CAPÍTULO 14: Mala suerte

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Cap 14. Mala suerte

  La profesora McGonagall empezó a llamar a alumnos, los cuales lentamente se levataban de mala gana y se sentaban junto a otro estudiante. A Harry le sudaban las manos, porque él ya tenía un leve presentimiento de lo que iba a suceder.

 —Ron Weasley  —ambos jovenes se miraron y el pelirrojo tragó saliva fuertemente —Junto a Zabini.

 Ron volvió su vista hacia Hermione y seguidamente hacia Harry, el cual le miraba con compasión —Mátame —susurró, casi haciendo a su amigo reir. Tomó su libro, se levantó dándole una última mirada a Harry y se dirigió hacia el joven que ni siquiera le miraba.

 —Y tú Malfoy, siéntate junto a Potter —Harry giró su cabeza ciento ochenta grados hacia la profesora McGonagall atónito, y segundos después hacia el rubio que se acercaba con sus cosas sin decir absolutamente nada. Instintivamente volvió su vista hacia el libro que tenía delante suyo y no pronunció palabra. Sintió como el joven se sentaba a su lado y su corazón se aceleró. Él en el fondo ya tenía el presentimiento de que eso iba a suceder y más siendo Snape unos de los que tomó esa decisión, pero de intuírlo a que pase, hay una pequeña gran diferencia. Mientras sus nervios incrementaban y su cerebro intentaba procesar todo lo que estaba ocurriendo, no se dio cuenta que Pensy Parkinson fue quien se tuvo que sentar con su amiga Hermione, ni Neville con Goyle, ni Seamus con Crabbe. Él simplemente estaba completamente atónito; Draco Malfoy iba a ser su compañero de trabajo hasta fin de curso

 —Ahora que ya todos tenéis compañero de trabajo, os avisamos de que a partir de hoy las clases compartidas con las otras dos casas van a ser reemplazadas para que las hagais vosotros juntos, así os tendréis de compañeros en casi todas las asignaturas. De este modo, esperamos que empecéis a dejar vuestras diferencias de lado y seais más tolerantes. Dicho todo, os dejamos continuar con la clase —dijo Dumbledore regalandole una sonrisa a Snape

 —Ante cualquier duda, ya sabéis donde encontrarnos —finalizó McGonagall, y dicho esto, ambos profesores se retiraron.

 Harry levantó su vista y miró al rubio que tenía sentado a su lado, el cual pareció percatarse de ello

 —Que lamentablemente tenga que sentarme junto a ti Potter, no significa que seremos amigos ni mucho menos, porque eso nunca ocurrirá ¿Entendido? —dijo fríamente el rubio sin mirarle a la cara

 —Nunca he dicho lo contario Malfoy, y dudo que alguien quiera serlo de todos modos —escupió Harry sin pensarlo, ganandose así una mirada de odio por parte de este el cual parecía un tanto ofendido

 —Cállate —rabió el rubio volviendo su mirada hacia el frente

 —¿Siempre con la última palabra, no? —dijo Harry soltando una pequeña risa

 —Imbécil.

 —Confirmo mi pregunta entonces —respondió Harry, ahora divertido por la situación. Pero antes de que el rubio pudiera decir algo al respecto, Snape empezó a hablar, con esa voz profunda, casi susurrada e inquietante que él tenía

 —Abrir vuestros libros por la página ciento trece. Quiero que hagáis un resumen sobre los tres temas que se mencionan en esta, y cuando acabéis recreeis la poción.

 —¿De a dos? —preguntó un joven Gryffindor levantando su mano

 —¿Tu que crees, idiota? ¿De a cinco? —respondió Snape, divirtiendo a todos los Slytherin que amaban ver a los leones en ridículo.

. . .

 —Lo escribiré yo porque tu letra apesta —afirmó el rubio

 —¡Pero si ni siquiera la has visto! —se defendió Harry

 —No me hace falta verla, con verte a ti ya me es más que suficiente para saberlo —se burló este mientras empezaba a escribir

 —Lo que tu digas, entonces yo empezaré con la poción —dijo Harry subiendo su caldero sobre la mesa

 —Ni se te ocurra. Te esperas a que acabe —ordenó el rubio mientras leía el libro y escribía.

 —¿Acaso se hará aquí todo lo que tu digas? —preguntó el pelinegro incrédulo

 —¿Lo dudabas? —respondió Malfoy orgulloso. Harry meneó su cabeza mientras suspiraba.

 —Esto tiene que ser una pesadilla —pensó.



¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐌𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐒? | 𝐃𝐫𝐚𝐫𝐫𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora