Capítulo Diez.

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Ruth.

Reacciona Ruth, despierta.

Me dije al cabo de unos minutos en silencio frente a semejantes figuras. No tenía temor por que me fueran a hacer daño, aunque no me fiara de Matías sus claras palabras seguían rebotando en mi cabeza como un recordatorio diario:

"Yo no daño a quien me importa, y eso incluye a la odiosa hermana de la pequeña bestia."

No entendía hasta qué punto era importante para su vida, tampoco era que me interesara, lo único que si importaba verdaderamente era el sentimiento que tenía al estar bajo la atenta mirada de aquellos hombres.

—¿Por qué no estás atacando como siempre Ruth? —preguntó Matías.

El otro abrió los ojos con asombro e intercambió la mirada entre su amigo y yo.

—¿Ella es Ruth? —Matías asintió, arquee una ceja despertando al fin de mi letargo. —Es más bonita de lo que imaginé.

Matías cruzó los brazos a la altura de su pecho orgullosa de lo que escuchaba. —Te lo dije.

—¿Perdón?

—Perdonada, lindura —me guiñó un ojo.

—Vuelve a llamarme de esa manera y perderás tus dientes.

Sentí la ira apoderándose de mi. Le miré con enojo y lo único que recibí de su parte fue una corta risa que hizo a mi piel erizar por completo. Su amigo solo nos observaba con intriga.

—No le encuentro la gracia.

—Yo sí.

Con lo que pensé sería una última mirada, intenté alejarme de ellos pero como siempre no logré dar más de veinte pasos cuando me detuvieron tomándome por el brazo. Desconcertada miré al amigo de Matías por su repentino acercamiento que no me agradaba.

—Necesitamos de tu ayuda.

Sin ser tan brusca, me solté de su agarre. Me crucé de brazos y me giré por completo. Matías de pronto cambió, dejó de ser el típico sarcástico que solía ser y me mostró una nueva faceta.

—¿Cómo por qué necesitarían de mi ayuda?

—Estudias finanzas. Por lo que me ha contado tu hermano, te falta un semestre para iniciar con tus prácticas profesionales antes de graduarte. Lo que nos lleva al siguiente punto: tú necesitarás una empresa donde hacer tu pasantía, yo necesito una nueva asistente que sepa manejar mis finanzas.

—Existen muchas personas capacitadas para hacer eso. Pueden buscar en otra parte, cualquiera aplicaría con gusto.

Intenté irme una vez más, pero esta vez quien me detuvo fue Matías colocándose al frente de mi. Mis nervios se activaron en seguida, mi cuerpo reaccionó de forma involuntaria a su cercanía. El sentimiento no me agradaba en lo absoluto.

—Sé que no soy de tu agrado, que me odias y todo ese enrollo, y de no ser porque necesito de su ayuda no estaría pidiéndole a la mujer más irritable que conozco que sea mi mano derecha en mi empresa. Te prometo que me alejaré de tu hermano solo si me ayudas. Por favor.

Realmente estaba sorprendida por sus palabras. Sus ojos en ningún momento se apartaron de los míos, y la sinceridad que vi en ellos me dejó impactada, tanto así que no le tomé importancia al pequeño insulto inofensivo que me lanzó discretamente.

Si esa una buena oportunidad para alejar a mi hermano de él, entonces la tomaría. Quizá en el proceso Ramsés sería el más afectado, con el pasar de los días entenderá que lo hago por su bien.

Un Regalo De Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora