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-Aquí reportaron que habían unos sujetos sospechosos...-Dijo el comisario algo gordo con bigote.-Esperame aquí Alex, voy a revisar.-Y salió, dando un portazo algo brusco.

-Mh-hm...-Asintió viendo el teléfono.

Aquel callejón era bastante oscuro, pero nada del otro mundo. Podía ver perfectamente pero mejor prevenir, así que sacó la linterna.

Avanzó metros más allá, inspeccionando cada caja o basurero que se le cruzaba.
Apuntó a cierta esquina llena de escombros, y algo no le cuadraba bien.

-¿Qué es...?-Habló para sí mismo, acercándose.

Alex con la cabeza apoyada en la ventana revisó instagram algo aburrido mientras esperaba a su padre. Había sido un día bastante duro.

Escuchó el maletero abrirse, y algo asustado por el ruido repentino se giró.

-¡Hijo, llama a una ambulancia, hay alguien herido!

-¿Qué...?-Preguntó confundido.

-¡Rápido, es una emergencia!-Gritó sacando el botiquín y corriendo en dirección al callejón nuevamente.

Alex obedeció marcando enseguida.

...

El de ojos grises se acercó algo nervioso.

-Alejandro, sostén la linterna. Este chico ha perdido demasiada sangre.-Le ordenó mientras hacía curaciones de forma algo torpe.

Alex tomó la linterna y apuntó al cuerpo.

Sudadera blanca...

Cabello rubio...

Un chico alto...

-No puede ser...-Susurró. Su mandíbula temblaba.

-¿Qué no puede ser?

Se sintió al borde de un ataque ansioso, pero pudo controlarse. ¿Quién haría algo tan horrible?

Rubius, quien en algún momento caminaba felizmente por los pasillos de la escuela, ahora está ahí con una cara apenas reconocible por la sangre que lo cubre, tirado, como un animal.

-Ese es Rubén.

El oficial lo miró algo preocupado. Si, recordaba a ese chico.  A veces, cuando su hijo era pequeño, iba a casa para pasar el rato.

-Dios mío. Alejandro. Lamento que tengas que ver esto, pero no me lo esperaba para nada.

[karmaland] Una escuela, varios problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora