[🍋]-; d i e z.

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Seungcheol decidió pasar tranquilo el fin de semana y los tres días libres que la escuela había otorgado por arreglos en el establecimiento, por lo que iría a ésta solo por dos días. El día sábado, su primo lo visitó y pasó la tarde entera jugando videojuegos con él, sonrió y se mantuvo alegre durante su estadía, pero no podía dejar de pensar en que tenia que encontrar una solución al problema de acoso que sufría Jihoon, por lo cual, el día domingo se sentó frente a el escritorio de su habitación y se ocupó en repasar la estructura de su minucioso plan mientras su madre estaba fuera de casa haciendo las compras del mes.

Tomo una gran bocanada de aire y se estiró sobre la silla cerrando los ojos con fuerza, dejó ir el aire de apoco y volvió la vista a los papeles que había dejado sobre la madera releyendo una y otra vez deteniendo su vista en las palabras resaltadas en tinta roja.

"Encontrar ayuda externa".

Releyó detenidamente procesando el origen de su idea. Era una idiotez si lo pensaba a profundidad, porque, ¿quien demonios querría ayudar a alguien a detener el acoso si eso no le incumbe o le afecta? Realmente tendría que haber una mega persona dispuesta a ser un héroe como para hacer eso. Pero él no conocía a ninguna. También había pensado que podría recurrir a alguien de la dirección de la escuela, pero también pensó en que si ya iban dos años así, no iban a hacer nada ahora.

Se tiró del cabello hastiado.

Cerró los ojos con frustración y golpeó la mesa con agresividad haciendo que el escritorio se tambalease, se inclinó sobre la él y apoyó la cabeza por unos segundos tratando de respirar con tranquilidad. Todo eso le frustraba de sobremanera. El sonido de una notificación en su teléfono hizo que volviera a reincorporarse, pero antes de tomar el teléfono, algo que se asomaba entre el cajón abierto llamó su atención.

Su respiración volvió a ser errática cuando del cajón sacó una foto perfectamente enmarcada de él con ella. Acarició sobre el cristal delineando la sutil sonrisa de la que en un pasado fue su mejor amiga.

Lee Hyunmin.

- Lo siento... -susurró mirando el rostro sonriente de la chica en la foto que había sido tomada hacia apenas dos años en el cumpleaños de ésta- creo que de nuevo no voy a poder evitar otra pérdida.

Sus ojos se hicieron agua a cada segundo que pasaba mirando la foto de aquella chica de cabello negro, largo y reluciente, piel pálida y ojos castaños.

Y recordó a Jihoon.

Jihoon también tenía el cabello negro que hacía perfecto contraste con su pálida piel, y esos ojos rasgados tan hermosos que lo llamaban a mirarlo por ratos eternos suplicando ser encontrados por los suyos. Jihoon era precioso. Y desde el fondo de su corazón, Seungcheol solo quería que la tristeza que reflejaban esos bellos ojos, se fuera, y poder averiguar cómo era la sonrisa de ese adorable chico, quería saber qué se sentía que el ser más precioso del planeta le dedicara una de sus sonrisas.

Frunció el ceño.

Un sollozo escapó de sus labios y se enfadó consigo mismo. Las lágrimas mojaron con rapidez sus mejillas y lloró con rabia, una rabia hacia sí mismo por no ser capaz de hacer nada por más que se lo repitiera. Impactó con fuerza su puño contra el escritorio incorporándose sobre él cuando las lágrimas salieron de manera agresiva de sus ojos como si éstos quisieran llenar un mar. Se levantó con brusquedad y después de ver una vez más la falsa sonrisa de Hyunmin, arrojó el cuadro hacia la pared rompiendo el marco en miles de pedazos, gritó fuerte limpiando sus lágrimas de mala gana y con una fuerte barrida con sus brazos tiró todo lo que estaba en el escritorio al suelo rompiendo en el acto aún más cosas.

🍋; 𝙲𝚒́𝚝𝚛𝚒𝚌𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora