La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

Medimagia

¿Alguna vez les paso que intentan entender a una persona, pero simplemente no pueden comprenderla? Hace media hora veía como Beth cambiaba los pañales de Anne, quien no paraba de moverse un solo segundo.

-Beth yo creo...-

-Ni se te ocurra pronunciar una sola palabra, Black. - advirtió la rubia- No se que le pasa, ella antes...y yo... y Charlie...-

-Tranquila, solo debe estar desorientada. - intente tranquilizarla- Déjame ver que le pasa a mi pequeña ahijada. -

Luego de algunos minutos, varias juegos y caras raras, logramos cambiarla y dejarla completamente limpia. Aunque parecía que los juegos la habían cansado bastante, ya que la pequeña había caído profundamente dormida en mi cama.

Beth estaba muy cansada, desde que habían vuelto de Rumania todo había sido muy complicado para ellas. La rubia tenía ojeras enormes, podía notar su preocupación a miles de kilómetros de distancia.

-Beth...-

Sin embargo, fui interrumpida por el susurro del llanto de mi amiga. Sabía que no quería despertar a su hija, pero ya no podía aguantar nada más.

-Yo...lo...yo lo siento...pero...yo...-

-Tranquila, tranquila...- respondí mientras la abrazaba- Todo va a estar bien, vamos a encontrar alguna solución y...-

Sentí los brazos de Beth aferrarse a mi cuello, mientras sus lágrimas caían como fuertes cascadas de sus ojos. La abrace aún más fuerte, quería sacarle todo el dolor que estaba reprimiendo.

Cuando las lágrimas y la respiración de mi amiga comenzaron a establecerse, fui hasta la cocina para poder prepararle un té tranquilizante. Aunque volví con la bebida a mi habitación, me encontré con mi ahijada y su madre durmiendo abrazadas en mi cama.

Estaba por sentarme cuando escuche como alguien golpeaba la puerta, mis piernas se quejaron ante la falsa alarma de descanso.

- ¿Me extrañaste primita? - rio Thonks divertida- ¿Cómo están las rubias más hermosas del mundo? -

-Descansando, así que absoluto silencio. - advertí sonriendo- y últimamente extraño a muchas personas...-

Thonks sonrió nostálgica, mientras terminaba de adentrarse al departamento.

-Vine a solucionarte uno o dos de todos tus problemas. - dijo más animada- ¿Has podido comunicarte con Draco? -

-No, no contesto ninguno de mis llamados. - respondí desanimada- No sé qué hacer, estoy muy preocupada por el...si los hubieras visto y yo...-

-Tranquila, lo de cabezas duras es de familia. - dijo animada- Tengo un plan, pero tenemos que ser muy cuidadosas. Puedo meterme en demasiados problemas por esto. -

Entre susurros y pocos minutos armamos un plan para la locura que tenia como idea. Realmente no estaba muy segura de que iba a funcionar, pero no podía rechazar la idea de una posibilidad para cruzar algunas palabras con mi primo.

***

-Draco...Draco, por favor...- le llame desde las sombras- No se que más hacer para poder hablar contigo, ni siquiera deberían verme aquí. –

-No, no es seguro. - respondió sin mirarme- Te hablare en unos días, tu solo no intervengas...-

Sali de mi escondite para ver como mi primo se alejaba, estaba completamente tenso. Todo su lenguaje corporal transmitía miedo e inseguridad, los rumores recorrían todas la calles y bocas del mundo mago.