El comienzo de todo

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Estábamos llegando a King's Criss, junto a mi prima y mis tíos, quienes nos iban advirtiendo sobre el comportamiento que deberíamos tener al estar en Howgarts y que estaban sumamente emocionados por mi comienzo.
Al llegar Tonks se despidió rápidamente de sus padres y prometió  buscarme por el tren, aunque al salir corriendo  tropezó con una familia de pelirrojos, a los cuales saludó aún más rápido que su huida.

-Maddison cuídate por sobre todas las cosas y prométenos que no te meterás en muchos líos.- dijo preocupada mi tía Andrómeda.

- Lo prometo tía, aunque si me provocan, no me hago cargo de mi reacción.-

Mi tía negó sonriendo mientras mi tío me guiñaba un ojo. Los iba a extrañar;  les debía mucho, ya que junto a mi padrino Remus, habían cuidado de mi desde que papá fue encerrado en Azkaban.
Les di un último abrazo y me subí al tren que me llevaría a Howgarts.

Al subir busqué un vagón vacío sin embargo fue un fracaso, así que opte por uno dónde había una chica rubia que parecía tan perdida como yo.

  -Hola, lo siento, no hay más sitios libres ¿Puedo sentarme?-

- Claro, pasa y ponte cómoda.- dijo amablemente - Soy Elizabeth Stone pero dime Beth.-

- Un placer, soy Maddison Black.- respondí sonriente - ¿Es tu primer año?-

- Si, estoy sumamente nerviosa.- dijo riendo.- ¿Tú en qué año vas?-

-También es mi primer año y créeme, comparto tus emociones.- dije divertida.

Hablamos durante todo el viaje, bromeamos y compartimos unos dulces. Beth era increíble y sumamente divertida.

Al llegar nos llevaron a unos barcos, los cuales nos darían un recorrido por el Lago Negro, donde hubo un problema con unos chicos y el Calamar Gigante, más no le presté demasiada atención.
Llegamos a las puertas de Howgarts, dónde nos estaba esperando una profesora, que se presentó como Minerva Maggonagal. Tonks me había hablado de ella, siempre decía que era buena pero exigente como también justa.  Luego de mencionar un par de normas de comportamiento y explicarnos lo que pasaría, nos llevo al lugar donde seria nuestra selección de casas.

El Gran Comedor, superaba todo lo que podía imaginar, era enorme, magistral y sumamente cálido. Había cuatro mesas, dividiendo las casas: Hufflepauff, Slytherin, Gryffindor y Ravenclaw. Pude ver a mi prima sentada con unas chicas, riendo y jugando con su metamorfosis hasta que me vio, ella comenzó a cambiar su nariz por una de chancho y me guiño un ojo. 

Comenzó la selección de casas, varios fueron para Slytherin y otros para Gryffindor hasta que llego el turno de Beth, quien después de unos segundos, se encamino para la mesa de Raveclaw, luego siguieron un par de chicos y llego mi turno. 

 -Maddison Black.- 

Silencio, demasiado silencio. Camine hasta el taburete y me senté mientras colocaban el Sombrero Seleccionador en mi cabeza.

- Joven Black...mmm, interesante... Eres astuta como también amable, un tanto manipuladora pero por sobretodo muy valiente y leal. Bromista como tu padre, te llevaras bien con unos gemelos leones, podría ponerte en Gryffindor pero no, tienes un don y una inteligencia que solo en una casa podrás aprender a controlar y alimentarlo... Ya tengo la decisión correcta.- anuncio en mi mente para luego gritar.

- ¡RAVENCLAW!- 

Me levante y me encamine hacia mi mesa mientras que en esta aplaudían y sonreían.                                                Me senté junto a Beth para charlar mientras continuaba la selección, cuando esta termino el director Albus Dumbledore nos dio un bonito discurso y una cálida bienvenida para dar comienzo a la cena, la cual fue increíble. 

- Creo que nunca vi tanta comida en una mesa.- dije

- Definitivamente nunca vi tanta comida.- contesto mi amiga - ¡¿Eso es pavo?! Esto es fantástico.-

Reímos y comimos demasiado.

- Sabia que no ibas a quedar en Huffelpuff, aunque creí que serias una Gryffindor.-

-Ambas sabíamos que no iba a ir a tu casa y ya te he dicho que no puedes hablar en mi mente así como así, me asusto y es difícil disimularlo.-

- Ya, ya pero es que esto es genial.- 

Mire a Tonks y ella rió. Hace unos años habíamos descubierto que podía comunicarme con las personas mentalmente, fue genial aunque luego de establecer la primera conversación, la otra persona podía comunicarse conmigo cuando lo quisiera. Lo cual generaba grandes sustos a mi persona, como había sucedido en este preciso momento. 

Tonks se despidió de mi para seguir con su cena y yo intente volver mi vista al plato de comida que tenia enfrente pero esta se detuvo en la mesa de los leones, puntualmente en dos cabelleras pelirrojas o mas bien en unos ojos azules que me miraban. 

Nos miramos y sonreímos. 

La hija de Sirius Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora