Victoria y sus hijos llegaban a Ciudad de México. Justo a tiempo, dado que al día siguiente era año nuevo. Se encontraban los cuatro juntos en el aeropuerto.
-Bueno mamá yo me voy ahorita de viaje con mi papá. Voy por unos días a Estados Unidos.- le dijo José Eduardo.
-Ah mira tú...entonces vas a pasar el año nuevo con él?
-Si, corresponde ¿no? Pase navidad contigo, no te puedes quejar.
-Si lo sé, pero me gusta que estemos todos juntos para año nuevo. La tradición es pasar en Acapulco.- Victoria se cruzó de brazos.
-Lo lamento. A ver si el próximo año invierto las fiestas, paso navidad con la familia de mi papá y luego paso año nuevo contigo.
-Esta bien hijo. Como quieras...yo no te voy a detener en lo absoluto.- le sonrió.- cuídate mucho.
-Y yo a ti ma.
-Nos vemos a penas vuelvas ¿ok?.- lo abrazó.- Gracias por acompañarme en este viaje, pero por sobretodo apoyarme.- le dió un beso en la mejilla y luego le arregló el cabello.
José Eduardo se despidió de sus hermanos y rápidamente se cambió de lugar para esperar su vuelo a Estados Unidos.
Victoria llamó a César por celular, deseaba con todas sus fuerzas verlo y pasar el día juntos. Pues así lo hizo.
-Hola mi amor.
-Hola, que alegría oír tú voz mi vida.
-Y a mi oír la tuya. No sabes cuanto te extraño, solo quiero verte y abrazarte.- le salió muy tierna la voz.
-Y yo a ti. ¿Ya estás en Ciudad de México?
-Si, estoy en el aeropuerto. Luego nos subimos al coche...me imagino que fuiste a nuestra casita verdad? Ha pasado mucho tiempo de que no vamos allí, tal vez esté todo muy sucio César.
-No te preocupes tengo todo bajo control. Lleve a Lolita para que limpiara y yo mismo arregle el jardín de la casa. Quédate muy tranquila.
-Bueno, que preocupado eres. Me quedo absolutamente tranquila.- sonrió.
-Mmm ya ves. ¿Te vas a tú casa? O ¿vienes directo a nuestra casa?
-¿Dónde estás tú?
-Yo estoy en nuestra casa por supuesto.
-No sé si sea buena idea dejar a los muchachos solos en mi casa e irme. Creo que iré más tarde. ¿Te parece?
-Como gustes mi vida. Yo te espero, solo avísame.
-Te extraño mucho.
-Yo también, solo tengo ganas de apapacharte. Bueno, espero tú llamada cuando decidas venir.
-Gracias por comprender. Te amo, un beso.
-Adiós mi vida, adiós.- le tiró un beso por celular.
Victoria apenas cortó la llamada Vickyta le preguntó:
-Ma, ahora nos vamos a casa?
-Si mi amor, nos vamos a mi casa.
Así lo hicieron, se fue con sus hijos a casa. Sin duda Victoria tenía muchos deseos de contarles que tenía una casa con César, un espacio único en el cual los dos vivían su amor en privado, desde hace ya unos pocos años. Pero no se atrevió, era mucho el riesgo aún. Recién sus hijos sabían sobre la relación de ella con César y lo tan estrecha que estaba la relación e incluso lo bien que se llevaba él con su hermana Gabriela. Sin dudarlo debía seguir fingiendo.
Llegaron a la casa de Victoria en Ciudad de México. De inmediato Vickyta se fue a su habitación al igual que Anuar. Así que Victoria decidió darse un baño en la tina, estaba muy cansada por tantas horas de vuelo.
Cuando estaba dentro del baño, entre medio de toda la espuma y el agua, pensó en cuan difícil sería para sus hijos contarles sobre la dicha casa. Lo que menos quería era que se enterarán de sorpresa, ella misma quería decirles; pero no era el momento todavía.
Una vez terminó el baño tan relajante que se dió, llamó a César para avisarle que iría a la casa y estaría allí en un par de horas.
-Hola mi amor. Ya llegué a mi casa, me di un buen baño así que lueguito estoy allá en casa.
-Hola mi vida. Que bonito, aquí te espero.- dicho estoVictoria rió.- No te rías eh.
-Me haces reír.
-Se me olvida que es la palabra prohibida...pero como te decía. Aquí te espero, no tardes.
-Besos, tantito estoy allí.- cortaba la llamada.
Vickyta estaba detrás de ella, a su espalda. Se encontraban en la sala principal de la casa.
-¿A dónde vas?.- dijo la muchacha de pronto.
-...¡Hija!.- gritó.- Me asustaste caray.- se tocaba el pecho.
-Lo siento. No fue mi intención, pero te escuché, estabas hablando con alguien.
-Si...
-¿Vas a salir?
-Si...pero vuelvo pronto, lo prometo.
-¿Lo vas a ir a ver?.- Vickyta entendió de inmediato de quién se trataba.- Que no te de pena ir a ver a César. Lo entiendo.- dijo de forma muy madura.
-¿De verás?- Victoria sonrió ligeramente.
-Si mamá. Así que ve, no te atrases.- le sonrió de vuelta.
-Gracias Hija. De verdad, no sabes lo importante que es para mi que me apoyen.
-No lo agradezcas tanto. Es lo mínimo que podemos hacer, soy tú hija además.
-...Gracias por tus palabras...- agarro su bolsa y las llaves.- Casi se me olvidaba, dile a tú hermano que salí...- Vickyta la interrumpía.
-Si, no te preocupes. Anuar está durmiendo, cuando despierte yo le digo. Y tranquila, él lo va a entender, así como yo.- Se acercó a su mamá y le dió un beso.
-Adiós mi vida.- Victoria abrió la puerta y se dirigió al coche.
Mientras iba conduciendo por la autopista, iba pensando en lo maravilloso que podía ser la vida a veces y otras no tanto. Pero sin duda en ese preciso momento si estaba siendo un maravilloso regalo de Dios, el destino y la vida en sí.
-Bienvenida a casa mi vida.- César abría la puerta de entrada.
-¡Ay! Te extrañé tanto.- Victoria se lanzaba a su cuello para abrazarlo.
-Mmm...- César la abrazaba, envolviendo sus dos brazos en su pequeña cintura.- Yo también te extrañé mucho.- le dijo al oído, luego cerró sus ojos e inhaló su olor a Chanel y tabaco.
Ambos se soltaban y se dieron un gran beso, ya que venían de hace días extrañándose.
-No tienes idea de cuánto te extrañé. Cuando llegué aquí a nuestra casa se me hizo horrible. No estabas tú, yo solo en casa, te veía en cualquier parte. Y cuando llegó la hora de irme a dormir fue peor, la cama vacía y tú a millones de kilómetros, en otro continente.- César la miró fijo y suspiro.- Pero ya estás acá, en casa, conmigo.- le agarró el rostro con ambas manos y le dió pequeños besitos, uno tras otro.
Victoria no dejaba de sonreírle.- ¿Por qué eres así conmigo? No tenía idea de que me extrañabas tanto.- lo miró suspirando.
-Soy así contigo porque te amo con toda el alma. Para que veas que no puedes salir de mi cabeza.
Entraron juntos a la casa y se sentaron en el sofá.
-¿No quisiste traer a Coco y Chanel?.- le preguntó César.
-No, ósea hubiera querido. Pero si lo hacía tenía que pasar a casa de Gaby a buscarlas. Me iba a demorar...y pronto me tengo que ir. Deje a Vickyta y a Anuar solos. Les dije que volvía pronto.
-¿No te vas a poder quedar a dormir?
-No mi amor.- Hizo un puchero.
-Mmm...- César bajo la mirada.
-No te pongas mal. En unos días nos volvemos a ver...o te vas a Acapulco. Te espero allá.- le sonrió.
-...Te tengo una sorpresa...- César la miró.
-¿Cuál sorpresa?.- lo miró sorprendida.
-Desde navidad te lo he dicho. Pero no he podido decírtelo porque tenía que ver los últimos detalles...pero ya está todo en orden.- asintió con la cabeza.
-¡Pues ya! Dime César.- No lo dejaba de mirar.
-Espérame. Voy a buscar la sorpresa.- se levantaba del sofá e iba a buscar al dormitorio un sobre de papel. Cuando volvió a la sala, escondió el sobre detrás de sus amplia espalda.
-¡César! ¡Ya mi amor, dime!.- gritó Victoria, una vez se levantó del sofá. No podía más de la ansiedad.
-Esto que tengo detrás mío es un regalo de navidad, un poco atrasado.- rió.- Lo tenía planificado de hace tiempo pero hubieron pequeños problemas con las fechas.- Sacaba el sobre de su espalda y se lo pasaba en las manos.- Ten mi amor, espero que te guste el regalo de navidad atrasado.- sonrió.
-Dios...pero, ¿Qué es?.- lo miró.
-¡Ah! Debes abrirlo.
-Esta bien...- rompió el sobre de papel con cuidado. Una vez leyó lo que decía se llevó una una a la boca.- ¡Ah! Mi amor...¿De verdad?.- sonrió ampliamente, mostrándole todos sus dientes.
-¡Si! Es cierto...nos vamos a Cuba por una semana.- reía de felicidad.
-Ay te amo.- se lanzó a darle besos en la boca.- Estoy feliz, vamos a poder ir de vacaciones juntos, solos y tranquilos.
-...Si...de todas formas compre pasajes para los muchachos. Vickyta, Anuar y José Eduardo...por si quieren acompañarnos. Tengo entendido que vuelven a mediados de enero a estudiar otra vez a Estados Unidos no?
-Si...César no sé qué decirte...- Victoria no podía más de la alegría.- Gracias por considerar a mis hijos...yo...no sé qué decirte. No sé si los muchachos van a querer a acompañarnos.- dijo un poco nerviosa.
-No te preocupes, si no quieren ir conmigo, yo lo voy a entender muy bien. Pero no quiero perder la oportunidad de estar contigo, los dos. Tú y yo en Cuba.
-Si claro mi amor. De hace años que no vamos juntos. Hace tiempo que no te acompaño a la Habana.
-Ya era hora ¿no?.- la abrazaba fuerte contra su pecho.
-Estoy feliz...- Victoria se despegaba de él para ver otra vez los pasajes.- Ah...¿nos vamos mañana en la tarde?.- lo miró.
-Si mi vida.
-...Y...eso quiere decir que vamos a pasar el año nuevo juntos?.- Victoria no podía más de alegría.
-Si, exactamente. Quiero que pasemos juntos el año nuevo y que mejor, en Cuba. Mi tierra querida. Podemos llevar a mi mamá al hotel y que comparta con nosotros. ¿Te parece?
-Me encanta la idea. Soy feliz contigo, donde sea que estemos juntos. Estoy tan feliz que voy a llorar...- se aguantaba las lágrimas.
César la interrumpía.- No llores por favor, quiero que estes feliz. Quiero hacerte feliz siempre...
-Estoy muy emocionada mi amor...no tienes idea. Soy tan feliz contigo...con tus detalles. No puedo creer que vaya a pasar un año nuevo contigo.
-Ni yo lo puedo creer...por ti soy capaz de todo Victoria...de todo.- se acercaba a besarla.
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Tan enamorados (historia terminada)✔️
Roman d'amourSiempre han estado hechos el uno para el otro, a pesar del tiempo siguen unidos por el mismo amor, ese que los une con un hilo rojo. El hilo se puede estirar, contraer, flaquear pero jamás romperse. Tan enamorados como antes, como siempre. Solo el...