Me toma un tiempo entender en cómo nuestra noche de juegos termina así. Mucho más cuando en mi mente, imaginaba cientos de escenarios, menos este. Era tan ilusa que esperaba hasta un abrazo de reconciliación entre los cinco, no esto. No que Tyler nos mire a todos atónito para luego salir como una tormenta de la habitación. Aggie lo siguió. No sé si fue la costumbre o un instinto, pero alzó su chaqueta y siguió a Tyler.Liam simplemente se sentó en el sofá y enterró su rostro entre sus manos. A mi me quedó mirar a Nick, quien continuaba tan confundido y afectado como yo. Lo leí en sus ojos y en cómo pasó una mano por su cabello de manera frustrada.
Soy la primera en tomar la iniciativa y sentarme al lado de Liam. Paso una mano por su espalda y lo obligo a inclinarse hacia mi. Mis brazos rodean su cuerpo y él apoya su cabeza en mi hombro. No quiero preguntarle o decir nada. Con Liam siempre es mejor esperar que él mismo tome la iniciativa y hable.
—No puedo creerlo, Quinn —suelta bajo para solo nosotros escuchemos—. De todas las personas de este mundo... él. Todas las veces que lo tuve cerca, y ese hijo de puta... —el enojo no deja que mas palabras salgan de su boca—. Voy a matarlo.
No sé que responderle. Es una de las pocas veces que me quedo sin palabras frente a Liam. Estoy en blanco porque si fuese él, lo único que me gustaría hacer es romperle la cara a Stephen Aiken hasta que deje de respirar.
—Me cago en todo, Quinn —suelta abatido—. ¿Por qué nada puede salir bien? Sabía que a medida que el caso avanzara, sería más difícil pero nunca pensé que sería tanto.
Tomo una profunda respiración.
—Deja que el tiempo haga su magia. No va a ser difícil y quizás todo empeore, pero vamos a atravesarlo. Juntos. ¿Recuerdas? —murmuro y vuelvo a recorrer su espalda con la palma de mi mano.
—Tengo... Tengo que ir a la estación —dice al final de un rato de silencio—. Tengo que verlo... Dios, Tyler. Mierda seguro está destruido.
Se deshace de mi abrazo y sin siquiera mirarme, se pone de pie. Esquiva a Nick y se dirige a la puerta. Nick hace una seña con su cabeza para que lo sigamos. Obedezco sin chistar y encuentro a Liam parado en medio del pasillo.
—¿Liam? —interrogo llamando su atención.
—Olive está durmiendo. No puedo dejarla sola.
Inflo mi pecho de aire y no lo pienso dos veces:
—Vayan. Me quedaré con ella —digo. Liam me mira los ojos y entiendo lo que quiero decirme "de verdad no te lo pediría al menos que sea tan importante como esto". Asiento, en un intento de tranquilizarlo.
Nick pasa a mi lado y pronto los dos desaparecen en el giro que da a las escaleras. Escucho sus pisadas bajar y recuesto mi espalda en una de las paredes. Suspiro. ¿Cuando mi vida se volvió tan complicada?
Una vez que oigo el ascensor cerrarse, sé que estoy oficialmente sola con Olive. No quiero molestarla, pero de todas maneras me acerco a su habitación y empujo la puerta ligeramente. Compruebo que sigue dormida y con su cabello rubio esparcido sobre la almohada.
Vuelvo a la sala de juegos para buscar mi teléfono, que quedó perdido entre los cojines mientras jugábamos al Monopoly. Lo enciendo y leo en la pantalla todos los mensajes de mamá preguntándome cuando volvería a casa. Le respondo que aún no lo sé, porque es la verdad. Quizás deba quedarme toda la noche aquí.
Me tiro sobre el sofá y cierro mis ojos. No planeo dormir, son solo dos segundos para poder descansar la vista. Esta situación me causa dolores de cabeza. Además, no creo poder conciliar el sueño. Últimamente eso me resulta complicado y a veces hasta imposible. Cada vez que cierro los ojos estando sola y en la oscuridad, el sonido que provocó el disparo me llena los oídos. Es parte de mi imaginación, parte de mi subconsciente que no parece dejarlo ir pero ahí esta. Siempre presente. Me pregunto cuanto tiempo demorará en irse. Si es que alguna vez sucede.
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The Last Heartbreaker (3) ✔️
Ficção AdolescenteTERCER Y ÚLTIMO LIBRO DE LA TRILOGÍA HEARTBREAKERS. ES NECESARIO LEER LOS DOS PRIMEROS PARA ENTENDER ESTE. «Ella es un huracán que siempre se enamora de casas de cristal» -Ron Israel. La vida le ha enseñado a Liam a ser un luchador. A sobrevivir y...