Capitulo 18: Volviendo al infierno

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-Dios, la muchacha nunca está. Tendré que ir yo.- Se levantaba del sofá.- ¡Ya voy!-Victoria abrió la puerta, se encontraba en su penthouse.
-Ay Eugenia. Mi hermana.- Gabriela se lanzó a abrazarla. Allí en la puerta.- Te extrañé tanto.
-Ah...yo también Gaby.- la apretó en el cálido abrazo de su hermana.-Pues pásale.
-Vengó para quedarme toda la tarde, por si no te molesta eh. Necesito escuchar todo.-tomaba asiento.- Así que escúpelo. Te oigo.
-Esto está perfecto. Bueno, empiezo diciendo que hubo un millón de fans detrás de nosotros día y noche, por momentos se hacía agobiante.-Vicky tomaba asiento.-Tratamos de sobrellevarlo.
-Ah ok ya me imagino.- rió.- Mi cuñis estaba con ataque jajaj. Además ese no sabe llevar bien lo de las fans y todo. Una bomba casi.- volvió a reír.
-Si, se estresó más que yo eh. Estuvo feo eso. Pero ya el resto fue dormir juntos...- Gaby la interrumpía.
-Ah no ya no quiero escuchar sus cochinadas.- se llevaba las manos a los ojos.- No, no por favor.
-Jajaja ya Gaby, mensa no te voy a contar eso. Esas cosas son reserva jajaj. Bueno a menos que quieras saber algo.- sonrío.
-Bueno, síguele. Me imagino que durmieron juntos, bueno no dormir precisamente jajaja.
-Voy a seguir tranquila...a pesar de ser la primera vez que vamos juntos a Perú, acuérdate que cuando íbamos a promocionar Las Amazonas no pude ir, pues en esa oportunidad tenía que hacer presencia en Hidalgo. Bueno y ahora casi es lo mismo...
-Por qué dices eso? Mañana me imagino que vuelves a casa con César? O no?.
-No Gaby. Ojalá. Resulta que en un par de días tengo que viajar a Hidalgo...Omar tiene dos eventos, me pidió que estuviera, además los pollitos llegaron hace una semana de Estados Unidos. Obviamente tengo que estar allí, con mi familia.- bajo la mirada.
-Mmm. Ya me imagino eh...la misma historia de siempre no?.- ponía los ojos en blanco.
-Pues si...
-Pero ya, no es momento para hablar de frustraciones, ya síguele con Perú.- se acomodaba en el sofá.
-Ok, sigo. Increíblemente peleamos más de lo que crees. Fue una tortura. Pues como te dije César se estreso más de la cuenta con las fans, con las cámaras rondando. Con las llamadas seguidas de su hija Carla y mayormente el último día fue un caos...- su expresión era bastante afligida.
-Qué pasó Eugenia?
-Qué no pasó mejor dicho. Bueno, el último día me llamo Omar...- Gabriela la interrumpía.
-Ah ya tenía que salir este otra vez. Pues como siempre arruinándolo todo no?.
-Si...
-Qué hizo ahorita?
-Me llamó diciendo que necesitaba que hiciera presencia en Hidalgo a penas terminará en Perú, además en el mismo momento César me escucho hablando, justo cuando le decía que ya comenzaba casi las grabaciones de la nueva comedia.
-Ya imagino, ahí cago todo pues.
-Si.
-César no tenía idea verdad?
-No. No quise decirle, pues ya nos íbamos prácticamente de Perú, para qué arruinar más las cosas no venía al caso. Pero bueno, me escucho hablando, se sintió pasado a llevar. Fue un enredo enorme.
-Ay ay ay Eugenia, que no aprendes mi hermana. Ni tantito eh, nada. Yo siempre te digo que no andes con enredos, menos con mi cuñado, no es sano, es lo peor que puedes hacer en verdad. Luego ahí surgen las discusiones entre los dos.- movía la cabeza.
-Gaby...si es cierto, tienes razón pero que iba a hacer eh? Era absurdo perder tiempo en eso...
-Si pero bueno, de todas formas se enteró allí mismo Eugenia, fue peor que si le hubieras dicho en su cara. Y ya imagino cómo se habrá sentido al saber que se lo dijiste primero al idiota este y no a él. Pobre César en serio.
-Ah y ahora el pobre es él.- abría los ojos.
-Si, fíjate que eres terrible. Terrible mujer. Eres mi hermanita y todo, te quiero muchísimo y lo sabes pero carajo...eres un caso realmente.
-Mmm.- la miraba algo sentida.- Lo aceptó la regué.
-Bueno y qué pasó luego?.
-Tuvimos que ir al teatro a presentarnos. Allí nos reconciliamos, tratamos de hablar algo. Le dije que no podíamos permitir que estas cosas nos dañaran. Ya luego fuimos a comer con las demás del elenco. Y allí Maribel grabó un video para Instagram, este, César a esas alturas ya estaba bastante harto con las cámaras, las fans, las llamadas de Carla y justamente cuando Mari comenzó a grabar él se fue al bañito. De manera que no salió en e video. Llego casi al final, por lo mismo quise protegerlo de malos entendidos y estresarlo, dije en pleno video que no estaba.
-Ay Eugenia. Ves ya otra vez con tus enredos...
-Si, pero no me condenes. Lo hice con la razón de que no se molestara otra vez. Además le dijo a Carla y a Vivían que se quedaría en el hotel. Para que no lo siguieran molestando. Te imaginabas si por alguna razón la hija lo hubiera visto allí. Pues no que feo.
-Bueno si.
-Además, mi querida amiga Maribel me molesto durante todo el video. Haciendo insinuaciones. Yo no sé por qué pero medio mundo andaba alborotado conmigo y César.
-Ah aja pues claro...por qué será? Eh no seas mensa mi hermana, no te hagas. Tú misma y él con el solo hecho de hacer este trabajo juntos, dan pie para alborotar todo. Así que no te hagas ahorita. Hasta a Maribel le dan ganas de gritar su amor, hasta a mi.- soltó una pequeña carcajada.- Ya para cuándo? Que la suelten dicen todos, decimos todos de hecho.
-Como si fuera tan fácil. Y cállate eh porque tú mejor que nadie sabe todas las mil razones que tenemos para no dejar que todo explote.
-Eugenia hagan explotar la bomba de una vez.
-Ojalá pero bien sabes el por qué no lo hacemos.
-Bueno si. Ay...quien te manda a enredarte con un político. Asco hermanita.- Victoria movía la cabeza.- Y ya luego? Después del restaurante?.
-Nos fuimos a la cama...
-Ah jajaja la buena sacudida. No pierden su tiempo.
-Caminamos juntos hasta el pasillo. Obviamente cuando ya no había nadie, todas estaban en su habitación. Estábamos justamente parados frente a su puerta...-
Flashback
-No discutamos más mi amor.- Le sostenía la mano.
-No, más.- César le daba un pequeño beso. Luego abrió la puerta de su habitación. Una vez entraron, cerró la puerta.
-Nuestra última noche aquí en Perú. Tal vez nunca volvamos, disfrutemos ahora.- Vicky le besaba despacio.
Se encontraban a oscuras. Desde la habitación podían ver las luces de la ciudad por medio de un gran ventanal.
-Te amo.- César le desarmaba la pequeña coleta que llevaba, arrancando también su cintillo negro que llevaba sobre su cabellera.- Te amo, así sin más. Así simple, solo quiero esta noche a María Victoria Eugenia Guadalupe. No a la actriz famosa. Esta noche, dos seres humanos que se aman. Sin culpas, sin fama entre medio.
Victoria le sonreía.- Esta bien, esta noche solo tú y yo. Dos simples mortales.
César la besó apasionadamente. Como si quisiera apropiarse de ella. Hundió su lengua dentro de su boca. Le desabrochó la delgada chaquetita negra que llevaba. Sin duda, una mujer natural, su cabellera negra así suelta, ya luego sin ropa. A su vez ella hizo lo mismo, le desabrochaba la camisa negra que llevaba. Completamente desnudos cayeron en la cama. Victoria se subía encima de él, ella tenía el control del momento. Primera embestida, a un ritmo bastante rápido; con las ganas acumuladas César le sujetaba con ambas manos la su rostro, acercándolo al suyo, comiendo sus labios a besos, con alguna que otra mordida en el labio inferior de ella.
Durante todo el encuentro mantuvieron la misma posición, ella arriba de él. Cuando terminaron Victoria se abrazó a él. Reposando su cabeza en el amplio pecho.
-Ah podría repetir estos momentos contigo siempre.- Dijo César.-
-Yo también ah.
-No puedo pensar siquiera, un segundo en no volver a tocarte, no sentir tú piel junto a la mía, así desnuda. No volver a escuchar un orgasmo tuyo, realmente no podría vivir sin ti. Sin tus ojos, moriría.- la miraba, directamente desde su pecho.
Victoria cerraba sus ojos, aferrándose a su pecho.-Ni yo mi amor, me volvería loca, no volver a acurrucarme en tú pecho y sentir como late tú corazón. Sería una tortura.
-Ya han pasado muchos años, ya somos parte el uno del otro.- le besaba la frente.
-Te amo.
-Yo más, mi vida.
-Ya mañana volvemos a México. No quiero volver César.
-Yo tampoco, créeme. Volver a separarnos, cada año qué pasa se vuelve una tortura.
Victoria lo abrazaba fuerte, apretando su piel. Sin duda se durmieron así, desnudos. Pero quien primero se durmió profundo en sus brazos, igual que una niña chiquita fue ella. César se quedó un tiempo pensando, mientras le acariciaba su rostro, su cabello. No quiso correrla, ya que se encontraba plácidamente dormida. Sin embargo a él los pensamientos lo invadían, el miedo, allí, latente. No sabía si era parte de los años, si era la edad que estaba despertando en si la paz o la estabilidad, también podrían ser la chorrera de problemas. Tenía bien claro que ambos se encontraban en diferentes posiciones en sus vidas. Tantos pensamientos, pero lo que menos quería era hacerle daño. A pesar de todo la amaba como un loco desquiciado, capaz de todo, capaz de aceptarlo todo o bien negarlo todo. Así sus pensamientos seguían, hasta no poder más, y finalmente rendirse del sueño.
Al día siguiente, el sol entraba intensamente por el ventanal.
-Mmm. Buenos días amor.
-Bueno días mi vida.- Victoria le sonreía.
Ambos estaban de lado, mirándose de frente.
-Que bonito empezar mi día viendo tú sonrisa.
-Que alegría comenzar mi día a tú lado en la cama.- Victoria se subía arriba de él.- Te amo.- lo beso, posando sus manos en sus mejillas.- Te amo, te amo, te amo César.- Volvió a besarlo.
-Mmm. Me vas a matar mujer.- rió muy fuerte.
-Ajá.- le dio otro beso.- Te mataría haciendo el amor eh. A poco te gustaría.- Rió.
-Así, no sería una muerte.- Rió aún más fuerte.
-Shhh no rías tan fuerte hombre, te van a oír y pensar que estás loco.- le sonrió.
-No me importa. Si me creen loco o no.- posaba sus manos en la pequeña cintura que estaba arriba de él.
-Podríamos quedarnos así para siempre. Lamentablemente tenemos que irnos.
-Lamentablemente, qué hora es?
-No me importa César jajaja.
-Tranquila, tal vez nos podemos ver algún día cuando volvamos a México.
-Creo que no amor. Voy a estar uno o dos dia allí y luego me voy a quedar toda la semana en Hidalgo. Mis hijos ya están allí. No los veo hace mucho tiempo, creo que corresponde que estemos juntos no?.
-Imagino que si. Eres su madre tienes que estar allí con ellos. Aún que yo muera solo.
-No digas eso, solo será una semana y ya volvemos con la obra.
-Uf solo una semana.
-Si y ya está, espero que pase rápido.
-Vicky ya es tarde.- estiraba su mano hacia la mesita de noche, para alcanzar su celular. Vio la hora.- Si, es tarde. Dentro de tres horas tenemos que salir del hotel al aeropuerto.
-Ay no, podríamos quedarnos.
-Ojalá, pero es imposible.
-Si.- Vicky hacia un puchero.
Se levantaron, se arreglaron. Victoria se iba a su habitación. Cada uno ordenó su maleta.
-Victoria. Esta?.- Dagoberto tocaba la puerta de su habitación.
Victoria habría la puerta.- Hola Dago. Ya estoy lista.
-Buenos días. Páseme la maleta, yo la llevo.
-Allí esta, está todo listo.
-Ok me la llevo.- sacaba la maleta al pasillo.
Una vez todas estaban listas, incluyendo César, se subieron al coche y se fueron directo al aeropuerto. Allí algunas se tomaron un café, algún pastel, un té, lo que fuera para hacer la hora para abordar.
-Estas muy callada mi vida.- César se sentaba al lado de ella, en los asientos mientras esperaban abordar. Ya que se encontraban solos, cada una estaba en su mundo.
-Si, tengo algo de nostalgia, a pesar de todo no me quiero ir. La única alegría es que volveré a ver a mis hijos.
-Pues si, ver a los muchachos te tiene que llenar de alegría. La verdad yo tampoco me quiero ir. Quisiera que todas desaparecieran, incluyendo las fans, que nadie nos reconociera. Poder estar los dos solos.- Victoria le sonrió.
Después de varias horas, llegaron a la tierra mexicana. El comienzo de la primavera los esperaba.
Se encontraban en el aeropuerto de Ciudad de México. Algunas se fueron en sus propios coches, otras en el coche que arrendó la producción.
-Vas a pedir que te traigan tú coche?.
-No lo sé. Te vas a ir con los demás?.- Victoria le preguntaba.
-No, voy a pedir mi coche.
-Entonces yo igual.
-Espera a que se vayan todas y te vas conmigo. Te dejo en tú penthouse mi vida.
-Bueno.- Vicky se acercó a Dagoberto para decirle que se fuera con la producción, ya que ella supuestamente iba a pedir su coche.
Así ambos se fueron juntos. César iba manejando, hasta dejarla en su penthouse.
Victoria habría la puerta.- Deja aquí, la lado del sofá las maletas.
-Como guste señora Ruffo.- le guiñó el ojo.
-Cuánto dinero debo darle a mi esclavo.- se acercaba hacia él, dándole un beso.
-Me basta con que me ame mi señora.- la miraba mientras sonreía.
-No quiero que te vayas.- le sostenía la mano.
-Yo tampoco quiero irme, pero ya sabes. Debo hacerlo, tú en unos días te vas a Hidalgo.
-Bueno si.
-Pronto nos vemos mi vida. Pórtate bien si.- le sostenía la mandíbula.- Si?.
-Si, ve tranquilo. Te amo.
-Te amo mi amor.- César la besaba.
Fin del flashback
-Lo bueno es que no se fueron peleados después de todo.
-Si, gracias a Dios, Gaby.
-Eso si pudiste ahorrarte la parte de la cochinada.- Victoria rió fuerte.
-Ya, no exageres. Tú querías que te contara todo no?
-Si, pero no todo, todo mensa.
-Quieres un café de máquina?
-Bueno, es lo único que puedes ofrecerme siempre jajaja.
-Ya vuelvo.- se levantaba del sofá.
...
Habían pasado dos días desde que había llegado a Ciudad de México. Era el día en que tenía que empacar algunas cosas para irse a Pachuca de Hidalgo. Ya que no tenía ropa allí. No había compartido con sus hijos desde marzo. La última vez que había pisado la casa fue cuando se decidió ir a firmar los papeles de divorcio en el cual se debatió a sí misma hacerlo, dado que eso significaba entregar la custodia total de sus hijos. Claramente un momento difícil.
Era media tarde y Victoria había manejado dos horas y media, ya que había mucho tráfico. Detenía el motor de su coche. Se quedó por un breve instante contemplando su ex casa. Lugar en el cual sus hijos habían crecido, la mayor parte del tiempo sin ella presente. Eso la desconcertó un poco.
Una vez se bajo del coche, los empleados la vieron por las ventanas de la cocina. Inmediatamente vino un hombre a recoger su pequeña maleta.
-Buenas tarde señora.
-Buenas tardes.- sonrió levemente.
-Me permite su maleta?.
-Si por supuesto. Ah espere un segundo.- Abría la puerta del copiloto, para sacar su bolsa.- Tenga, mi bolsa por favor.
-Claro, yo se la llevo adentro junto con la maleta.- el hombre se iba.
Victoria se quedaba parada allí unos segundos.
-Mira, Vickyta. Allá afuera está mamá.- Anuar se asomaba desde la ventana de su habitación.
-Ah ya llegó.- Estaba pegada jugando Playstation.
-Si, te digo que está afuera. Voy a bajar a recibirla. Vienes?.
-Eh.- estaba hipnotizada en el video juego.- Qué dices?.
-Que si vas a bajar a buscar a mamá? ¡Vicky!.
-Qué?.- pausaba el juego.- ¿Estas loco? Permite que ella entre por si sola, no seas tonto.- lo quedaba mirando, algo molesta.
-No seas así, por fin está en casa.
-Claro, ahora hay que tener consideración con ella. Te recuerdo que estaba de gira, lejos de nuestra casa, con su amante.
-Ya tenias que recordarlo Vicky. Por qué eres así.
-Estoy diciendo la verdad wey. Aún que nos duela, las cosas son así.
-Ya olvídalo, por lo menos estos días.- seguía mirándola desde la ventana.
-Ay ya. Si tú quieres hacerlo está bien, allá tú. Corre ve detrás de ella.
Anuar se paraba en la puerta de su habitación.
-Entonces voy.
-Ya ve. ¡Traidor!.- Anuar corría por el pasillo.
Victoria estaba algo asustada. Ya que recordó que la última vez allí fue cuando se divorció. Ahora volvía como perrita con la cola entre las piernas. Todo por qué había dado su palabra, y mayormente por sus hijos. ¿A cuánto estaba dispuesta una madre con tal de estar con sus hijos?.
Anuar abría la puerta de la entrada.- ¡Mamá!- una amplia sonrisa se enmarcó en su rostro. Fue hasta donde estaba su madre con el coche.
-Hijo, mi niño.- Anuar la abrazo fuertemente.- -Te extrañé muchísimo, a ti y a tú hermana.
-Yo también ma. Te extraño mucho, solo quería verte.
-¿Cuándo llegaron? ¿Qué día?.
-Hace unos cinco días, más o menos. Vamos, entra a la casa.
-¿Esta tú padre?.
-No, todavía no llega. Anda en la gobernación, ya pronto debe estar por llegar.
-Ah, pues entremos.- Ambos entraron a la casa abrazados.
-Buenas tardes señora.- Una empleada de la casa la saludaba.
-Buenas tardes.- sonrió.
-Ma, y cómo te fue? En Perú? Allí andabas?.- ambos se sentaron en el amplio sofá gris.
-Si, fui a Perú. Pues bien, fíjate que me la pase muy bien...- en ese momento la interrumpió su hija Victoria que venía bajando las escaleras.
-Hasta que volviste a la casa.- Se quedó parada desde las escaleras.- Yo pensé que te ibas a quedar para siempre en Perú.
-Ay no exageres hija. Fue solo una semana que estuve allí.
-Si, pero no te vemos desde marzo.- hacia una mueca.
-Bueno, no vas a venir a saludar a tú madre?.- Se paraba del sofá y estiraba sus brazos.
Vickyta bajaba las escaleras y caminaba hasta su madre.- Hola.
Victoria la abrazaba hacia su pecho. Pero la muchacha no se molesto en abrazarla. Sin duda estaba molesta, pues no veía de hace tiempo a su madre y no solo eso, además se había ido de gira con el amante y también sabía que se había desvinculado de su padre, obviamente eso implicaba abandonar la casa. Ya no dialogaban como antes sin duda.
A diferencia de su hermano, la muchacha tenía un carácter bastante fuerte. Sin duda era una chica rebelde, no se le hacía fácil transar con su madre. Para ella su padre lo era todo.
Ya era de noche. Omar ya había llegado a la casa. Saludo a Victoria como si nada.
-Hola Victoria, buenas noches.- Los hijos estaban en sus habitaciones, cada uno en su mundo.
-Hola Omar.- Victoria estaba sentada en el sofá con Coco y Chanel.
-Los muchachos?
-Están en sus habitaciones.
-Ok.- miraba su reloj de pulsera.- Ya es hora de cenar. Voy a subir a saludarlos.
Sin duda las expectativas de Victoria con sus hijos habían sido muchísimos más altas. Sabía que ya no eran unos pequeños, estaban grandes y cada uno comenzaba a tener su propio mundo. Pero eso no hizo que se desmotivara e intentara interactuar en buena onda con ellos. Así que se decidió ir a la cocina y pedirle a las empleadas que hicieran unas ricas tortillas, para que luego las sirvieran en el living; de modo que comieran más relajados todos juntos en el sofá.
-¡Vickya, Anuar, Omar! Bajen a cenar. Ya está listo.- Gritaba Victoria. Pasaron unos minutos, así que decidió empezar a comer, tenía tanta hambre, no se aguanto.
Poco falto para que bajaran sus hijos y Omar.
-¿Qué haces Victoria?.- Omar la miraba molesto.
-¿Por qué?.- se limpiaba la boca. Se encontraba sentada a lo indio.
-Pues no estamos en tú penthouse de soltera. Estamos en mi casa, en casa de tus hijos. Para que sepas desde que llegaron les puse normas, en mi casa hay normas. La cena es en la mesa Victoria.- sacaba la comida de la pequeña mesa de centro.
-Lo siento, no es para tanto. Creo que por hoy, es más cómodo comer aquí. Más relajado, pues es la primara noche que estamos todos juntos. No?.
-No Victoria.- respiraba profundo.-Mira solo te voy a pedir que no me los desordenes. Si? ¡Tan difícil es eso por Dios!.- Ambos muchachos se quedaron viéndola.
-Voy a pedir que saquen esto y pongan la mesa para cenar como corresponde. Aquí hay normas.
Victoria respiraba profundo. Vio a sus hijos viéndola.- Es solo una noche, no pasa nada Omar.
-¡Es que no entiendes!.- levantaba la voz.
-Porque no mejor le preguntamos a ellos, ¿dónde quieren comer?
-No Victoria, ya basta. No te creas la madre buena onda. Es fácil hacerlo cuando no estás presente con ellos.
-Bien, no pienso seguir escuchándote, has lo que quieras eh.- se levantaba del sofá para subir al cuarto de invitados.
-Pa, no era para tanto.- Anuar se acercaba a su padre.
-No. Si es para tanto. Es fácil ahora que tú madre venga a desarmar las normas.
En ese momento a Vickyta le movió los sentimientos, algo la hizo discutir a favor de su madre.
-Pa, estás exagerando. Solo es por hoy, no va a pasar nada malo. Mañana comemos en la mesa y ya está.
-Vickyta...
-No, pa. Ya cálmate, solo comamos aquí hoy. Voy a buscar a mamá.- Vickyta subía a la habitación de invitados.
Tocó la puerta.- ¿Puedo entrar?.
-Por supuesto mi amor.- Victoria se encontraba recostada junto con coco viendo la tv.
-Ma...ven, vamos a comer.- se quedaba parada allí comiéndose su orgullo, rogándole.
-Tú padre ya me dejo mal. Arruinó el apetito que tenía.- cambiaba los canales de tv.
-Si, pero da igual. Ya le pedí que comiéramos en el sofá, neta solo por hoy.
-Mmm, quieres comer conmigo?.- miraba a su hija.
-...Si...- bajaba la mirada.
-Ok, va. Vamos a comer las tortillas, de seguro ya deben estar frías.- tiraba el control de la tv en la cama, se levantó con el perrito en el brazo.- Vamos a comer.
-Vamos. Me suena la panza.- rió un poco Vickyta.
Comieron juntos. A pesar que Omar no cruzó palabras con Victoria durante la cena. Pero eso no importó pues Anuar no dejó de hablar ni por un segundo, contándole a su madre cada detalle de la escuela militar en Estados Unidos. Al igual que Vickyta, eso hizo más amenos el momento incómodo que se formó al principio.
Ya era tarde, todos se fueron a dormir. Victoria durmió en el cuarto de invitados, lo cual fue un poco extraño dado que nunca había dormido allí estando en la casa. A pesar que el matrimonio nunca fue normal, hacía el esfuerzo de aparentar incluso dentro de la casa, sobretodo cuando sus hijos estaban más chiquitos. Ahora era diferente, sus hijos ya eran unos adolescentes que sabían cómo funcionaba la vida de sus padres. No había necesidad de fingir, no por lo menos dentro de la casa. Eso era un peso menos.
Victoria no podía dormir. Se daba vueltas en la cama. Hasta que decidió levantarse he ir a la cocina por un vaso de agua. Una vez subió para dirigirse a la habitación, vio un destello de luz encendido por debajo de la puerta de su hija. Le extraño que todavía estuviera despierta a esas horas. Dudo un poco en ir a verla, no quería invadir su espacio, de todas formas fue a verla.
-Puedo entrar?.- asomaba su cabeza desde la puerta.
Vickyta la miraba desde la cama.- Pues...ya entra.
Cerraba la puerta una vez entró.- ¿Qué haces despierta a estas horas?.
-No sé, creo que no puedo dormir.
-Ayer te ocurrió lo mismo?
-Si, bueno en realidad no puedo dormir prácticamente desde que llegue de Estados Unidos.- miraba hacia el suelo.
-¿Puedo acostarme a tú lado?- sonrió- Como cuando eras chiquita.
-Mmm. Ya no soy una niña chiquita.- la miraba hacia arriba.- Pero ya...- Levantaba las tapas de la cama.- ven.
-Va.- Victoria se acostaba debajo de las tapas, con su hija. Una vez acomodada- Tal vez ahora si te duermes.
-¿Tú crees?.
-Pues si, te guste o no soy tú madre.
-Si...
-Hay algo que quieras contarme o hablarme de algo?- Se acomodaba de lado, acurrucando a su hija delante de ella.
-No, nada.- le costaba abrirse con su madre.
-Segura? Yo creo que si. Debe haber algún muchachito por allí eh.
-Eh.- sonrió.
-Ah ves, sonreíste. Dime hija.- le acariciaba el cabello.
-Ma...ahora soy novia de Erick. Te acuerdas de él?.
-El muchachito ese, bajito?
-Si, el amigo de Anuar ma. Acuérdate que me gustaba cuando nos llevaron a esquiar en marzo. Fuimos todos y Anuar lo invitó. Te acuerdas?
-Si, si me acuerdo.- seguía acariciando el cabello de Vickyta.
Se formó un breve silencio. Ninguna de las dos sabía que decir.
-Te felicito hija. Espero que ese Erick te trate bien. Te me cuidas eh?.
-Si, no pasa nada.
-Ok.- miraba a su hija.
-Hasta cuándo te quedas?.- Vickyta se volteaba a verla.
-Bueno, mañana es la fiesta con los políticos. Y pasado la otra fiesta. El lunes tengo que volver a Ciudad de México, porque esa semana continúa la gira.
-Ah. Verdad que solo volviste para hacer presencia...
-No digas eso, Vickyta, hija quiero que sepas que esto es difícil para mí también. Aún que no me creas vine para verlos a ustedes. Porque si ustedes hubieran estado en Estados Unidos yo no hubiera venido. Me entiendes?
-Lo siento pero todavía no me acostumbro a esto. A vivir así, es raro, pues todos los padres que se divorcian se divorcian y ya, pero tú y pa hacen todo esto, nos confunden a Anuar y a mí. Se que no es fácil se gobernador pero sería mucho más fácil que diga que están divorciados y ya.
-Lo se hija, esto es muy difícil y muy serio. Solo confía en tus padres si? No te metas en esto. Solo disfruta tu adolescencia.
-Aja.- le daba la espalda.- Sabes? Extraño cuando éramos pequeños y no sabíamos nada. Trataba de comprender que eras actriz y debías trabajar. Ahora todo es tan distinto, difícil. Te siento tan distante...pareciera que solo tienes tiempo para tú carrera, tus fans y tú amante.
-No me digas eso...hija. Yo...quisiera que las cosas fueran muy distintas. Es difícil, no creas que se me ha hecho fácil. Quiero que algún día me entiendas y podamos tener una conversación de mujer a mujer, que tuvieras experiencia. Pero solo eres una muchachita todavía. Quiero que sepas que hoy estoy aquí por ti y tú hermano y eso no va a cambiar, siempre que pise esta casa será por ustedes. Lo siento, hija.- le tocaba el hombro.
-No sé, espero entenderte algún día. Hoy no puedo ma.- la miraba.- Buenas noches.- se volteaba otra vez.
-Buenas noches mi vida.- le daba un beso en la mejilla. Se levantaba para ir a dormirse.
...
Era media tarde. Victoria no se arregló casi nada, una blusa de estampado, un poco de maquillaje y ya. De pronto sonó su celular.
-Bueno, hijo?.- era José Eduardo.
-Hola ma. Estás en Hidalgo verdad?
-Si, llegue ayer. Por qué?
-Es que andaba en la casa de unos amigos a las afuera de la ciudad. Pensé en pasar para allá.
-Bueno, vente para acá, así aprovecho de verte antes de volver a la gira. Además me haces compañía en la fiesta.
-Ya está, entonces voy. En media hora estoy allí.
-Te espero, maneja con cuidado.
Era una fiesta especial para los funcionarios de la gobernación de Hidalgo. Habían varias mesitas adornadas. Nada muy elegante, pero solo estaban invitados los adultos.
Victoria mantuvo la sana distancia con Omar, llegaron juntos a la fiesta, pero una vez adentro cada uno por su lado. El conversando con amigos y ella con amigas. Ya habían pasado algunas horas, habilitaron una pequeña pista de baile. José Eduardo se animó y bailó un poco con su madre.
-Ya, estoy algo cansada eh.
-Qué?. ¡No te oigo Ruffo!.- la música estaba a todo dar.
-¡Que ya no quiero seguir bailando!.- se acercaba a su oído.- Vamos a fumarnos un cigarrillo?.
-Ok va.
Se alejaron de la multitud, fueron a una pequeña barrita de apoyo. Allí pudieron hablar un poco.
-¿Y qué tal todo en Perú?.- José Eduardo le preguntaba mientras sacaba el cigarrillo.
-Bien. Las cosas se salieron un poco de control. Pero nada que no pueda manejar.- abría los ojos.
-Ah ya veo, César y tú causando sensación.- rió.
-Si, fue algo tedioso.- daba una calada al cigarrillo.
-Y qué piensas hacer? Ya que comienzas la comedia y todo.
-Ay es algo que por ahora no tengo idea cómo voy a manejar. Anoche tuve una conversación con Vickyta eso me dejo pensando mucho sabes.
-Ya me imagino pero, debes hacer lo que tú quieras, pensar bien las cosas ma, no puedes estar toda la vida así y lo sabes. También sabes que te voy a apoyar siempre.
-Gracias, gracias hijo.- le dio un beso en la mejilla.- Ay estas tan grande mijo.- lo abrazaba.
-Y tú más viejita.
-Oye no te pases de listo.- le daba un empujón.
-Hagamos un boomerang?.- sacaba su celular.
-Si, me parece. Pero eso si luego nos tamos una foto.
-Ya, me parece.- buscaba a un mesero para que les tomara una foto y les hiciera un boomerang.
José Eduardo sin duda había sido su salvación, una especie de hada madrina. Pues la acompaño gran parte de la noche, al igual que la noche siguiente. Estuvo allí todo ese fin de semana.
Al día siguiente era la fiesta de Greta, sus quince años, hija del presidente del comité municipal de Pachuca. Amigo de Omar, Vickyta muy amiga de la chica. Estuvieron los mismos de la noche anterior todos muy elegantes; las mujeres de vestidos algunas muy glamorosas y otras no tanto. Allí estuvieron Vickyta y Anuar.
Esa noche Vickyta compartió bastante con su madre, sin duda la extrañaba. Luego de varias horas, acabada la fiesta Victoria subió una foto, en la cual salía con su hija, Sergio el presidente del comité y Omar. Quiso subir la foto, pues fue el único momento que habían capturado junto con su hija, las dos bien ordenadas y elegantes.
...
-Buenos días mis pollitos, ya no tan pollitos.- miro a sus dos hijos que se encontraban en la mesa listos para el desayuno.
-Ah hola, yo también estoy aquí Ruffo.- José Eduardo la miró.
-Jajaja Hola hijo querido.- rió.
-No te preocupes ma...tú te vas hoy a Ciudad de México verdad?.- Anuar le preguntó.
-Si, a media tarde me voy.- tomó asiento y bajo la cabeza.
Gratamente se encontraban solos, pues Omar se había ido temprano a trabajar.
-Resulta que decidimos irnos hoy para Estados Unidos.- Vickyta la miraba.- Así no perdemos más tiempo, ya que llevamos una semana aquí.
-Ah muy bien.- Victoria los miraba a cada uno.
-Te gusta ir a dejarnos?.- Anuar le preguntaba.- pa ya dejó pedido el jet privado. ¿Te parece?.
-Si, me gusta la idea. ¿A qué hora saldremos?.
-A las 4:00. Tenemos que tomar desayuno y ya prepararnos, comemos algo en el jet.- agregó Vickyta.
-Bueno, a mi me gustaría poder acompañarlos pero bueno...tengo un compromiso con Bárbara. Lo siento.- José Eduardo se lamentaba.
-No te preocupes hijo, ya habrá otro momento sin duda.
A las 4:00 ya estaban adentro del jet. Fueron dos horas de vuelo hasta Nuevo México, Estados Unidos. Una vez llegaron a la escuela militar Victoria se despidió de sus dos hijos en los jardines de la escuela, pero antes un militar amablemente les tomó una fotografía, en la cual también salió el novio de su hija; quien salió a saludar a Victoria.
Luego Victoria se subió al jet el cual la dejó en Pachuca; pues allí tenía su coche. Mientras manejaba pensó bastante en sus hijos. Por un instante deseo que las cosas fueran diferentes, a pesar de eso se sintió conforme, sabía que estaba haciendo lo que podía por sus hijos, a tal punto que ignoro por completo el hablar, durante los tres días que estuvo, con César. Sabía que él necesitaba su espacio, la última vez que se vieron había sido mucho el estrés, y a su vez ella necesitaba enfocarse con Vickyta y Anuar. Estaba dispuesta a bajar al infierno, al mismo tiempo se sentía contra la espada y la pared sabía perfectamente que jamás iba a poder dejar al hombre que amaba, eso no estaba en su cabeza.
La vida no era fácil. Menos para una actriz internacional, además primera dama. Algún precio debía pagar por la fama.
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"Cuanto más perfecto uno luzca por fuera, más demonios tiene adentro".
Gracias por leer ❤︎

Tan enamorados (historia terminada)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora