¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐌𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐒? | 𝐃𝐫𝐚𝐫𝐫𝐲

CAPÍTULO 24: Transformaciones

Cap 24. Transformaciones

—Poned los deberes que os di la clase pasada sobre vuestras mesas por favor  —pidió la profesora McGonagall, pero Harry estaba demasiado metido en sus pensamientos como para escucharle. Tener al rubio sentado a su lado le provocaba una sensación de miedo y confusión que ni él mismo podía entender ¿Y si se daba cuenta? se preguntaba una y otra vez a si mismo, pero una voz le sacó de sus pensamientos

—Potter —murmuró el chico —¡Potter!

 El pelinegro volvió su vista hacia el rubio rápidamente, volviendo a la realidad

—Los deberes idiota ¿No los has hecho? —murmuró este mirandole fíjamente a los ojos — Eran para hoy

—Ah si si —el joven un tanto sonrojado, se agachó, tomó el pergamino y lo puso sobre la mesa— Gracias

Ambos chicos volvieron su vista al frente rápidamente. La profesora McGonagall, en un movimiento de varita hizo levitar todos los pergaminos de las mesas, llevándolos a su escritorio y poniéndolos uno encima de otro haciendo una pila.

—Ahora, tenéis que completar estos ejercicios teóricos con vuestros compañeros de trabajo —ordenó la mujer. Y nuevamente, en un movimiento de varita, hizo aparecer un pergamino lleno de ejercicios en cada mesa — Tenéis tiempo hasta que la clase acabe, asi que a ponerse las pilas

Como si estuvieran conectados, ambos chicos se miraron uno al otro al mismo tiempo y rápidamente volvieron su vista hacia el pergamino

—Lo acabaremos antes de que acabe la clase —afirmó el rubio luego de leer todas las preguntas y actividades— Pero tendrás que escribir tú —dijo este señalando su brazo con una mueca
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 —Lapifors se escribe con F —susurró el rubio al pelinegro, negando con su cabeza. Harry sintió como sus mejillas ardían, y en un acto instintivo rápidamente tachó lo que había escrito, empeorándolo

—No hagas eso, lo estas empeorando —dijo el rubio— Trae

El chico tomó la hoja del pelinegro, sacó su varita y en un leve toque, el tachón desapareció completamente del pergamino. Harry aún sonrojado bajó su vista, tomó nuevamente el pergamino y reescribió la palabra. Tener que escribir todo bajo la vista de el rubio era atormentante

—Casi todos cometéis errores Potter, no te preocupes por eso —susurró el rubio

—¿Casi todos? —preguntó el chico volviendo su vista hacia este, en el mismo tono

—Claro ¿Acaso yo los cometo? Pues no. Asi que casi todos —respondió el joven seguro de si mismo con una sonrisa— Sigue escribiendo

 El comentario provocó una pequeña risa en el pelinegro, que siguió escribiendo y suspiró

—No me gusta que me mires mientras escribo, me distrae —soltó el joven —Espera.. ¡¿Qué he dicho?! —se gritó a si mismo— Mierda

—¿Te distraigo Potter? —preguntó el rubio con una leve sonrisa en la cara

—No.. No me refiero a eso.. Yo.. —balbuceó el chico, pero el ojigrís le interrumpió

—Calla y escribe —rió. El pelinegro, tapándose la cara apoyandose en su mano siguió escribiendo, mientras el rubio le observaba atentamente.
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—¡Harry! —exclamó el pelirrojo que le esperaba en el pasillo fuera de la clase junto a su amiga— Te estabamos esperando

—¿Habéis podido acabarlo? —preguntó la chica

—Por suerte si, pero como tiene la mano que no la puede mover pues he tendio que escribirlo yo, por eso hemos tardado más —explicó el chico— ¿Y vosotros?

—Bueno.. A nosotras nos faltan un par de puntos pero ya hemos quedado esta tarde en la biblioteca para acabarlos —dijo la chica

—A nosotros igual, pero me ha dicho que me avisaría —el chico hizo una leve pausa— Por cierto Harry, te tengo que contar algo

—Pues se lo cuentas de camino, que si no llegaremos tarde a Cuidado de Criaturas Mágicas —afirmó la chica comenzando a caminar. Al oir sus palabras, a Harry se le heló la sangre; no recordaba que hoy tenían esa asignatura, y ahora luego de haber metido la pata con Malfoy diciéndole que su mirada le distraía, iba a quedar como un mentiroso.

—Bueno, ¿No quieres que te cuente lo que te iba a contar? —preguntó el pelirrojo mientras caminaban

—¿Eh? Ah si, perdona, estaba pensando en otras cosas —se excusó el pelinegro que había estado caminando en completo silencio hasta el momento— Cuéntame

—Mejor luego que ya casi llegamos
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—¡Hola Hagrid! —saludó la chica al ver al gigante— Supongo que no haremos clase con hipogrifos hoy, ¿Verdad? —dijo la chica soltando una risa, ganandose una mirada de odio por parte del rubio que venía detrás de ellos junto a otras serpientes

—Pues no, ¡Hoy os traigo algo diferente! —dijo el gigante orgulloso— No tenía pensado hacer algo así a principios de curso, pero como uno de vosotros me lo habéis pedido, ¡Hoy haremos una salida de exploración y búsqueda en el exterior! —explicó el gigante feliz, guiñándole un ojo a Harry, haciendo el chico ganar la mirada de todos sus compañeros

—Mierda
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