40. El egoísmo va a extinguirnos (parte 1)

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este capítulo está dividido en dos:)

la canción la pensé yo (me siento un poco orgullosa de eso JAJSJSJS)



Narra Quinn.

—¿Quieres hablar? —suelto. La resignación pesandome sobre los hombros—. Está bien, hablemos. Lejos.

Jason voltea a mirarme. Lo noto en sus ojos y en su aliento. Está borracho. No lo veo en este estado hace años, no desde Portland cuando dejaba que sus adicciones dicten su vida. En Miami siempre lo vi controlado. Cuando pasamos esa semana en la casa del lago, nunca bebió más de la cuenta.

Para mi suerte asiente, sin darme más pelea. Antes de poder tomarlo del brazo para llevármelo, miro a Liam. Intento decirle que realmente no quiero irme, que no estoy dejándolo. Estoy evitando una catástrofe. No soy ninguna tonta. Sé lo importante que esta noche para Liam y no voy a arruinarla.

Sin embargo, los ojos de Liam no me reciben tan comprensivos como esperaba. Está decepcionado, y quizás, hasta traicionado.

A veces tenemos que hacer cosas que no queremos hacer, pero que tenemos. Él más que nadie debería entenderlo.

Sujeto a Jason de la mano y volteo, sintiéndome mal conmigo misma por dejarlo así después de haber bailado. Arrastro a Jason fuera de la pista, obviando las miradas curiosas que me da todo el mundo. Baila con uno, se va con otro. Seguro estoy dando mucho de qué hablar.

Elevo la cabeza, buscando a Zack o a Marine entre la multitud. No tengo tiempo de encargarme de Jason. No ahora. ¿Lo hubiese hecho si fuéramos más que amigos? Probablemente sí. ¿Esta escena de celos innecesaria por amistad?

Las palabras que me dijo en el estadio hace semanas dan vueltas por mi cabeza: "Si tú quieres estaba pensando en... Empezar como amigos". Esto no es ser amigos. Esto es una escena de celos que no tiene derecho a causar y me enoja.

—¿Vamos a detenernos en algún punto? Comienzo a marearme, Queens —comenta Jason.

Me detengo. No tiene sentido seguir dando vueltas para mostrarme con todo el mundo como si fuera una exhibición de circo.

Dejé mi bolso con Marine. Ella tiene mi celular. Perfecto. Ahora no tengo otra opción que lidiar con Jason.

—¿Qué tienes para decirme, Jason? —inquiero al mismo tiempo que me cruzo de brazos y arqueo una ceja. Es patéticamente obvio que no tiene nada de qué hablar. Aun así, quiero ver qué hace a continuación.

Pasa una mano por su cabello, desordenandolo aún más.

—Me cansé de ser solo amigos —suelta sin cuidado.

—Estás borracho —sentencio con cara de pocos amigos. Intenta enderezarse.

—No tanto —es su mejor defensa y me tiene poniendo los ojos en blanco—, no estoy mintiendo, Queens. Pensé que lo mejor sería ser amigos pero... Te extraño.

—¿Y te diste cuenta de esto cuando me viste bailando con Liam?

Sacude su cabeza rápidamente para negarlo.

—No. Me di cuenta hace tiempo. Estaba esperando a que vuelvas de San Francisco para decírtelo. Verte aquí me tomó por sorpresa.

Justo cuando pensaba que las cosas no podían complicarse más, Jason decide poner la cereza encima del postre. Genial. Simplemente, espectacular.

Mantengo mi mirada en sus ojos por unos segundos, intentando descifrar si esto es en serio o no. Y en el caso que lo sea, ¿qué quiero contestarle? La confusión está invadiendo mi cabeza.

The Last Heartbreaker (3) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora