Una decisión de dos

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Narra Daniell

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Narra Daniell

Por más que mordía mis labios no podía evitar soltar algún jadeo. Cerré mis ojos disfrutando cada  que pasaba y disfrutaba cada beso que él me daba.

Puso sus manos sobre mis muñecas y las apretaba un poco, sus besos bajaban por mi cuello. Varios minutos más tarde el tenía su cabeza recargada sobre mi pecho, yo trataba de recobrar mi respiración, él hacia lo mismo pero dejaba pequeños besos sobre mis pechos.

— Daniell - él susurro - lo siento mucho.

— Lo siento - hablé - nunca te dejaré... Lo prometo.

— Te amo.

La mañana siguiente desperté gracias a que sentía el peso del brazo de Sebastian en mi estómago.

Me gire a verlo y él seguía dormido, me acerque y le di un beso para después abrazarlo. Él se movió un poco y dibujo una sonrisa en sus labios.

— Lo siento mucho - hable - de verdad lo hago, no quiero perderte, no quiero que me dejes por nadie y yo tampoco te dejaré, nunca lo haría.

— Olvidemos lo que pasó amor... Solo olvidemoslo.

Luego de desayunar me di un baño, él hizo lo mismo y después salimos a caminar un poco y más tarde iría con Michele a ver los últimos arreglos.

— ¿Te gustaría vivir aquí? - él me pregunto mientras caminabamos -

— Para nada - respondi - en parte si, porque sabes a lo que me dedicó pero hay demasiado tráfico y creo que prefiero la paz.

— Vale...

— ¿Y tu?

— Soy feliz en Ipswich - él sonrio - y ahí estas tu y ahí soy feliz, dónde quiera que estés yo seré feliz.

Después de unas horas fuimos al estudio de Michel, le presente a Sebastian. Sebastian consiguió un vuelo para que los dos salieramos a la misma hora ya que mi boleto salía a las siete y media de la noche.

Después de seis horas de vuelo al fin estábamos en Ipswich, eran las cinco y media de la mañana así que llegamos directo a su casa.

— A todo esto - hable - ¿dónde está Eliza?

— Con tu hermana - él respondió - vamos a dormir y más tarde vamos por ella.

— Vale.

Subimos a su habitación y nos apostamos, me abrazo por la cintura y me pego más a él.

La semana paso muy rápido, todo estaba bien, habíamos olvidado lo que había pasado.

Eliza estaba en su habitación dormida y Sebastian y yo estábamos viendo una película, era viernes.

— Por cierto - hablé - mañana tenemos que ir a cenar con mis papás.

— ¿Mañana?

— Si - respondi - según mi hermana tiene que hablar con ellos no se...

The BabysitterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora