CAPÍTULO 28: Regreso

21.2K 2.9K 1.3K
                                    

Cap 28. Regreso

—Enséñale al cara rajada todo lo que hemos encontrado Hermione  —dijo una voz burlona detrás de la chica

—¡Ya te he dicho que no le llames así, Pansy! —bufó la chica cruzándose de brazos, provocandole una carcajada a la pelinegra que daba media vuelta y se volvía a sus compañeros de casa. Harry rodó los ojos

—¿Asi que habéis encontrado muchas cosas? —preguntó. La chica asintió y abrió la bolsa, a la cual el pelonegro se asomó— ¡¿Habéis encontrado todo?! —exclamó sorprendido

—Pues si.. Hemos tenido mucha suerte en verdad —dijo la chica mientras la cerraba nuevamente— Voy a dárselo a Hagrid, ya vengo —la chica se dirigió al gigante y mantuvieron una pequeña conversación, luego de entregarle el pequeño saco mágico. Harry simplemente se apoyó contra un arbol y empezó a pensar. Draco Malfoy le había besado. Draco Malfoy, el chico que le había atormentado desde su primer día en Hogwarts, el chico del que por razones inentendibles se había enamorado, el chico con el que acababa de dar su primer beso. Rápidamente sintió como sus mejillas empezaban a tomar temperatura, e instintivamente volvió su vista hacia el rubio, que hablaba tranquilamente con Pansy como si nada hubiera pasado

—¿Harry? —dijo una voz detrás de él haciendole sobresaltarse del susto— ¿Has sobrevivido? —preguntó el pelirrojo entre risas

—¿Qué tal todo? —preguntó una voz detrás del pelirrojo, que seguidamente se puso a su lado. El moreno le miraba con una sonrisa
 
—Eh.. ¿Bien? Gracias.. Supongo —balbuceó el pelinegro un tanto confundido. El moreno simplemente sonrió y se fue junto a sus amigos

—¿Blaise Zabini me acaba de preguntar genuinamente que cómo estaba? —preguntó Harry a su amigo totalmente confundido, a lo que Ron respondió con una carcajada— ¿Pero qué esta pasando aquí con las serpientes?

—Yo ya te dije que Zabini no era tan gilipollas como las otras serpientes —dijo el pelirrojo rascandose la nuca y esbozando una media sonrisa— Ni siquiera he pasado un mal rato mientras hacíamos todo esto.. ¡Ah! Y te tengo que contar lo que te quería contar hoy a la mañana

—¡Es verdad! Cuéntame —pidió el pelinegro mientras se sentaba en el tronco al lado del arbol, haciendo a su amigo hacer lo mismo

—Bueno.. ¿Recuerdas la tarta de calabaza de ayer? —el pelinegro asintió— Adivina de quién era —dijo el pelirrojo conteniendose la risa

—¿De quién? —preguntó Harry expectante

—Del moreno que te acaba de preguntar como estabas —soltó el pelirrojo finalmente riendose— ¿Te lo puedes creer?

—¿De verdad? ¡¿Pero no dijiste que la habían hecho los elfos?! ¿Y cómo te has enterado? —pregunto el pelinegro contagiandose de la risa de su amigo

—Resulta que él se lo preparó para el hurón y lo dejó en la cocina para decorarlo, y cuando lo fue a buscar para comerlo me vio saliendo con él.. Imaginate mi cara cuando me lo contó —dijo el chico con una mueca— Pero que como me vio tan entusiasmado decidió no decir nada..

—¿De verdad? ¿Pero desde cuándo las serpientes son así con nostros? —preguntó riendo el pelinegro, volviendo su vista hacia el grupo de serpientes que hablaban animadamente a unos metros de ellos. Este instintivamente fijó su vista en el rubio, el cual, como si se hubiera percatado de su mirada, volvió su vista hacia él con una leve sonrisa, provocandole cientos de murciélagos en su interior y un notorio sonrojo. Rápidamente se volvió hacia su amigo

—¿Q-qué calor que hace n-no? —pregunto el pelinegro intentando disimular su sonrojo, agitando su mano

—¿Tienes calor? Pero si estamos a Octub-

—¡Ron! ¿Cuándo volviste? —su amiga se dirigía hacia ellos, y Harry agradeció a Merlín por ello

—¡Herms! Pues hace nada.. Acabamos de llegar ¿Y tú? ¿Qué tal os ha ido?

—Muy bien ¡Hemos encontrado todo! Y Pansy ni siquiera es tan mala compañera de trabajo.. Superó mis expectativas —dijo la chica esbozando una sonrisa— ¿Y vosotros?

—Pues nosotros hemos encontrado solo un par.. Pero he pasado un buen rato, no te lo voy a negar —admitió el pelirrojo sonriendo tímidamente
‎    
‎    
Lentamente, todas las parejas llegaron al lugar, y luego de estar todos presentes, ambas casas volvieron al castillo. Al llegar, Harry, Ron y Hermione decidieron ir a su sala común, donde se quedaron tranquilamente hablando y descansando un par de horas hasta la hora de cenar

—¿Habéis hecho los deberes de Defensa Contra las Artes Oscuras para mañana? —preguntó la chica mientras bajaban las escaleras hacia el Gran Comedor

—¡¿Qué deberes?! —exclamó Ron llevandose las manos a la cabeza— Joder otra vez no, estoy agotadísimo como para ponerme a hacer deberes

—¡¿Por qué siempre nos avisas a último momento?! —exclamó Harry imitando el gesto de su amigo. La chica soltó una carcajada y meneó la cabeza

—Es broma —dijo Hermione riendo — Ni siquiera tenemos Defensa Contra las Artes Oscuras mañana —la chica estalló en risas ganandose una mirada de enfado por parte de sus amigos

—Joder Herms, que susto —suspiró el chico llevandose la mano a su frente— Ya me imaginaba otra vez hasta las tantas haciendo deberes

—Lo mismo digo —dijo el pelinegro meneando la cabeza

—Tranquilos, hoy podéis iros a dormir temprano —dijo la chica esbozando una sonrisa— Además mañana lo que si tenéis es entrenamiento, que dentro de poco tenéis partido con Ravenclaw.. Así que no hay excusa para iros a dormir tarde

—¡Es verdad! Merlín, casi se me olvidaba —dijo Harry mientras ya entraban al Gran Comedor— Que por cierto ¿Sabías que Ginny entra al equipo, Herms?

—Sí, me lo contó Ron —dijo la chica con una sonrisa. Cuando ya estaban adentro, los tres jóvenes se sentaron en el mismo sitio de siempre y empezaron a comer mientras hablaban tranquilamente. Harry en repetidas ocasiones levantaba la vista y no podía evitar esbozar una sonrisa al ver al rubio comiendo tranquilamente junto a sus amigos, recordando todo lo ocurrido con él apenas unas horas antes. Al acabar de cenar, los tres amigos se levantaron y volvieron a la sala común, pero Harry, que se encontraba un tanto cansado decidió subir a los dormitorios dispuesto a dormir, despidiendose de sus dos amigos y deseandoles las buenas noches a cada uno. Entró, tomó su pijama y su cepillo de dientes de su baúl y se fue al baño de la habitación, donde se tomó una ducha rápida y se lavó los dientes. Al salir, un ruido proveniente de la ventana le sorprendió

—¿Hola? —preguntó mientras se acercaba a esta, nadie respondía y el rudio no cesaba— ¿Hola? —repitió. Pero como nadie le respondía, finalmente optó por abrir la ventana, y para su sorpresa, se encontró con una gran lechuza negra de ojos anaranjados con un pequeño pergamino entre sus garras al otro lado de esta

—¿Qué haces aquí? ¿Quién te envía? —preguntó el pelinegro curioso, tomando el pequeño pergamino entre sus manos. Pero la lechuza, dándole un picotazo en la mano levantó vuelo y se fue. Maldiciendo a la bestia por la pequeña herida que le había hecho en su mano, cerró la ventana y se fue a su cama, donde desenrrolló la pequeña nota
‎    
‎    

"Cuando estes acosandome mirándome y disfrutando de mi belleza natural, al menos se un poco más discreto, que hasta Pansy se dio cuenta.

                                                                    D.M"
‎    
‎    
‎    
‎    

¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐌𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐒? | 𝐃𝐫𝐚𝐫𝐫𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora