¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐌𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐒? | 𝐃𝐫𝐚𝐫𝐫𝐲

CAPÍTULO 5: La bienvenida

Cap 5. La bienvenida

 Los nuevos alumnos de primer año entraron al Gran Comedor en fila guiados por la profesora McGonagall, y poco después los niños ya estaban siendo elegidos a sus respectivas casas por el sombrero seleccionador. Luego de saludos y aplausos, Dumbledore aclaró su voz y todo el mundo hizo silencio.

— ¡Bienvenidos! —dijo—. ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias! —dicho esto, el viejo se volvió a sentar y todos aplaudieron y virotearon. Los de primer año parecían estar un tanto confundidos ante el pequeño discurso de este, aunque los demás ya estaban acostumbrados y era algo totalmente normal e icónico para ellos. En un toque de varita, decenas de platos aparecieron en las mesas llenos de deliciosas comidas, junto a los cuchillos y tenedores.

 Todos disfrutaron de un maravilloso festín, y Ron como el que más; al terminar su plato y repetir, se sentía totalmente satisfecho. Por último, el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.

—Sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que haceros para el comienzo del año. Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están totalmente prohibidos para todos los alumnos, ya que este está lleno de animales peligrosos —el profesor hizo una leve pausa, se aclaró la voz y continuó— También quería contaros que como ya muchos sabréis, el año pasado en la final de quidditch, Gryffindor y Slytherin quedasteis empatados sin posibilidad de un partido de desempate por ciertos problemas técnicos relacionados con Ya-sabeis-quién. Asi que este año, que las cosas ya estan un poco más tranquilas con respecto a ese tema, el primer partido del año será entre estos dos equipos —. Los estudiantes de ambas casas empezaron a aplaudir y silbar animadamente, pero al ver que Dumbledore aún seguía en pie se callaron para darle nuevamente la palabra. 

—Y por último, quiero recordaros a todos los nuevos estudiantes que las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso, después de que el partido haya sido concluído. Los que esteis interesados en jugar para vuestras casas, debeis poneros en contacto con la señora Hooch. Dicho esto, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio! —exclamó Dumbledore. Este agitó su varita y una larga tira dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y se transformó en palabras.

—¡Y allá vamos! —. Y todo el colegio empezó a cantar.

 Luego de eso, este los despidió y le dio el aviso a los prefectos de que ya podían llevar a sus nuevos integrantes a sus respectivos dormitorios. Harry se despidió de sus amigos y seguidamente salió del Gran Comedor junto a Lavander y todos los nuevos integrantes de Gryffindor. El chico les enseñó cómo llegar a su sala común sin perderse un tanto nostálgico; aún recordaba como exactamente 5 años atrás él se encontraba en la misma situación que esos niños, mientras Percy era quien les guiaba.

 —Abstinencia —dijo el joven a la Dama Gorda. Esta abrió paso a todos los estudiantes al tunel detrás del cuadro, llevandolos así a su sala común y volviendo a cerrar la entrada de este.

 Harry, luego de acompañar a los niños a sus dormitorios, volvió a la sala común donde Ron y Hermione le esperaban.

 —¿Qué tal con los niños? —preguntó la chica mientras se calentaba las manos cerca del fuego.

 —Bien.. Me han recordado a nosotros el primer día que llegamos aquí ¿Os acordais? —preguntó el ojiverde. Ambos chicos asintieron, y mientras se ponía cómodo en el sillón junto al fuego, como si le acabaran de hechizar, el chico empezó a recordar.