The Last Heartbreaker (3) ✔️

33. La segunda versión de la historia.

la canción, como siempre, recomendada por ustedes:) ❤️

disfruten este MUY pedido capítulo jajajajaja

feliz cumpleaños adelantado a maddiiribarren_ 🥰❤️ espero que tengas un día super especial! te quiero muuuucho. pd: tu amiga te quiere. MUCHO.

NARRA LIAM.

—Olive, por favor —suelto casi en una súplica. ¿Casi? No. En definitiva me reduje a suplicarle durante los últimos cinco minutos. Estoy a punto de tirarme al suelo de rodillas con tal de que me haga caso.

—No quiero ir —murmura. Evita hacer contacto visual. Se toca la trenza que le hice en el cabello con nervios. Nunca aprendió cómo hacer una, pero le gustan así que Aggie me enseñó lo básico. Siendo sincero, doy asco haciendo trenzas.

—¿Por qué? —le pregunto.

Estamos en el estacionamiento del costoso centro médico en el que Olive está recibiendo sus tratamientos. Hace meses que venimos dos veces por semana a terapia, pero hay días como este, en el que simplemente no puede. Honestamente, me parte el corazón verla así. Hay veces que siento que es demasiado. La situación logra ahorcarme y hacerme sentir que me estoy asfixiando.

¿Qué mejor que tratar a una niña con trastorno por estrés traumático que un imbécil con un historial de depresión?

Sin dudas, mamá no solo nos dejó rostros perfectos, pero también sus enfermedades mentales. Los niños Hamilton venimos hechos mierda de nacimiento. Cuánta suerte tenemos.

Olive no responde, ¿cómo no? Sigo manteniendo la puerta del asiento trasero de mi auto abierta.

Esto no sucede hace meses. ¿Por qué ahora? La terapia parecía estar yendo bien.

—¿Hay algo que no te guste de la doctora Robinson? —le pregunto, esta vez con toda la seriedad del mundo. Si llego a enterarme que esa señora está haciendo algo malo, no me interesa que sea la mejor psiquiatra de Florida, voy a hacer que pague.

Niega.

—¿Entonces?

No sé por qué demonios espero una respuesta. Si no es para cosas básicas, mi hermana apenas se comunica conmigo. Estamos siempre juntos, y por lo que me explicaron, es normal que se aferre tanto a mi. Soy su única figura paterna desde que Malcolm está en rehabilitación. Sin embargo, no se comunica conmigo con muchas palabras. Generalmente son gestos, unas que otras sonrisas y asentimientos. Aun así, hay días que habla hasta por los codos. No termino de entender nada.

Mi vida es un paseo por el parque últimamente.

—Olive, sabes que voy a estar esperándote afuera del consultorio. Siempre.

Extiendo mi mano para que ella la tome. Es muy específica y cuidadosa con quien la deja tocar. Totalmente entendible. Es como si tuviera que pedir permiso siempre. Las veces que cometo el error de tocarla sin su consentimiento, salta del susto y me hace sentir como la mierda.

Olive toma mi mano y sale del auto.

—No voy a irme a ningún lado. Es solo una hora. Después podemos ir a tomar un helado. ¿Qué te parece?

Asiente.

Mucho más aliviado, camino hacia la entrada de clínica. Misión cumplida. Me pregunto si se comportará así la próxima sesión. La doctora Robinson me dijo que tengo que tener mucha paciencia. Trato lo mejor que puedo hacerle caso.

Una vez que estamos en el piso en de psiquiatra infantil, Olive y yo nos sentamos en la sala de espera. Parece que un unicornio cagó las paredes. Ya me acostumbré a estar aquí. Tengo memorizado todos los colores del arcoíris, los animales sonrientes y todos los juguetes dispersos por el suelo que está cubierto por una alfombra colorida.