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Rubius abrió la puerta.

No podía creer lo que veía.

-¡Vegetta!-Gritó e inmediatamente se tapó la boca.- ¡¿Qué haces aquí?!

-Vine a entregarte los apuntes.

-Escucha...

Escuchó una voz femenina por detrás.- Rubén, ¿Quién es?

-¡N-nadie mamá! Solo un compañero que vino a darme unos apuntes, pero ya se va.-Rió nerviosamente. Luego miró a Vegetta.- Tienes que irte ya.

-Rubén.-Alzó una ceja.-No puedes escribir, no tiene sentido que te deje mis apuntes. Déjame pasar y los traspaso por ti.

-¿Estás bobo...?

-Tu compañero tiene razón, hijo.-Gritó desde la cocina.

-Escucha, Vegetta.-Se acercó a él.- Si mi mamá te ve aquí, moriremos los dos, ¿No entiendes eso?

-Pero--

-¡Nada de peros! ¡Tienes que--!

-Rubén.-Y ahí estaba ella. Apoyada en una pared, cruzada de brazos. El mencionado se giró lentamente.-¿Qué hace él aquí?

-Hola señora Doblas. Vine a entregarle mis apuntes a Rubén, como no puede escribir...

-Gracias.-Cortó seriamente.

Los tres quedaron en silencio.

-Puedes retirarte.-Completó.

-Mamá.-Rubén intentó calmarla.

-Ya me escuchaste.

Rubius recibió los cuadernos de Vegetta, con una cara de pocos amigos.
Y cerró la puerta.

-...Hijo.

-¿Qué?-Escupió con odio.

-Tengo que contarte algo.

-¿Qué?-Repitió.

-El día que nos fuimos de viaje con tu padre, él tuvo una conferencia con unos colegas, bastante importante. Hay uno en específico---.

-¡Mamá!-Gritó.- ¿Puedes ir al punto de una vez?

Ella suspiró.- Rubén. Te prometimos con una chica. Se llama Nieves, es la hija de un amigo de tu padre.

...

¿Qué?

Después de la última palabra, Rubius ya no se sentía en la entrada de su casa.

En su mente, repasó todos los sucesos importantes de su vida.
Uno en específico.

Samuel.

Cada recuerdo, momento, memoria juntos.

Todas las risas.

Las buenas, las malas.

Besos, abrazos, caricias, peleas...

Todos esos sucesos.
Se rompieron a pedazos. En una simple oración.

"Te prometimos con una chica".

-Tiene que ser una broma.-Dijo secamente.

-No lo es.

"Se llama Nieves."

-¿...Cómo pudiste hacerme esto?

-Escucha...

-Mamá...-Por primera vez en mucho tiempo hizo contacto. Con los mismos ojos verdes que heredó.- ...Te odio...-Expresó con voz entrecortada y dolida.

Y subió las escaleras.

[karmaland] Una escuela, varios problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora