13. La fiesta de tu vida.

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MARATON 1/3
Casi 90k. Qué opinan, podemos llegar a los 100k en esta maratón?


La casa comienza a llenarse. Más que nada, por estudiantes de Everdeen. En todo este tiempo en Miami, no me tomé la libertad de hacer más amigos. Mi agenda es bastante reducida a pesar de los rumores que corren sobre mi. Me he mal acostumbrado a estar en la boca de todos.

Emily ha hecho un buen trabajo, no voy a negarlo. El patio trasero está lleno de pequeñas luces que me hacen sentir como si estuviéramos bajo un cielo estrellado. Hay comida por todos lados y bebida también. El DJ ha llegado hace rato y por ahora pasa algunas canciones muy de ambiente hasta que lleguen todos.

Mamá ha desaparecido, al igual que Matthew. Me dijo que prefiere dejarnos la casa para mi, y si es que llega a suceder algo, la llamemos. Si llega a suceder algo, creo que lo último que haría sería llamarla. No para que me grite hasta que mi piel comience a desintegrarse. Key y yo movimos las cosas de gran valor al garage para que no suceda nada que no quieramos. Cerramos todas las habitaciones de arriba con llave. Las paredes y los sillones están a su suerte de ser manchados o no.

Son las nueve cuando Max Michaels llega. Mi segundo rubio favorito. El hermano de Key me sonríe ampliamente cuando me ve. Me abraza y es cuando me doy cuenta de que la ultima vez que lo vi fue unos días después de haberme despertado en el hospital y eso fue hace meses. Está igual que siempre, solo que se está dejando ver una creciente barba. No le queda mal, solo le da un aspecto de ser más grande y aún tiene veinte.

—¿Y cuando empieza la fiesta? —me pregunta en modo de broma al ver todo inusualmente calmado.

—Cuando Emily diga —respondo. Desde la galería en donde estoy, veo a la pelirroja charlar animadamente con un chico. Como ya me he resignado, he dejado todo en manos de ella.

—¿Ella? —inquiere Max sorprendido—. Está loca, ¿por qué demonios dejarías una fiesta a su cargo?

—Porque no iba a hacerlo yo —chasqueo mi lengua. Niega con la cabeza.

—Por cierto, Quinnie. Te ves increíble.

Sonrío y le agradezco. Realmente, no me veo nada mal. No paré de mirarme al espejo durante media hora antes de bajar a recibir invitados. Emily tiene una fila de adjetivos deplorables sobre como llamarla, pero hay cosas que son innegables. Sabe maquillar bien y elegir ropa aun mejor.

Finalmente me decidí por un vestido plateado metal, que no fue ninguno de los que compré, sino uno que mamá me regaló hace meses y yo nunca use. Es corto y se ajusta a mi cuerpo. Antes este vestido se me hubiese caído por ser grande para mi, pero ahora que he recuperado mi peso, me queda perfecto. Es a tirantes y a pesar de lo que luce, cómodo de usar. Lo combino con zapatos de tacón del mismo color. Dejé mi pelo suelto, tal como es. Puede sonar una niñada, pero ya quiero que llegue Liam y me vea con esto puesto. Quiero ver su rostro.

Me dijo que vendrá cerca de las once. Así que todavía tengo una hora para caminar por ahí.

—¿Has visto a mi hermano? —me pregunta Max.

—Uhm, no. Aunque puedo apostar que está en la terraza con Reese y Fury. Lo hemos dejado ahí para que las personas de la fiesta no lo molesten.

—Woah, quiero ver a Nick Fury —responde él con una sonrisa—. Extraño tenerlo en casa.

—Estaba en coma, Max. ¿Prefieres que vuelva a estarlo?

—Y si eso significa que vuelve a casa... Entonces... —se alza de hombros a lo que lo golpeo.

—Imbécil.

Pasa media hora y la fiesta comienza a alzarse. El DJ sube el volumen de la música y en lo que menos me espero, en mi sala de estar hay una masa de personas bailando y saltando. Las luces de colores realmente fueron buena idea.

The Last Heartbreaker (3) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora