Daniell y su familia pasan por una situación económica un poco difícil. Sus empleos solo duraban dos o tres meses y era muy difícil para ella seguir estudiando y trabajar para ayudar a sus padres.
Sebastian siendo un gran empresario pasa por una si...
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Narra Sebastian
Deje la botella de la cerveza sobre la barra, ya me la había terminado, gire a verla y ella sonrió, se acercó a mi y pego sus labios con los míos en un beso, por unos segundos continúe el beso, puse mis manos en sus brazos y la separe de mi un poco, ella me miro con media sonrisa. Se acercó nuevamente a mi y volvió a besarme un poco desesperada.
— Vamos Sebastian - ella susurró sobre mis labios - como en los viejos tiempos.
— Lo siento - me separé de ella - no puedo... Tengo novia.
Ella se separó de mi y desvío su mirada, solté un suspiro y cerré mis ojos pasando mi mano por mi cabello.
— Sabes - ella habló - creó que será mejor irnos.
— Sí, claro.
Pague, ella se ofreció a hacerlo pero yo me negué, tome las llaves del auto y salí junto con ella. Llegamos a su casa después de quince eternos minutos llenos de un silencio incómodo.
— Fue bueno verte de nuevo - ella habló -
— Lo mismo digo.
— Te veré después.
— Si - asentí - cuidate.
— Tu igual.
Ella bajo del auto y cerro la puerta, espere a que entrara a su casa y una vez que lo hizo comencé a conducir a la mía llegando a los diez minutos.
Subí a mi habitación y ahí estaba Eliza dormida en la cama, eran las dos y media de la mañana. Saque mi celular y abri mis conversaciones, seleccione la de Daniell y ví que su última conexión fue hace media hora.
Daniell;
— Hola linda, perdón por no hablar en toda la tarde pero estuve ocupado... Te quiero demasiado.
Pasaron los minutos y ella no respondió mis mensajes así qué puse a cargar mi teléfono, me cambie de ropa y me acosté en la cama para dormir.
Al día siguiente desperté gracias a que Eliza se estaba moviendo, mire el reloj y eran las diez de la mañana. Luego de hacer mi rutina diaria y de ayudarle a mi hija a cepillar sus dientes bajamos para desayunar.
Después de desayunar Eliza salió al jardín con mi papá, yo no estaba en la cocina lavando los platos y los veía por la ventana.
— ¿Dónde estabas anoche? - la voz de mi madre se escucho -
— Salí con una vieja amiga.
— ¿Por qué llegaste tan tarde?
— Teníamos demasiado tiempo sin vernos mamá - la mire -
— No puedes salir hasta tarde Sebastian, recuerda que tienes una responsabilidad y esa responsabilidad se llama Eliza... ¿Qué ejemplo le estas dando a tu hija?
