La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

Albus Dumbledore

Las personas intentaban salir lo menos posible de sus casas, las torturas se volvían cada vez más frecuentes. Los gemelos habían decidido cerrar la tienda y seguir con pedidos desde su casa. Sin embargo, yo había decidido continuar con mis clases e intentar volver lo más rápido posible.

- ¿Vas a seguir asistiendo a clases? - pregunto nuevamente Fred- Madd podrías retomar en otro momento, eres una bruja muy poderosa y no necesitas...-

-No importa cuantas veces preguntes, mi respuesta va a ser la misma. - respondí cansada- Quiero seguir con mis estudios, realmente creo que son necesarios y todo estará bien...-

-Madd...por favor, podrías ayudarnos y...-continúo hablando- ¿Podrías leer libros aquí? -

- ¿Leer libros? - pregunte sorprendida- ¿Quieres que deje de estudiar para que me quede a leer libros? -

-Me parece una buena idea...- interrumpió Beth- Yo he leído docenas y docenas, creo que en cualquier momento me transforme en una biblioteca andante. -

- ¿Eso fue sarcasmo? - pregunto Fred- No quiero que te pongas en peligro, ya no hay personas en la calle y...-

-Ya tomé una decisión Fred, estaré bien...- respondí mientras lo abrazaba- Voy a estar con Tonks, esta semana mis clases tienen el mismo horario que su trabajo. Al final de la semana voy a estar aquí. -

Me despedí del resto de los integrantes de la familia y me fui en la casa de mi prima, donde me encontré con Remus.

-Parece una linda mañana...- salude a mi prima- Remus vino muy temprano a visitarte...-

-Si quieres seguir viva para final de semana, cierra la boca. - respondió sonriente mi prima- ¿Cómo se lo tomo Fred a que sigas con las clases? -

-Creo que nunca me habían hecho la misma pregunta tantas veces...- respondí divertida- ¿Podemos desayunar algo antes de salir? -

Había finalizado la semana, les había escrito a los gemelos que volvería el lunes. Mi prima debía vigilar el castillo esta noche y yo quería ir con ella, aunque deba rogarle por varios minutos.

- ¿Van a vigilar el castillo? - pregunte preocupada- ¿Tonks podrías explicarme un poco más? Déjame ir, yo podría ayudarles y...-

-No, no puedes venir. - me corto mientras terminaba de juntar sus cosas- Tengo ordenes estrictas de no dejarte ir...-

- ¡¿Qué?! ¿Por qué no puedo ir? - pregunté enfadada- Es una estupidez que no me dejen ir...-

-Fue Dumbledore, debes quedarte aquí y prometerme que no serás tan estúpida para escaparte...-

Silencio, no pretendía prometer algo que no iba a cumplir.

Desde hace meses, cada dos semanas, asistía a Hogwarts con distintos métodos y curaciones para la maldición del director. Sin embargo, hace unas semanas que Harry estaba preocupada por los planes de Draco y mis visitas se habían visto reducidas.

No había vuelto a cruzarme con mi primo, intentaba ser lo más disimulada posible y moverme sin que nadie me viera. Habíamos probado con todos los procesos y nada parecía mejor, había hecho de todo por salvarlo. Estaba molesta con la prohibición, seria de mucha ayuda en los pasillos y serian más disimuladas las sesiones de curación.

-Por favor Madd, quédate aquí y prometo llamarte si algo sucede...- rogo en la puerta de su casa- Se que me mataras por esto, pero llame a alguien para que te vigile...-

Quede completamente impactad cuando vi a dos cabelleras pelirrojas acercarse a la casa.

-Nunca más vendré a visitarte e intentar sumamente a tus misiones. - respondí ofendida- Vas a necesitar mucho más que a estos dos para lograr mantenerme encerrada aquí. -