23 (I)

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-Aurora, ven.-Gritó el hombre de la casa, sentado en el sofá. Con varias cervezas vacías botadas alrededor suyo.-Traele una cerveza a tu padre.

-Hermanito, papá me llama.-Dijo inocentemente la niña de 8 años.

-Tranquila mi niña, yo me encargo. Vete a tu cuarto.-Sonrió tristemente. Nunca dejaría que Aurora se acercase a su padre en ese estado.

Sacó desganado una cerveza del refri y fue donde él.

-Joder, ¿Y tú qué quieres? ¿No puedo ver a mi hija ya?-Frunció el ceño.

-Ella no te puede ver así, papá.-Rodó los ojos.

-No pongas esas caras cuando hablas con tu padre.-Y le dio una pequeña patada en la pierna. No tan fuerte, no se quejaría.- Eres la vergüenza de la familia. No soporto ver tu cara. Y ese pelo largo que me llevas...

-Toma tu puta cerveza.-Susurró lleno de ira.

El director, de un manotazo tiró la botella.- Estoy harto de decirte que no me hables así. ¡¿No puedes entender eso?!

Silencio.

-Agáchate.

-¿Qué?

-¡Que te agaches!

Y ahí empezarían denuevo. Lolito ya no miraba a la cara a ese hombre que se hacía pasar por su padre, por un correcto director de colegio con corbata. Ya ni recordaba cómo era.
Para él, mejor.

Fue agachándose lentamente y por un empujón del contrario terminó completamente en el suelo.

Desvió levemente la mirada. Y ahí estaba ella.

La única razón por la que seguía aquí, la luz de su vida.

Aurora, algo aterrada y preocupada viendo toda la escena.

Mientras que Lolito le rogaba con los ojos que se fuera.
Sin darse cuenta pequeñas lágrimas adornaban su cara.

"Aurora, no mires por favor."

...

Despertó.
No sabía dónde estaba.
El sol ya casi no se veía.

Tardó unos segundos en orientarse, pero lo logró: Él sentado en una banca, frente a unos juegos para niños.

Niños...

-¡Aurora!-Saltó del banco. Buscó alrededor suyo. Nada.

Trepó una reja sin dificultad y corrió por todo el parque. Intentando descifrar dónde habrá ido.

-Toma, un poco de dinero por si quieres comprarte un helado.

La tienda...
Recorrió un largo camino rogando para que esté ahí. El corazón le latía con fuerza, hasta llegar.

Entró, y sonó esa familiar campana colgando de la puerta.

Y suspiró.

-Este es nuestro helado favorito.-Esa voz...- Manu siempre me compra uno.

-¿Si? Tu pasas mucho tiempo con tu hermano, eh.- ¡¿Y esa voz?!

-¿Mangel?-Preguntó Lolito sin aliento.

[karmaland] Una escuela, varios problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora