capitulo 35

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Pov yuu:

Perder a alguien que amas es un dolor muy grande, un dolor del cuál crees que jamás podrás salir. Por meses me encerré en mi cuarto el cual se sentía como una prisión, fría y triste. Durante todo ese tiempo no tuve ningún contacto con nadie, no hablé con ninguno de mis amigos y mucho menos con mi familia, podría decirse que en esos meses de duelo no solté ni una sola palabra. Todos los días al despertar lo primero que hacía era ver mi teléfono, revisaba la hora y la fecha esperando a que llegara por fin el momento en el que pudiera verlo, sé que es imposible pero habían momentos en el que estaba muy seguro de que Narumi seguía con vida incluso llegué a marcarle y mandarle mensajes, fue tanta mi frustración que decidí deshacerme de mi celular y cualquier aparato electrónico que me pudiera permitir buscarlo . Me estaba volviendo loco técnicamente.

Mikaela había ido a verme todos los días sin falta, trataba de animarme pero era realmente imposible hacerlo ya que cada vez que lo miraba o escuchaba empezaba a llorar frente a él, por algún razón verlo me ponía muy nervioso y me hacía recordar inevitablemente el accidente a pesar de que el no estuvo allí en ningún momento más que cuando fue a verme al hospital y me dijo que mi novio había muerto. Mikaela no tenía la culpa de nada de ésto y aún así lo había tratado muy mal estos últimos meses. Un día decidí aceptar su ayuda, me invitó a salir y yo acepté, tenía miedo de salir y perder el control pero con Mikaela a mi lado sentía mucha protección de su parte lo que fue un motivo más por el que decidí dar el siguiente paso en mi vida, enfrenté el duelo y salí de mi dolor por al menos unas horas. Me sentí libre, todo mi pesar se había ido poco a poco en el transcurso de nuestra salida en la cual la pasé de maravilla con Mikaela, había reído tanto. Sin duda fue lo mejor que me había pasado en ese entonces.

Nunca hubiera imaginado que despertaría de lo más triste en la mañana y al final del día estaría feliz y lleno de vida, Mikaela me dejó como nuevo, me sentí un nuevo yuu.

A partir de ese momento hice un cambio drástico en mi vida, empecé una terapia psicológica. Al principio dudé en ir ya que me daba miedo lo que me pudieran decir y a la vez me avergonzaba contar todo lo que había vivido pero en verdad necesitaba hablar con alguien sobre mi dolor por la muerte de Narumi. Las sesiones habían funcionado, me sentía más y más animado al pasar de los días incluso volví a salir con mis amigos pero ésta vez a mi manera, sólo salidas de acuerdo a nuestra edad, cosas suaves y nada de querer ser un adulto. Dejé mis adicciones y me olvidé por completo de esas viejas amistades que no eran nada buenas para mí, ahora soy un chico normal en una vida más calmada.

Un día como cualquiera shinoa y yo planeamos ir de compras como bien lo hacíamos de vez en cuando. habíamos planeado todo lo que haríamos en el transcurso del día incluso pasamos horas conversando en su casa y aprovechamos para invitar a más amigos, sirve y comíamos juntos en la plaza en donde sería nuestro punto de reunión.

Estábamos a punto de irnos hasta que me dí cuenta que había olvidado mi mochila en casa, no solía salir sin ella ya que allí tengo muchas de mis cosas que podría ocupar al salir, a veces solo la ocupaba por moda así que regresar a casa era solo un capricho del cuál shinoa se negaba pero logré convencerla a ir a mi casa por mi mochila.

Pensé que la casa estaba sola así que dejé a shinoa en la sala mientras sabía a mi habitación por mis cosas. Estuve a nada de entrar a mi habitación hasta que escuché un sonido familiar. Alguien estaba teniendo sexo en casa pero no eran en la habitación de mis padres el sonido más bien provenía de la habitación de Mikaela. Mika no era esa clase de personas que suelan traer chicas a la casa, nunca le habíamos conocido alguna novia por lo que no me lo imagino en casa cogiendo con una chica de nuestra escuela. No quería saber más del asunto pero la curiosidad me estaba ganando. No supe cómo pasó pero sin darme cuenta estaba frente a su puerta tocando el picaporte, no iba abrir la puerta pero cuando escuché nuevamente el quejido de Mikaela mi sangre empezó a hervir del enojo y abrí la puerta rápido y con fuerza entrando a la habitación como pedo esperando ver a la tipa con la cual se estaba acostando.
Fue grande mi sorpresa ver solamente a Mika en esa gran habitación junto a una computadora y pues... tocándose.

Mika sé estaba masturbando mientras miraba porno.

__yuu-chan...p-puedo explicarlo!__la voz de Mika me había sacado de mi transe, literalmente me quedé parado frente a él con la boca abierta. No supe que hacer ni que decir por lo que me quedé en la misma posición mientras el rubio escondía su erección bajo las mantas. Estaba tan nervioso y sonrojado, se miraba de lo más tierno.
Mika quería darme explicasiones pero de su boca solo salían palabras sin sentido y frases sin terminar el estaba apunto de llorar del estrés pero me acerqué a él y le di un beso en la frente cosa que lo dejó aún más sorprendido y me miraba extrañado.

__ yo también me toco cuando estoy solo, no lo he hecho últimamente y ...verte de ésta manera me hace pensar en muchas cosas sucias. Quieres que te ayude con eso?__ dije apuntando su miembro el cual seguía escondido bajo las mantas, Mika no dijo nada tan solo se quedó viéndome, de seguro en su cabeza había una laguna mental. Pobre de mí hermanito, lo había atormentado por completo.
Iba a retirarme hasta que escuché un "si" en respuesta a mi pregunta.

__ yuu-chan, podrías ayudarme con ésto?__ el rubio bajaba las mantas mostrándome su pene el cual aún estaba erecto, nunca pensé ver a Mika de ésta manera y menos imaginé que me excitaría al verlo, literalmente se me había hecho agua la boca y sentía mi entrada palpitar. Me encanta el sexo, tengo muchos fetiches extraños y ahora estaba apunto de cumplir uno inimaginable, tendría sexo con mi hermano.

__ hoy tengo algo de prisa así que lo haré rápido sólo para ayudarte con ese pequeño gran problema.__ Mikaela se sentó en la orilla de la cama cumpliendo con mis órdenes, quitó completamente su boxer y abrió un poco las piernas dándome el espacio suficiente para hacer mi mejor acto. Me coloqué de rodillas frente al rubio y tomé su miembro comenzando a subir y bajar mi mano con delicadeza, mientras lo masturbaba Mika sujetaba mis cabellos y acariciaba mis mejillas . Levanté mi rostro para poder ver las expresiones de Mikaela y lo que ví me excitó de sobre manera, cerraba sus ojos de vez en cuando y suspiraba cada vez que la sensación era deliciosa.

__ quieres saber cómo complacía a mis amantes? Dicen que soy el mejor haciendo estás cosas...__ con la voz más seductora posible susurré esas palabras para luego meter su enorme y grueso pene en mi boca, tardé un poco en acostumbrarme ya que hacía tanto tiempo que no tenía sexo con nadie, hacer una mamada era complicado pero muy sexy, era casi un experto en el arte de las mamadas.
Subsionaba, lamía y daba pequeñas mordidas en sus partes íntimas . Metía de vez en cuando su pene hasta mi garganta y hacia movimientos rápidos simulando estocadas, Mika pasó de acariciar mi rostros y mis cabellos a jalarme de mi cabello y pegarme más y más a su intimidad. Luego de unos minutos Mika me separa de su miembro para correrse en mi rostro, quería tragarme toda su esencia pero por desgracia Mika decidió esparcir su semen en toda mi cara.
Cuando terminó quité los restos de su semen con mi mano y chupé mis dedos de forma sensual intentando no desperdiciar su semen, tenía un sabor exquisito para mí gusto.

Ésto será nuestro secreto Mikaela....

Un Día NormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora