Capítulo 12

319 17 1
                                    

Al finalizar de semana estoy totalmente recompuesto, bueno todo lo recompuesto que puedo estar, y con un montón de deberes. Los profesores armaron una carpeta para lograr ponerme al día, lo más difícil me lo explicaron, pero eso no significa que me moría por terminar todo.

Sentado en la silla de mi escritorio recordé que la tarea lograba que mi cerebro se concentrara, eso me gusta debido a que los pensamientos me torturan tanto que cansa. Así que abrí el primer libro en busca de distracción. El domingo pase todo el día en mi habitación llenando un montón de hojas con mi desastrosa letra.

Margaret vino en la noche arrastrando el carrito de medicinas tras de sí. Note el maquillaje en su cara y la ropa elegante, arquee una ceja hacia su dirección luego de cerrar la carpeta.

— ¿Vas a una cita? — ella se sonrojo apenas pronuncie esas palabras—. Lo tomare como un sí.

—Tú no hablaras de ello y yo no hablare sobre tu ausencia en el comedor, ¿trato? — ella extiende su mano, la cual tengo que estrechar.

Margaret me paso el botecito con las pastillas. Tomo cada una de ellas mientras que la mujer hace un chequeo general.

—Casi no te he visto esta semana. ¿Dónde has estado?

—Me han ascendido a jefa de enfermería. Además, el alcalde quiere que avancemos con los pacientes así que han enviado especialistas para acelerar el proceso. Todo es una locura— hace una pausa—. Confió que no le cuentes esto a nadie, Axel. Si no me convertiré en tu peor pesadilla.

No puedo creer que esas palabras hayan sido de ella. Parece haber cambiado, ya no es la dulce Margaret, ahora es la enfermera que trabaja solo por el sueldo. Retrocedo, desconfiado. Isak Larsson tenía razón; a partir de ahora no nos tendrán misericordia. Tengo que decirle lo que Margaret me dijo, lo más pronto posible.

—Entendido.

Termina su chequeo. Pero antes de salir menciona que las cámaras de las habitaciones ya están funcionando correctamente. Ruedo los ojos, fastidiado.

...

Tuve que salir de mi habitación más temprano el lunes para poder entregar a tiempo la carpeta en el salón de profesores. La dosis baja de antidepresivos me permite concentrarme en las clases además las vitaminas me daban un poco más de energía, a pesar de no haber dormido nada en la noche.

Yo estaba motivado pero el ambiente en el salón era tenso por parte de los doctores que impartían clases y de los pacientes. En la segunda clase un chico trato de clavar un lápiz extremadamente afilado en la garganta a la doctora de biología. Los guardias se le fueron encima y le inyectaron un calmante para llevárselo.

Ese tipo de cosas no paro en toda la mañana. Igualmente llamaban más y más pacientes según su apellido; cuatro guardias sacaban y regresaban adolescentes. Los pocos regresados parecían a punto de un ataque de ira.

Logre apartar a Isak para hablar con él. Él parece nervioso por la cantidad de guardias que recorren los pasillos. Nos apresurarnos hacia uno de los laboratorios vacíos.

—Esta zona acaban de revisarla, pero tenemos cinco minutos como mucho— informa luego de sacarse la sudadera, después se acerca a la ventana para abrirlas.

—Esto no te lo he dicho yo— él enarca una ceja negra y poblada hacia mi dirección—. Margaret me dijo que todo lo que está sucediendo es debido a un plan del alcalde. El hombre quiere que el centro de la alta a cuantos más adolescentes pueda, desea que salgamos de aquí pronto y creo no le importa cómo. Al parecer ha traído especialistas para ayudar.

—Eso explica los inesperados exámenes que han estado sometiendo a todos.

Me acerco a él, curioso.

HurtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora