón del pelinegro.

Willy se sonrrojó.

Después de unos eternos segundos, el más bajo volvió al mundo real para reanudar de alguna forma la conversación.

-Pues--.-Fue interrumpido nuevamente, pero esta vez con una salvaje presión en sus labios.

Vegetta lo besó y no podía creerlo.
Lo besó tan apasionada y desesperadamente, como si estuviera buscando algo con lo que reconfortarse. Los dos de rodillas se tocaban sin nigún tipo de pudor, levantándose la ropa en ningún momento separando sus labios.

Samuel lo empujó cayendo sobre él, y le llamó la atención los ojos de Willy; Sin vida ni emociones. Pero no lo suficiente para frenar.

Instaló su cabeza en el cuello del más bajo, lamiendo y succionando, pero sintió una leve presión en su pecho. Guillermo lo empujó, suficiente como para separarse.

-Tú estás con Rubén.-Dijo en un susurro apenas audible. Aquella cara delgada y seria iba a matar en cualquier momento al contrario.

Sin embargo, no cambió su semblante al ver que gotas saladas caían a su rostro.
Vegetta sin soltar ni un sonido, no pudo aguantar algunas lágrimas traicioneras.
Desvió la mirada. ¿Hace cuánto no lloraba? ¿Hace cuánto ocultaba esta desesperación que lo carcomía por dentro? Sin decirle a nadie, poco a poco fue preocupándose un poco más. ¿Y ahora esto Rubén?
No me jodas...

Fue acercándose, poco a poco, hasta dar con su oído. El llanto cesó, después de un melancólico suspiro.

-Por favor, déjame distraerme de este dolor solo un momento.

[karmaland] Una escuela, varios problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora