Disneyland

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Narra Daniell

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Narra Daniell

Cuando finalmente llegamos ambos dejamos escuchar un gemido de satisfacción, dejó descansar su cabeza en mi hombro, su respiración y su aliento agitado lo sentía en mi hombro, soltó mis manos ya que las tenía sujetadas a mis costados, pase una de ellas por su cabello, sentía el latir de su corazón contra mi pecho y al parecer él también podía sentir el mío, ambos soltamos una ligera risa.

Se acostó a mi lado y me acosté de tal forma que lo veía de frente, sonreí y él hizo lo mismo.

— Lo siento - hablé -

— ¿Por qué?

— Estoy enamorada de otra persona - susurré -

— ¿Y ella de ti? - alzó una ceja - 

— Eso creó - suspiré - eres demasiado apuesto - pase mi mano por su cabello y sonrió - pero no lograrás hacer que sienta lo mismo que por él.

— No planeaba hacerlo - me miró - sé lo que sientes por él y no me opondré a eso.

— Gracias.

Me acerqué a él de nuevo y dejé un suave beso, él dibujo una sonrisa en sus labios, paso sus manos por mis mejillas, hizo que me moviera y nuevamente estar sentada en sus piernas, me incline a besarlo.

Era lunes y ya esta semana iban a comenzar las vacaciones. Estaba con Eliza en el jardín jugando.

— Hola - saludo Sebastian -

— Hola - lo miré -

— Papi - corrió Eliza a él -

— Te tengo una sorpresa.

— ¿Qué es?

— Llévaselo a Dani y pregúntale que si te quiere acompañar.

— Bien - ella se bajo de sus brazos y camino hasta mi - ¿Me acompañas?

Tome el folleto y lo abrí, eran tres boletos de avión para California y venían boletos para Disney.

— Dani.

— Claro - sonreí - con gusto iré contigo.

— Gracias - sonrió y me abrazó -

Varios minutos después me estaba despidiendo de Eliza, Sebastian y yo subimos al auto y él comenzó a conducir.

— Olvide ver cuando nos vamos.

— El miércoles en la noche, paso por ti a las siete y media.

— Bien.

Pasaron los días y ahora mismo me arrepentía de haberme acostado con Tom y de estar saliendo con Gustaf.
Le dije a mi mamá que me iría a California con Dani y que volvería la otra semana.

Ya íbamos en camino, Eliza estaba muy feliz porque iríamos a Disney y trajo todos sus vestidos de princesas.

Luego de diez horas de vuelo al fin llegamos a California, eran las siete de la mañana, tomamos un taxi que nos llevaría hasta el parque. Luego de una hora más en auto llegamos al fin, me dolía mi espalda de estar sentada tanto tiempo.

The BabysitterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora