La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

Fin de curso: sorpresas en la estación.

Todos debíamos ir al Gran Comedor para un discurso de Dumbledore en honor a Cedric pero no tenia fuerzas ni ánimos para ir, sentía que podría haber evitado todo este sufrimiento.

- Vamos Madd, debemos ir en honor a Cedric ademas...- 

-Vayan ustedes chicos, yo no me siento bien como para ir...- 

- Madd.- me llamo Lee - Tienes que venir, Cedric era tu amigo y sabemos que es difícil pero...- 

- Vayan ustedes chicos, nosotros los alcanzamos luego.- respondió Fred.

No podía mirar a nadie, me sentía la peor basura de todo el mundo mágico y muggle. Sentí los brazos de Fred rodearme y las lagrimas salir en grandes cantidades por mis ojos. 

- Madd tu no tienes la culpa de nada, no podrías haberlo evitado.- susurro - Muchas veces hay muertes que deben pasar, tal vez esta era su tiempo...-

- No lo entiendes Fred, mi brazo ardía demasiado...- dije sollozando - Si yo hubiera utilizado mis dones podría haber evitado todo esto, todo este sufrimiento...- 

- Eso no lo sabes, nadie lo sabe...- respondió - Tal vez solo te hubieras expuesto, hay muchas muertes que aunque sea nuestro mayor deseo, no podemos evitarlas.- 

No podía responder nada, simplemente me aferre a los brazos de Fred porque necesitaba sentirlo, saber que el estaba conmigo. 

- Fred, por favor, nunca se te ocurra dejarme.- susurre.

- Madd te prometo que estaremos juntos hasta el final.- 

Por primera vez levante la vista para encontrarme con la mirada profunda de el pelirrojo que se había instalado a vivir en mis pensamientos y mi corazón. Nos miramos por unos segundos para terminar con nuestras respiraciones y sentimientos mezclados. 

- Madd yo...- 

Corte nuestra escasa distancia para comenzar a besarle. Nos besamos con amor, con desesperación, con miles de sentimientos a flor de piel. 

- Te amo Madd.- 

- Yo también te amo Fred.- 

- Lo se, ahora vamos preciosa...- respondió sonriendo - Debemos ir por Cedric.- 

Había un dolor en mi pecho que parecía nunca querer irse mientras Dumbledore hablaba, todo parecía flotar. Sentía que estaba flotando en el aire con mis sentimientos hechos un desastre, no podía entender ni me gastaba en comprender todo lo que estaba pasando. 

Solo había una certeza, si era verdad lo que decía Harry, tiempos muy oscuros como peligrosos estaban en camino. Debíamos cuidarnos y estar con las personas que más queríamos cerca, menuda suerte era la mía. Mi mejor amiga en Rumanía, sin contestar mi ultima carta ni dar señales de vida y la única familia que me quedaba escapándose de un lugar a otro. 

Tenia miedo y el sentimiento de muerte en el cuerpo todo el tiempo, sabia que debía prepararme para la guerra que se aproximaba pero aunque pudiera controlar mi don por completo, nunca estaría preparada. 

- Madd, vamos...- me llamo Fred - Ya todo termino, todo va a estar bien...- 

- Esto recién empieza Weasley...- respondí aferrándome a su brazo - y eso es lo que mas me asusta.- 

- Tranquila Black, siempre tendrás a este león para protegerte.- 

- Con esa protección, yo que tu Madd voy buscando más libros sobre encantamientos protectores.- interrumpió George.

Por primera vez desde hace días, me reí. Soltamos una pequeña risa entre los tres para luego ir en busca de nuestras cosas, ya que comenzaban las vacaciones de verano y con ellas nuestro ultimo año en Howgarts. 

Estábamos llegando a la estación de trenes, no tenia novedades de Beth como tampoco de ningún miembro de mi familia. 

- Vamos Madd, ya hemos llegado...- dijo Lee

- ¿Ya te has decido sobre tu viaje a París Jordan?- 

- ¿Que viaje?- preguntaron los gemelos. 

- Yo... bueno, Anne me ha invitado a pasar el verano en Francia y yo aun no le he dado una respuesta...- 

- ¿A qué esperas Lee?- pregunte - Tus padres ya te han dado el permiso, solo debes avisarle a tu enamorada que en una semana estarás allá.- 

- Yo no lo se, convivir todo el verano con toda su familia...- 

- De eso me he encargado Jordan, se que tus nervios no ayudan demasiado.- afirme - Así que hable con un conocido...- 

- De nombre Andrew.- canturreo Beth.

Esperen, esperen, esperen.

- ¡¿BETH?! - 

Corrí a abrazar a la rubia que estaba apoyada en el marco de nuestro compartimiento. No podía creer que esto fuera real, mi amiga estaba con nosotros. 

- No puedo creerlo, esto es increíble.- dije emocionada - No me respondiste la ultima carta ni siquiera diste señales de vida y ahora estas...- 

- ¿Sorpresa? - respondió Beth - Yo también te extrañaba horrores pero no podía responder las cartas, tengo tantísimas cosas para contarte.- 

- Todo muy hermoso bellas damas pero debemos bajar del tren.- anuncio George.

- Esperen... ¿Te comunicaste con Andrew?- pregunto Lee.

- Oh si, eso...- respondí riendo - Hable con Andrew y el te puede recibir en su casa por el verano, así que no debes hospedarte con Anne pero si estar todo el día con ella.- 

- ¿Sigues hablando con Andrew?- pregunto Fred.

- ¡Madd te amo con todo mi ser! - grito Lee mientras me abrazaba.

- Yo también te amo Lee.- respondí riendo - y si Fred, hablo con Andrew... ¿Algún problema?- 

- No, no. no...- respondió nervioso - Solo preguntaba como quien no quiere saber la cosa.- 

Escuche la risa de Beth, me uní a ella y caminamos para salir del tren. 

- ¿No le has dicho que es gay, verdad? - susurro.

- Claro que no Beth, no es de su incumbencia.- respondí riendo. 

Salimos del tren para encontrarnos con una familia de pelirrojos esperándonos, Harry ya se había ido y la estación estaba comenzando a vaciarse. 

- No piensas saludarme primita.- dijo una voz que extrañaba demasiado.

- ¡Tonks! - grite para abrazarla - No puedo creer que estén las dos aquí, ninguna me aviso nada ni siquiera me contestaron mis carta.- 

- No seria una sorpresa si te avisábamos con anticipación.- respondieron al unisono. 

- Ahora vamos, cuando lleguemos a la casa hablaremos bien.- 

Entre las dos tomaron mis cosas y comenzaron a caminar después de saludar rápidamente a la familia de pelirrojos. Yo los despedí un poco mas lento y con la promesa de escribirnos en el verano para poder vernos.