CAPÍTULO 30: Sustos

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Cap 30. Sustos

 Esos tres meses pasaron bastante rápido para todos los jovenes. A diferencia de lo que muchos creían, Ravenclaw ganó el último partido de la temporada contra Gryffindor, y las cosas entre Harry y Draco no cambiaron mucho; miradas y ruborizaciones a distancia cuando nadie les veía, e intentos de hacer ver ridículo al otro delante de los demás. Poco después, Halloween llegó a Hogwarts con la fiesta y el banquete que venían junto a esta celebración que todos esperan. Como tarea en herbología y transformaciones, los jóvenes tuvieron que ayudar a Hagrid en hacer crecer las calabazas que se usarían en la decoración y el banquete de esa noche tan especial.
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 Navidad se acercaba y en el ambiente ya se podía sentir. Los elfos junto a algunos alumnos habían decorado todo el castillo con muérdago, acebo y grandes abetos con guirnaldas, en las frías mañanas el castillo amanecía completamente cubierto de nieve, y entre los jóvenes, el único tema de charla en esos momentos era acerca de dónde iban a pasar la semana de vacaciones

—¿Y tú Harry? ¿Dónde te quedarás estas navidades?  —preguntó Neville mientras se sentaba en el suelo al lado de la ardiente chimenea

—Pues estas navidades iré con los Weasley —dijo esbozando una sonrisa mientras le daba un leve codazo a su amigo pelirrojo— ¿Y tu?

—Iremos a la casa de mi abuela con Seamus —explicó— ¿Y tu Hermione? —la chica asintió

—Iré con mis padres..

—Y espero que nos mandes alguna lechuza —agregó Ron mirandola de reojo con la cabeza en alto

—Pues claro tonto —dijo la chica riendo— ¿Cuándo no he enviado yo algo por navidad?

—Por si acaso te olvidabas —afirmó el pelirrojo haciendo reír a todos los jóvenes en la sala sentados delante del cálido fuego— Que lo digo enserio eh —agregó contagiandose de la risa. Y aunque todos se reían y parecían divertirse, algo no paraba de dar vueltas en la mente de Harry, que observaba el fuego en la chimenea pensativo

—Voy a hacer un par de cosas y luego vuelvo ¿Vale? —dijo levantandose del cálido sillón en el que se encontraba. Sus amigos asintieron y le observaron subir las escaleras. El pelinegro entró al dormitorio y de su baúl sacó la capa de invisibilidad, la cual se puso por encima y cogió el Mapa del Merodeador

 —Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas —recitó mientras lo activaba con un toque de varita, revelando así el contenido de este— Perfecto

 El joven bajó sigilosamente las escaleras y pasó por al lado de sus amigos en la sala común aguantandose la respiración, asegurandose de que nadie le veía ni oía salir de allí. Una vez fuera, echó un vistazo al mapa otra vez y empezó a andar hacia las mazmorras del castillo. Para su mala suerte tuvo que esperar casi veinte minutos fuera de ese frío pasillo de piedra hasta que alguien entrara a la mazmorra de las serpientes y pudiera entrar

—Sangre pura —dijo la chica, mostrándose así un pasaje hacia la sala común. Harry rodó los ojos pero entró detrás de ella nuevamente aguantandose la respiración y caminando de puntillas. Y ahí estaba, el rubio sentado sobre uno de los sillones de cuero negro de la sala junto a sus dos amigos, hablando tranquilamente. Otros jóvenes se encontraban charlando animadamente y bromeando un poco más apartados, y otros tres estaban tranquilamente sentados en las mesas, probablemente haciendo deberes

—Si al final parecen buenos y todo —pensó Harry sonriendo de lado. Y es que ver a las serpientes en tan buen ambiente, riendose y haciendo bromas entre si como sus amigos solían hacer, era raro de ver para él.

El pelinegro empezó a pensar cómo iba a llamar la atención del rubio sin levantar sospechas ¿Debería susurrarle algo? O tal vez tocarle el hombro.. No. Eso no. El rubio no sabía que él tenía una capa de invisibilidad, y mucho menos que él iría a buscarle. Pero mientras pensaba, Draco se levantó y empezó a caminar hacia lo que el chico supuso que serían los dormitorios de las serpientes, asi que rápidamente le siguió. Para su suerte, nadie más estaba allí

—Pssst —. El rubio dio un bote y se volteó hacia donde el pelinegro estaba, pero no vio nada. Una fuerte confusión era notable en sus ojos

—¿H-hola? ¿B-blaise? —balbuceó el chico nervioso. Al pelinegro se le escapó una risa— Blaise, no hace gracia —bufó cruzandose de brazos intentando lucir más severo

Harry silenciosamente y aguantandose la risa se escabulló detrás del rubio y se deshizo de la capa

—¡Buh! —soltó haciendole ahogar un grito y saltar del susto

—¡Me cago en tu vida! —gritó el rubio llevandose las manos a su pecho— ¡¿Potter se puede saber que cojones estas haciendo?! ¡¿Tu quieres que yo me muera de un susto o qué?! —exclamó golpeandole y empujándole. Harry no podía parar de reírse

—Debe-deberías habert- visto la c-cara —exclamó mientras no paraba de reír— Ay que no pue- —el rubio le miraba incrédulo mientras este se retorcía de la risa y ya empezaba a faltarle el aire

—Eres un gilipollas —bufó, pero un sonido de pasos acercandose le cambió la expresión

—¿Draco? ¿Estas bien? —preguntó una voz a la distancia, acercandose rápidamente. Sorprendido, el rubio le hizo un gesto desesperado al pelinegro para que hiciera algo, y este rápidamente se tapó con la capa de invisibilidad y se cubrió la boca con la mano. El rubio sin entender nada lo buscaba con la vista

—¿Draco? —el chico dio un salto y se volvió hacia el moreno que le miraba desde el marco de la puerta— ¿Estas bien?.. ¿Qué haces? —preguntó el joven un tanto descolocado por la rara actitud de su amigo— ¿Pasa algo?

—N-no —balbuceó— ¿P-por qué lo preguntas? —preguntó forzando una sonrisa

—Creí escucharte gritar y pensé que te habrías encontrado con otra araña como el otro día —explicó el chico encogiéndose de hombros

—No no —negó energéticamente con la cabeza— No te preocupes, puedes irte —dijo haciendo un gesto con su mano

—En verdad venía a quedarme —dijo el joven mientras se estiraba— Mañana tenemos que pillar el tren a casa temprano..

—Ah.. Es verdad, sí —respondió el rubio distraído mientras buscaba lentamente con su vista algun rastro de donde podría estar el pelinegro, pero al volver la vista hacia su amigo, vio la cabeza de Harry flotando detrás suyo

—¿Draco, de verdad estas bien? —preguntó preocupado al ver su cara de horror. Lentamente se volteó hacia donde él posaba su vista, pero este le tomó por el brazo rápidamente

—¡Si! Yo.. Estaba pensando —dijo nerviosamente y soltando una pequeña risa, confundiendo aún más a su amigo. Al posar nuevamente su vista detrás de este, ahora podía ver al pelinegro haciendole una seña de que ¿Subiera? y desapareció. El moreno se volvió nuevamente por la cara de confusión del rubio, pero no vio nada

—Me estas preocupando.. —dijo riendo nerviosamente— ¿Qué ves?

—N-nada —meneó la cabeza— Nada, cosas mías —respondió a la vez que salía de la habitación— Nos vemos luego

Bastante confundido, el rubio salió de la sala común y subió las escaleras que conectaban el piso principal con las mazmorras

—¿Potter? —susurró mirando a su alrededor, y otra vez, la cabeza de Harry flotando delante suyo le sorprendió— ¿Se puede saber qué haces?

El chico finalmente se destapó y dobló con cuidado la capa, dejando al rubio con ojos como platos

—Es una capa de invisibilidad, idiota —explicó mientras se la enseñaba

—¿Y por qué tienes una? —preguntó el rubio sorprendido— ¿Dónde la comp- Espera.. ¿Por qué estamos aquí? —preguntó nuevamente el chico dándose cuenta de la situación

—Ven, acompáñame —dijo el pelinegro un tanto nervioso empezando a andar— Aquí no
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¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐌𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐒? | 𝐃𝐫𝐚𝐫𝐫𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora