Daniell y su familia pasan por una situación económica un poco difícil. Sus empleos solo duraban dos o tres meses y era muy difícil para ella seguir estudiando y trabajar para ayudar a sus padres.
Sebastian siendo un gran empresario pasa por una si...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Sebastian
Bajo del auto sin antes acercarse a mi y darme un beso en la mejilla, la ví entrar a su casa y comencé a conducir de nuevo a mi casa. Ese día las dejaría en el hotel mientras que yo iba a hacer el trato con su padre y le daba el dinero.
Llegue a la casa y fui a ver a Eliza quien estaba en su habitación jugando.
— Papá - ella me miro -
— ¿Dime?
— Dani ya va a cumplir años... ¿Podemos darle algo?
— ¿Qué quieres darle?
— No lo sé - me miro -
— Ya pensaré en un regalo para ella ¿si?
— Sí - sonrió - ¿Y podemos tener un perrito?
— Bebé a mami no le gustan los perros.
— Pero tu me dijiste que sí - ella hizo un puchero - yo quiero uno.
— Hablare con ella ¿De acuerdo?
— Esta bien.
Despues de cenar me quedé con Eliza hasta que se quedará dormida. Al salir camine hasta la habitación de Anabelle, entre y ella estaba dormida o eso creo.
— ¿Qué quieres? - escuché su voz -
— Anabelle ya vamos par tres años tienes que salir de aquí.
— No - respondió - no voy a salir de aquí y tu no me vas a obligar a hacerlo.
— Entonces ¿Qué demonios quieres? ¿Te vas a dejar morir aquí?
— Prefiero morir a seguirte viendo y seguir viendo y escuchando a esa niña.
— No seas ridícula - hablé - es tu hija y tienes que aceptarlo, ella no fue la culpable de eso y lo sabes perfectamente.
— Sal de esta habitación - levanto la voz y me miro - ¡Sal ahora mismo!
Salí de la habitación y cerré la puerta, entre a mi habitación y comencé a cambiarme de ropa para poder dormirme.
Pasaron los días y ya estábamos en el aeropuerto, eran las dos de la tarde y llegaríamos a las cuatro y media.
— Papá - habló Eliza - ¿Le dijiste a mamá del perrito?
— Me dijo que si - mentí - pero lo tendrás hasta el otro año ¿Si?
— Falta mucho - se quejó -
— Falta un mes - sonreí - no te preocupes yo te lo daré.
— Esta bien.
Daniell estaba hablando por teléfono y estaba un poco más alejada de nosotros, supongo que debería de estar hablando con su novio.
