[🍋]-; t r e i n t a y t r e s.

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- No, no, no, no puedes morir mujer... -Jihoon chilló muy bajito concentrado totalmente en la pantalla.

- No morirá -le aseguró el mayor con diversión.

La película ya se encontraba en su etapa final, algunas personas se escuchaban que estaban llorando y otras solo estaban en completo silencio prestando total atención a lo que sucedía en la gran pantalla. Jihoon pasó todo el rato con la mano cerca de la boca y la otra enrollada en el brazo del mayor sosteniéndolo con fuerza, Seungcheol solo estaba impasible, rehusándose a llorar por lo que había sucedido en la película, aunque pareciera calmado, se había puesto sentimental. En un momento, una de sus lágrimas escapó justo cuando el menor se giraba a verlo.

"- ¿Estás llorando, Cheol?"

"- ¡N-No! Es que me entró una basura al ojo"

Cuando las luces tenues iluminaron de nuevo la sala, esperaron un poco a que la multitud se dispersara y pudieran salir con más tranquilidad. Bien, la primera cosa había salido bastante bien. Ambos volvieron a cubrir sus rostros y en la puerta de salida le hicieron una reverencia al trabajador en agradecimiento antes de salir.

- No puedo creer que hayas llorado -Jihoon caminó alegremente frente al mayor con las manos en la espalda.

- No estaba llorando -bufó frunciendo el ceño-, te dije que era una basura.

- Como tú digas, Cheol, pero yo sé lo que vi -se dio vuelta encarándolo y haciéndolo parar. No había nadie más que ellos dos en el pasillo, así que aprovechó para hablar-. Te dije que quería algo más.

- ¿Y qué es lo que quieres, Jihoon? -el pelinegro pareció exaltarse emocionado, causando ternura en el mayor. Juntó sus manos y lo miró con los ojos brillosos.

- Quiero ir a la pista de hielo -dijo con un pequeño toque de súplica. Seungcheol alzó una de sus cejas, dudoso-. Sé que dije que debíamos ser cautelosos, pero, ah, la gente ni siquiera va a notarnos, estaremos en movimiento todo el rato y además, cada persona estará encerrada en su propio mundo y no sé cuan-...

- Shh -el mayor lo detuvo acercándose a él cuando puso las manos sobre sus hombros-, está bien, iremos a la pista de hielo.

- ¡Genial! -dio un pequeño salto dándose vuelta para continuar su camino-. Dios, no sabes hace cuanto que quería venir, había escuchado a Jeonghan hyung hablar de la pista antes, de que solo la ponían en navidad y ahora voy a ir.

Seungcheol sonrió sintiéndose lleno con una cómoda calidez y ternura que solo el menor provocaba en él, verlo tan feliz y relajado lo hacía sentir una enorme satisfacción y felicidad. Tenía tantas ganas de abrazarlo con fuerza, comprarle todo lo que iluminara su mirada y llevarlo a cualquier otro lugar que él quisiese, gastaría todos sus ahorros si eso mantenía feliz a Jihoon. Había esperado un largo tiempo para ver su sonrisa y ahora que la había visto, no quería que la escondiera nunca más. Llegó a la conclusión de que amaba todo de él, su sonrisa, su forma de ser, su baja estatura, sus pequeños ojos, su manera de emocionarse y la forma en que lo consolaba de manera involuntaria en varias ocasiones. Solo deseaba poder compartir ese amor con Jihoon.

- ¡Date prisa, Cheol!

Amaba como su armoniosa voz llamaba a su nombre.

- ¡Vas muy rápido! -el mayor corrió hasta donde lo habían llamado. El pelinegro lo esperó hasta que llegó a su lado y le apretó con fuerza la mano para que no se volviera a quedar atrás.

🍋; 𝙲𝚒́𝚝𝚛𝚒𝚌𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora