capitulo 31

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Pov yuu.

Ser juzgado por los demás es bastante duro, desde muy pequeño siempre he sido tratado como la vil miseria que soy o al menos las personas que me rodea han dicho eso de mí al no ser lo suficientemente agradable y gustarle los demás, he tratado de muchas formas encajar con los demás pero nunca me era posible. Entrar en un círculo de popularidad, tratar de ser uno con la comunidad era muy difícil . Desde niño he sido menospreciado por mis compañeros , tratado como un bicho raro todo el tiempo. Sufrí de bullying de todas las maneras posibles, mis padres sabían y me daban todo el apoyo que podían pero aún así siempre sentí un vacío en mí. Casa día de mi vida me sentía tan mierda por los comentarios de los demás hasta que un día decidí que todo iba a cambiar.

-Ya no más!...- grité para mí mismo en un momento de máximo enojo y cansancio. Ya estaba cansado de ser la burla y la basura de todos, ha llegado el momento de que todo ésto pare de una vez por todas.

Fue entonces que todo mi mundo cambió.

La pubertad había cambiado drásticamente mi vida, los comentarios de los demás ya no eran tan importantes para mí, mi relación con mis padres era igual de agradable como siempre y la situación con Mikalea seguía igual pero aún así me sentía un yuu diferente, uno sin miedo, con orgullo, autoestima , era un yuichirou fuerte.

Comencé a usar ropa de moda y actuar un poco más coqueto, me había dado cuenta de que volteaba a más de una mirada con mis atuendos o mi forma de ser, me gustaba ser el centro de atención y más por los chicos más guapos de la escuela. Me gustaban los chicos, de cualquier edad, incluso llegué a salir con maestros pero a todos les daba lo que querían sin importar el tiempo que lleváramos de conocernos o con quien estuviera saliendo. Ni siquiera recuerdo a qué edad perdí mi virginidad ni el rostro de la persona con la que me acosté, no recuerdo ni la mitad de los chicos con los que me acosté alguna vez pero de algo si estaba seguro. La había pasado increíble.

Era muy conocido en mi escuelas era un chico popular entre los hombres ya que a más de uno les había complacido en más de una ocasión de formas inimaginables. Había hecho de todo , sexo oral, anal, con lencería, bondage, sexo en trío e incluso había participado en muchas orgías. Gracia a las amistades que tenía entré en el mundo del alcohol y las drogas, salía cada fin de semana a las fiestas que mis amigos me invitaban, entraba a antros y hoteles aún siendo menor de edad, había tenido un sin fin de "novios" y "sugar daddys" . Estaba viviendo el sueño de todo adolescente precos pero a pesar de todo eso no me sentía feliz.
Podía tener sexo todo el día con chicos hermosos, podrían destrozarme el trasero de una y mil formas pero aún así sentía que algo estaba mal. Obviamente todo estaba mal en mi vida pero quería sentir aunque sea un poco de satisfacción alguna vez.

He tratado de cambiar mi forma de vida, después de que Mikaela me ayudara en la peor situación que he vivido con uno de mis novios sentí que por fin alguien me estaba tratando como una persona y no como un juguete sexual. Mikaela había sido lindo conmigo sin esperar nada a cambio y eso lo agradecía enormemente, desde ese momento nuestra relación como hermanos cambió, nos llevábamos bien incluso apreciamos mejores amigos, me gustaba tanto estar con Mika ya que sentía una protección tan grande al estar a su lado y cuando estábamos juntos me sentía acogido, amado y respetado, un sentimiento que en mi vida no había sentido jamás , bueno si pero era el de mis padres .
Mikaela era un buen chico después de todo, era medio extraño ya que dormía muy poco, hablaba demasiado incluso se perdía en sus pensamientos y podía estar horas mirando un punto fijo sin moverse ni decir nada, eso era extraño y daba miedo pero debo admitir que su estilo de chico tímido e interesante me resultaba un poco sexy. Duré un tiempo con la idea de que Mikaela era algo lindo y sexy pero trataba de alejar eso de mí mente ponlas pronto posible, no podía gustarme mi propio hermano, sé que soy un asco de persona y tengo un problema serio con la adicción al sexo pero aún así debía tener un respeto con la relación de hermanos que ambos tenemos, somos adoptados pero también fuimos criados como hermanos y debemos tener esa distancia entre nosotros .
Mikaela poco a poco se fue distanciando de mi cuando un chico nuevo se me presentó en la escuela, era un chico alto, castaño y muy educado, aveces era un poco grosero y solía explotar de vez en cuando pero para mí era mi sol, mi mayor tesoro, me gustaba desde el primer día que lo ví. Narumi y yo no tardamos mucho en crear una amistad así como el comenzar un noviazgo, hablábamos todos los días y nos veíamos siempre en la escuela, pasábamos casi todo el día juntos . Mikaela no se me volvió acercar desde que Narumi y yo comenzamos a salir, no quise preguntarle nada, tal vez estaba pasando por un mal momento y quería estar solo, no suele hablar de sus problemas por lo que no quise meterme en sus cosas.
Narumi y yo habíamos avanzado mucho en nuestra relación llegando al punto de presentarle a mis padres cosa que nunca he hecho con ningún novio anterior. Nunca hemos tenido sexo ya que traté de llevar todo esto un poco más lento y resultó que Narumi estaba de acuerdo conmigo, era mi primer relación sería en toda mi vida y estaba muy feliz.
La felicidad duró poco ya que un día un accidente ocurrió...

-Doctor, como está el paciente yuichirou?- preguntaba la madre del chico, un joven de cabellera blanca y piel de porcelana, sonaba preocupado y sus ojos estaban rojos de tanto llorar .

- su hijo está bien, señor Ichinose. Los golpes no fueron tan severos como imaginamos, tan solo tiene una fractura en el brazo izquierdo y tendrá que usar un collarín por uno o dos meses para que su cuello pueda acomodarse y dejé de doler, podrán llevárselo en una o dos horas. Su compañero no corrió la misma suerte puesto que el choque fue justo del lado del conductor así que él recibió todo el impacto. Entró en un estado de coma por unas horas pero no pudimos salvarlo...

No existe nada más doloroso que decir adiós pero no hay mayor arrepentimiento que el no poder despedirte apropiadamente.

Adiós, Narumi...

Un Día NormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora