La mayor, increíble y fascinante locura que puede ver fue la última broma de los gemelos en Hogwarts. Todavía quedaban restos del pantano mágico que habían creado, todo el alumnado los admiraba y hablaban sobre el fantástico desastre.
Era horrible estar sin los gemelos, nunca había estado tanto tiempo sin verlos y reírme con ellos. Habían prometido venir a visitarnos, pero primero debían arreglar y organizar sus cosas fuera del castillo. Además de inventar un plan para no ser descubiertos al merodear por los pasillos del colegio.
Estaba cuidando de la beba más hermosa del mundo cuando una Beth agitada entro por la puerta.
-Madd...Harry...los chicos...Umbrige...-
- ¡Por Merlín! Beth debes respirar, no puedo entenderte. - dije alterada- ¿Qué ha pasado? -
Mientras la rubia intentaba regular su respiración y calmar sus nervios, yo recostaba a Anne en su cuna.
-Madd debes ayudarlos, han detenido a Harry y los demás intentando escapar...-
Mierda. Mierda. Mierda.
- ¡¿Escapar?!- grite alarmada- ¿A dónde pretendían ir? -
-No lo sé, debes ayudarlos Madd. -
No esperé ni un segundo más para salir corriendo. Intentaba llamar a Harry con mis dones, pero no tenía respuesta. Sentía la falta de aire en mis pulmones, joder... debería hacer más ejercicio.
Frené de golpe al ver la secuencia de imágenes reproducirse por mi cabeza. Habían logrado escapar del castillo, iban al Ministerio. Harry pensaba que Sirius, mi padre, estaba en peligro.
Debía hacer algo, tenía que comunicarme con la orden. Alguien debía poder ayudarlos, era una misión suicida sin ningún sentido aparente. Ellos corrían un peligro mortal, todo esto parecía ser una trampa.
-Papá...Papá, por favor contesta. -
¡Por Merlín! Intenté con cada miembro de la orden, pero nada estaba resultando. Sabía que ellos estaban a salvo, podía verlos en la guarida, pero no podía comunicarme con ellos al menos que rompiera la conexión con Harry.
No podría comunicarme con nadie hasta que Harry estuviera a salvo, solo con la persona que corre riesgo. Sin embargo, el niño que vivió no se dignaba a contestar ni uno solo de mis llamados.
Me escondí e invoqué un Patronus, había leído en un libro que servían como mensajeros. No tenía más opciones, debía probar con lo que fuera necesario para intentar evitar daños mayores de los que podían ocurrir.
Miraba a través de la mente de Harry, no dejaba de ver ni un solo segundo. Los chicos estaban siendo atacados por los Mortífagos, querían la profecía y la única manera de salir vivos de esta, era entregárselas.
La Orden del Fenix había llegado al Ministerio de Magia, habían comenzado una batalla con los seguidores del Señor Tenebroso. Papá luchaba junto a Harry, todo parecía ir bien pero no se debe cantar victoria antes de tiempo.
Hace unos días sentí que no podía respirar, sentía que no podría hacer llegar aire a mis pulmones. Todas esas sensaciones eran nada en comparación a como me sentía en estos momentos.
Sirius Black, mi padre, la persona que me había prometido que íbamos a formar una familia cuando todo terminase. Él estaba muerto, había caído por el velo de la muerte y no podía hacer nada para devolverlo a la vida.
Mi muñeca izquierda ardía, la "S" que se había dibujado al ver a mi padre en peligro, me estaba quemando. Sentía el calor aumentar mientras veía como se desparecía lentamente la especie de símbolo de mi cuerpo.
No sé en qué momento había comenzado a llorar, pero sentía mis lagrimas caer como si de ríos se tratase. Sentía como si mi alma se hubiera evaporado y en su lugar un constante dolor se ha instalado.
Quería irme, pero no tenía ningún lugar a donde ir, no tenía un cuerpo para llorar y solo me quedaban los recuerdos de las vacaciones por Navidad. Necesitaba correr, gritar y llorar hasta sentir la opresión en mi pecho desaparecía. Sin embargo, con cada paso de daba más sola me sentía y más grande era el dolor que me invadía.
Todo comenzaba a hacerse diminuto, veía borroso mientras caminaba en dirección a mi habitación. Debía avisarle a Beth, necesitaba llegar con ella.
-Madd...- escuché la voz de la rubia- Madd... ¡Por Merlín! ¡¿Qué sucedió?! ¡¿Qué pasa?!-
En escasas palabras, llenas de angustia y desesperación, le conté todo a mi amiga. Estaba de rodillas mientras sentía los brazos de Beth acurrucarme en su pecho y susurrar que ella estaba conmigo y nunca me dejaría.
***
El tiempo pasaba, suponía que pasaba porque no podía sentir o pensar en nada. Mejor dicho, solo podía pensar en una cosa. Mi padre, quien murió injustamente y vivió escondido por las mentiras que creía la sociedad de él.
Me sentía completamente sola, ya no tenía padres. Había perdido a mi madre y a mi padre, ambos en manos de los Mortífagos. No había podio hacer nada y, ahora ya no tenia fuerzas para hacer algo.
Me sentía devastada, impotente, destruida, sola. Quería llorar, pero ya no tenía lágrimas, quería golpear todo, pero ya no tenia fuerzas. La tristeza con cada momento que pasaba se encarnaba más en mi alma. El dolor en mi pecho aumentaba mientras sentía como mi mente se apagaba, solo imágenes de mi padre aparecían.
Escuchaba mi respiración en el silencio vacío de la habitación, era lo único que parecía decirme que aún seguía viva. Escuché la puerta abrirse, pensé que era Beth volviendo de dejar a su hija con Lee.
-Madd...-
Sentí el latido de mi corazón por primera vez desde que me había enterado de lo de mi padre. No dude demasiado y me escondí en sus brazos, buscaba un poco de calor. La sensación de estar en casa, de estar protegida.
Mis lagrimas volvieron a salir como una enorme lluvia. Mis piernas fallaron, pero los brazos de él estaban ahí para evitar mi caída. Susurrándome que estaba ahí, que todos estaban ahí para mí y que siempre lo estarían.
Al pasar un rato los demás entraron a la habitación, me abrazaron y la sensación de amor crecía un poco. El dolor seguía estando ahí, no podía sacarlo como si de nada se tratase, pero sabia que nunca iba a estar sola.
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La hija de Sirius Black (Fred Weasley)
Fiksi PenggemarEsta es la historia de Maddison Lyra Black, quién en su trayecto por Howgarts descubre y comprende sucesos de su pasado, además de conocer a las personas que la acompañarán hasta su muerte. Maddison posee un don, heredado por su madre. Su misió...