64

208 23 1
                                    

-Rubius, ¿Por qué decidiste hacer eso en el baño?

Él lo miró algo confundido, dejando de comer su almuerzo.- No recuerdo muy bien lo que me dices.

-Cuando te encontré y te dije que desde ahora ya no estás solo, y te acompañaría.

Rubén sonrió algo melancólico al recordar las lindas palabras de su amigo.- Guillermo, eso pasó hace un tiempo. No lo haría denuevo por si fue tu pregunta.

-Mi pregunta fue por qué lo hiciste.

Los dos se acostaron en el pasto, uno al lado del otro. Aquella montaña daba con un paisaje de toda la ciudad.

-Me sentía solo, Willy.-Respondió. Nunca es sincero con la gente, así que su voz salió algo entrecortada.- No tenía a nadie en quién confiar, para todo el mundo era "el payaso de gustos raros".-Bufó, algo molesto por la imagen que había creado él mismo.- Cuando se reían de mí en clases me sentía un poco incluido.-Apretó levemente los puños.- Pero a la hora de irse a casa, veía como todos caminaban juntos, y yo volvía a quedarme solo... A nadie le interesa acompañarme, seguro es por eso, pensaba todos los días.

El peliblanco tomó su mano. Rubius se sorprendió levemente por aquel gesto.
Sonrió, sabía perfectamente de lo que hablaba.

-No somos tan diferentes después de todo.-Acarició la palma y luego subió por los dedos, tan gentilmente causando algo de cosquillas en el contrario.- Solo que yo no me molesto en fingir que estoy bien.-No respondió.- Ahora ya no te debes preocupar de irte solo a casa, por que puedes contar conmigo.

Rubius se subió sobre él, los dos comenzaron a reír mientras se hacían cosquillas y luchaban.

-¡Gracias!-Exclamó.- Gracias por estar aquí.

Willy abrió los ojos.

Se levantó desorientado con la respiración algo agitada.

¿Qué demonios? ¿Por qué sus sueños le recordaban eso ahora?

-Willy, ¿Estás bien?-Preguntó algo curioso Vegetta, quien estaba a su lado leyendo un libro.

-Si...Si.-Repitió calmándose.- Tuve una pesadilla, tío.

-¿Sobre?

El peliblanco miró el paisaje de la ciudad, acarició el pasto con la punta de sus dedos.

Un recuerdo que lo marcó sin darse cuenta a los 12 años. Y lo olvidó torpemente. ¿Por qué ahora vuelve?

¿Es una señal?

-No me acuerdo.-Concluyó.- Solo sé que era muy triste.

[karmaland] Una escuela, varios problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora