La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

El reencuentro

5 años después...

- ¡WEASLEY!- grite mientras corría - ¡Devuélveme mi carta sino quieres morir hoy!- 

Estábamos en el Caldero Chorreante hasta el comienzo del curso. La familia Weasley había viajado a Egipto y yo había ido con Beth a Francia para ver y conocer a toda su familia.

- ¡¿Vas a matarme?! ¡¿A mi?! - dramatizo- Creí que eramos mejores amigos Black.-

- Somos mejores amigos George hasta que te metes con mis cosas.- 

- Oh, vamos preciosa, es solo una carta.- rió Fred

- Pero no es cualquier carta muchachos, es de Andrew.- comento Beth - La primera en todo el verano.- 

- Andrew.- dijo con asco Fred - Deberíamos quemarla.-

- Ni lo pienses Fred.- dije acercándome lentamente.

Estaba a muy poca distancia de mi amigo y cuando estaba por tomar mi carta, Fred acorto toda la distancia que había entre nosotros, nuestras caras estaban a escasos centímetros. Mi respiración se corto y el sonrió. 

- Comos digas preciosa.- dijo y coloco la carta a la altura de mi cara.

Agarre la carta y Fred despareció junto a George mientras Beth bajaba para quedar a mi altura. 

- Que intenso.- comento mi amiga.

- Ni que lo digas.-

Bajamos para encontrarnos con el resto de la familia Weasley, Harry y Hermione para comenzar a comer, aunque antes de sentarnos, el Señor Weasley me llamo para hablar en un lugar un tanto mas apartado. 

- Maddison querida solo quería pedirte que este año tengas mucho cuidado, ya sabes que tu padre esta suelto y aquí hasta las paredes escuchan, ademas no sabemos como le han afectado tantos años encerrados.- 

- Lo se Señor Weasley, muchas gracias.- dije apenada.

- Se que es difícil Madisson y, espero que sepas que ante cualquier cosa puedes contar con nosotros.- 

- Gracias Señor Weasley.- dije mas animada - Tengo algo para usted. Es un objeto muggle que encontré hace unos días en Francia.- 

Busque en mi mochila un objeto de metal que habíamos visto con Beth en el maletín de su tío, que era una especie de doctor para los dientes o algo así.

- Fascinante Maddison ¿De donde lo has sacado?- 

- Lo encontramos tirada con Beth cuando salíamos de un consultorio medico muggle.- mentí 

- Bueno, ahora vamos a comer y prometo que averiguare para que se utiliza este artefacto.- dijo el Señor Weasley- Muchas gracias Maddison.-

- No hay porque Señor Weasley, aunque deberá notificarme en cuanto se entere para que sirve.- reí.

Volví con los gemelos y Beth aunque decidí sentarme al lado de Percy, para molestar a los chicos y consultarle por unos libros que había leído en vacaciones. El Señor Weasley hablo con Harry y luego nos sentamos a comer entre bromas y risas para después irnos a dormir ya que mañana iríamos a la estación de trenes para viajar hasta Howgarts.

El transcurso del viaje fue tranquilo, los gemelos hablaban sobre los últimos detalles de su primer broma, donde iban a necesitar de mi ayuda con un par de pociones y yo debía cumplir con un par de tareas por ser perfecta  de mi casa, razón por la cual los gemelos aun se burlaban y pretendían sacar provecho al igual que Beth, que se regocijaba sobre todas las ventajas que iba a poder tener.