[🍋]-; n u e v e.

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El día Lunes inició frío, incluso más que los días anteriores. Seungcheol suspiró con cansancio viendo la fina estela de vapor que había salido de entre sus lbios desaparecer tan rápido como había aparecido. Los ojos le pesaban demasiado, no había dormido bien los últimos dos días y ni siquiera la visita de su primo logró animarle. Se tuvo que obligar a sonnreir para no perjudicar a su madre y para tratar de convencerse a sí mismo de que todo estaba bien.

Toda la mañana había estado perdido, se perdía en sus pensamientos por largos ratos y había evitado en todo lo posible hablar con Joshua y los demás chicos. Jihoon no había asistido a clase ese día y aunque lo hubiera hecho y hubiera tenido que enfrentarse a él por el hecho de compartir lugares, los profesores optaron por reorganizar los lugares. Ahora compartía lugar con Minki en biología, con Hansol en historia y con Seungkwan en desarrollo humano.

El día martes se levantó con un fuertemente dolor de estómago, por lo que tuvo que faltar ese día. El médico no indicó que fuera por alguna infección o algo por el estilo, solamente por estrés, y tenía razón. Seungcheol se sentía frustrado por no haber hecho nada aún, se sentía frustrado porque pensaba que todo era igual que hace un año y que tarde o temprano acabaría igual. No pudo dormir en toda la noche.

El día miércoles volvió a la escuela y lo primero que vio le hizo querer no haber despertado esa mañana. Jihoon estaba en el suelo, sucio y respirando con dificultad rodeado de tres chicos. El castaño pasó junto a la escena con la mirada gacha y sin mirar de reojo ni un solo segundo, solamente pasó de ahí, justo como todo el mundo en la escuela solía hacer.

Y Jihoon esperó. Espero a que Seungcheol se detuviera y lo ayudara como lo había querido hacer el último día que hablaron o que tan siquiera lo haya volteado a ver para por lo menos decirle con la mirada algo.

Pero no.

Seungcheol siguió su camino y desapareció al dar vuelta en una esquina e internarse en el edificio de las aulas. El pelinegro solo pudo ver como su único amigo en ese infierno se iba. Le daba la espalda. El poco aire que había recuperado escapó de sus pulmones de nueva cuenta, Yuta rió con ganas y lo empujó con brusquedad.

- Matate ya, basura -escuchó de los labios del pelirrojo antes de desmayarse.

[ ... ]

Seungcheol se internó en el baño con pereza. No había visto a Jihoon desde el día de ayer en la entrada y estaba muy preocupado, ahora no podía siquiera hablarle como lo hacían antes porque los habían cambiado de lugar, no tenía su número y sabía que ninguno de sus amigos se lo pasaría, además de que no tenía permitido, de alguna manera, hablarle al menor sin alguna razón aparente. Estaba técnicamente incomunicado con Jihoon.

Y sí. Estaba consiente de que esa mañana lo había ignorado en la entrada, pero no podía simplemente ignorar las palabras de Jihoon si es que quería volver a intentar algo.

Porque definitivamente iba a volver junto a Jihoon.

Seungcheol se miró fijamente en el espejo, tenía ojeras, sus ojos estaban apagados y estaba pálido. Suponía que después de no haber dormido bien casi una semana entera habría de tener sus consecuencias. Tomó una gran bocanada de aire y lo dejó ir lentamente.

- Vamos, Cheol, mañana es viernes... -se dijo a sí mismo apretando su mochila para así seguido, salir de ahí.

El chico de cabellos morados se dio vuelta hacia el ventanal del pasillo y escuchó los pasos del castaño irse en dirección a la salida. Sacudió su cabello y giró sobre sí viendo a la persona que había estado evitando los últimos días.

🍋; 𝙲𝚒́𝚝𝚛𝚒𝚌𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora