Felices, ya instalados, en el hotel, específicamente en el sector de Miraflores, Lima. Una ciudad hermosa, los cubría la noche con sus estrellas y las luces de la ciudad. Lamentablemente no iban solos, todo un elenco los acompañaba. A veces una amenaza y en otras ocasiones cómplices. Pero estaban juntos y eso era lo más importante.
Todas estaban en sus habitaciones, poco tiempo faltó para que César no aguantara y terminara parado frente a la puerta de Victoria, que a su favor le quedaba a unos cuantos metros. Tocó la puerta de su habitación.
-Vícky?.- tocó por segunda vez la puerta. Hasta que Victoria le abrió.
-Entra mi amor.- se encontraba pálida y muy cansada. Cerró la puerta.
-Mi vida...- La miró como baboso.- ¿Cómo te sientes?.- le acariciaba su pequeño y armonioso rostro con ambas manos.
-Más o menos.- hizo un puchero.- Me siento muy cansada. Ya no sé que hacer, hace días me siento así, bueno por todo lo que pasó...- César la interrumpía.
-Shhh ya, dejemos ese tema de lado. Hoy estamos aquí juntos, en Perú. Ya pasamos lo peor, la prensa, las fans...ahora estamos solos en esta habitación.- le sonreía.
-Bueno. Mejor no hablemos más de eso, tienes razón. Hay que aprovechar.
-Ah te amo, te amo.- le dieron los nervios, al igual como cuando uno ve a un bebé tierno. La apretó en un fuerte abrazo, estrechándola hacia su pecho. Ella se dejó abrazar por él.
-Uy yo también te amo, mucho mi vida.- cerró sus ojos apoyando su cabeza en el amplio pecho.
-Quiero pasar esta noche contigo.- Victoria levantaba su rostro para mirarlo.
-César...mírame, estoy hecha un desastre. En estos momentos lo que menos me veo es sexy.- rió, burlándose de si misma.
-Parece que a pesar de los años, todavía no me conoces eh.- la miraba a los ojos.- Quiero simplemente dormir contigo mi amor. Abrazarte, dormir a tú lado mientras sueño contigo. Me haces el favor?- le abría los ojos mirándola fijamente.
-César...yo...mi amor.- le sonreía.- Por supuesto que si, lo siento, no me malinterpretes si? No es que yo pensara directamente en eso...y tampoco es que no quiera, simplemente estoy cansada.
-Ya te conozco lo suficiente, se que me saliste bastante cochinita- reía.- pero te amo así, tal cual eres, de hecho esta noche solo quiero sentir tú respiración junto a mi. Han sido varías semanas de no vernos ni de dormir juntos, y han abundado los problemas. Hoy, hoy estoy aquí mi amor, para sostenerte. Aquí estoy mi vida.
Ella se puso de puntillas agarrándolo del cuello, para darle un dulce beso.
Esa noche él la desvistió, le hizo masajes en sus pequeños hombros, en su cuello y masajeo las raíces de su cabellera negra. Todo con el aceite que había de regalo en la habitación. Después, la lleno de besos, por cada rincón de su cuerpo. Besó sus manos, su cuello, hombros, pechos, brazos, piernas, su cuerpo completo. Sin duda había sido lo más excitante y placentero.
Pero esa noche solo durmieron juntos, con sus cuerpos completamente desnudos, como cualquier pareja. No hubo sexo, hubo mucho más que eso. Fue comprensión, fue dedicación, fue entrega, sin duda intimidad absoluta...amor. César esa noche, como muchas otras de las que habían tenido durante tantos años juntos, le había hecho el amor a punta de caricias y besos que solo querían reparar todo el daño que Victoria había sentido durante semanas, estando sola, con varios problemas. Pues esa noche llegaba su doctor para curar todas esas heridas que penetraban en el corazón. Muchas frustraciones, enojos y penas que había empacado ella a Perú. Que sin duda no merecía, pero que eran consecuencias de todas sus decisiones.
...
Ya era de día, tenían muchas actividades programadas por Omar Suárez, pues solo quedaba un día para dar su primera función de muchas en Perú. El tiempo corría como reloj desde hoy. A pesar de ello, eso no impedía que dos seres humanos se amaran y aprovecharan el juego de cartas que ellos mismos habían tirado para que se diera.
-Buenos días mi amor.- César la buscaba en la cama, con los ojos a medio abrir, para abrazarla contra su pecho. Victoria se encontraba boca a bajo, con su pequeña espalda hacia arriba.
-Mmmm buenos días.- lo miró, acercó su cabeza para darle un pequeño beso de buenos días. César se quedó de lado mirándola, apreciando su belleza natural, que sin duda hablaba de los años y la experiencia que había en una mujer. Eso, lo hizo admirarla aún más. Pues el es un hombre bastante natural y relajado, mientras menos, mejor. No le gustaba que las mujeres se operaran su rostro y cuerpo, eso le encantaba de Victoria, su naturaleza.
-Anoche te dormiste de inmediato...- la miraba fijo.
-Si, tenía mucho sueño, la verdad más cansancio. Pero ya, hoy amanecí con las pilas al cien. Tengo energía.
-Ah mejor guárdala para mañana, que damos dos funciones jajaja.
-A mi la energía me dura mucho mi amor- se puso de lado, acercó su cara mirándolo fijo- Yo soy más jovencita que usted señor Évora.- Le acariciaba el cabello, pasando su mano detrás de su oreja. Plantándole un beso, luego una mirada sexy. Se levantó de la cama, se puso la bata y fue directo al baño. César se quedó mirándola y fue tras ella.
Victoria se posó frente al espejo, César detrás suyo.
-Aprovechando tú energía y juventud...- le besó el cuello lento. Victoria sintió cosquillas en el cuello, por su respiración ahí y una gran corriente eléctrica le estremeció en el cuerpo.
Esa mañana hicieron el amor en el baño del hotel, las ganas estaban acumuladas de hace semanas.
Luego de besos, caricias, friegas y un largo baño juntos, bajaron a una pequeña terraza en el hotel, para tomar un grato desayuno junto a sus compañeras.
-Buenos días a todas, buen provecho.- César se acercó a la larga mesa donde estaban todas las arpias disfrutando su desayuno.
-Buenos días César.- Jacqueline lo saludo entregándole una sonrisa pícara. Ya que sabía perfectamente que él había pasado la noche con Victoria.
Maribel por su parte estaba sentada en una esquina de la mesa, acomodó una silla para que su amiga pudiera sentarse.
-Buen provecho a todas.- decía Victoria.
-Vicky siéntate aquí.- le señalaba la silla.
-Gracias.- tomaba asiento-. Maribel discretamente la miró de forma coqueta.
-Te ves mejor querida...estuvo grata la noche...- le sonrió.
Sacudió la cabeza y le abrió los ojos.- Y no sabes cuánto eh.- se mordió la lengua y encogió los hombros.
Sin duda Victoria se veía renovada, mucho mejor que como había llegado ayer. Se veía fresca y muchas lo notaron, pero solo algunas supieron el por qué.
Luego del exquisito desayuno, a punta de risas y anécdotas que cada una contaba Omar tenía programado llevar a Victoria y César en una van a un programa de radio para hacer más propaganda a la obra, y que mejor, solo la pareja tekila.
-Victoria...- se acercaba a ella.- ahora tienen que ir, tú y César a un programa radial.
-Si, ya estoy lista, me retoco un poco el maquillaje y nos vamos para allá.
-¡César! Ven por favor.- le hacía una seña con la mano. Ya que estaba hablando con Jacqueline un poco más allá.
-Si? Aquí estoy.
-En 15 minutos viene una van negra a buscarlos y llevarlos al programa de radio. Ya coordine todo, para que estén listos, va?
-Bueno, yo ya estoy más que listo.- miraba a Victoria.
-Bueno, voy a subir a retocar mi maquillaje y vengo de inmediato.
Para no ser tan evidente decidió esperarla en una pequeña sala de estar que estaba a la entrada del hotel.
Victoria venía saliendo del elevador junto a Dagoberto que traía su bolsa.
-Ya nos vamos mi vida?- Victoria se paraba frente a César que se encontraba sentado en un sofá.- Pero antes, nos tomamos una foto? Una selfie.
-Una qué?.- César le preguntó.
-Digo, una foto, los dos solos.- encendía su celular.
-Bueno, mi vida.
Así fue, se tomaron una selfie, con el celular de Victoria. Foto sacada por el mismo César. Momento que muchas fans pudieron apreciar, pues se encontraban observándolos desde afuera.
-No te demoraste tanto. Vengase, nos vamos.- ambos escucharon un bullicio de niñas que venía de afuera del hotel. Miraron por el amplio ventanal y efectivamente, había un grupo grande de fans grabándolos mientras gritaban.
-César...ay Dios de mi vida, mira.- apuntaba hacia afuera.
-Eh...pues vienen por ti, ni modo.- reía.
-Ah no chingues, son muchas, están alborotadas.
-Pues quieren que salgas jajaja.- la miraba.
-Tú piensas que voy a salir sola? Estás loco.- se iban acercando a la entrada del hotel.
-Solo sal y ahí van a dejar de gritar...- La agarraba del brazo empujándola hacia afuera. Mientras reía. Mientras el montón de fans comenzó a gritar al ver que se estaban acercando. De todas formas no podían llegar y correr hasta ellos, ya que habían dos guardias por si acaso.
-Ah pero tú vienes conmigo.- posaba su brazo en el suyo. Comenzaron un forcejeo de broma. César saltó su brazo y la empujaba con un brazo en la pequeña espalda de ella.
-No, César...entonces yo me quedo aquí, desde aquí mejor.- se detuvo en la gran entrada del hotel y las fans estaban locas gritando, grabando, pidiendo que se acercara. Salió, pero del brazo de César, poco falto para que él en tono de broma se volviera a soltar y permitiera que las fans la rodearan.
Abrazos, besos, fotos, grabaciones y regalos por parte de las fans que estaban muy emocionadas de ver a Victoria tan temprano y tan casual.
Así un poco caótico subieron a la van para ir a la entrevista de radio.
-Baboso, me dejaste sola.- reía.
-Jajaj no te enojes, estaban locas, solo querían vernos. Tanto miedo te dio?
-Es que estaban gritando y así, verlas encima casi al salir me cohibió un poco.
-No pasa nada Vicky...estás lista para la entrevista?
-Pues si, si estoy lista.- volvió a reír.
Una vez que llegaron de inmediato los hicieron pasar al estudio.
-Bienvenidos a nuestro programa.- los recibió el conductor del programa radial.
-Gracias. Un gusto para ambos.- dijo César, mirando a Victoria.- No?
-Pues si, muchas gracias.- Victoria sonreía.
El programa comenzó al aire, todo fue muy grato hasta que ambos se relajaron un poco más. Eran muchos años viviendo así, fingiendo, que ahora después de todo lo vivido comenzaban a relajarse ante la gente. De manera que en varias ocasiones estando al aire discreparon como cualquier pareja normal, el problema es que ellos no eran una pareja normal. Eran una pareja de amantes ante la sociedad, ocultos en dos eternos papeles protagónicos, dos amigos, buscando hacer proyectos para pasar más tiempo juntos, afuera de una habitación, con fans de testigos. Por difícil que fuera, esa era su realidad.
Además de aquello, Victoria se contuvo los celos que sintió por culpa de una atrevida fan que llamó al programa, alagando a César, su César. Claramente para Victoria no pasó desapercibido, ni para sus tekilaz, los celos se le subieron hasta las nubes.
Una vez terminado el programa salieron del estudio, a unos pasos del pasillo se encontraba Dagoberto con la bolsa de Victoria. Esperando a que ambos terminaran la entrevista.
Victoria abría la puerta para salir al pasillo.- ¡Victoria! ¡Victoria! Ven.- César iba detrás de ella. La peli negra estaba algo molesta.
Una vez en el pasillo Victoria se volteaba para mirarlo a la cara. - Si?.
-¿Cómo que si? No puedo creer que te molestes por un simple comentario de una fan. Mujer.- movía sus brazos. Un segundo y miró hacia el pasillo. Si, ahí se encontraba Dagoberto. No estaban solos. Eso lo irritó un poco más.
-¡Oh por Dios! Podemos tener un segundo solos, sin necesidad de que estemos en una habitación bajo cuatro llaves.- la miró.
Ella respiro profundo con cara molesta.- Espérame.- Camino unos pasos, frente a Dagoberto, le pidió que se fuera a la van. Que necesitaba unos momentos, pues no era necesario que estuviera allí esperándola.
-Dago, te puedes ir a la van. Espéranos allí, nosotros estamos esperando al conductor del programa, tenemos que hablar un asunto con él. Mintió.
-Ok, me llevo tú bolsa Victoria.
Ella volvió a donde estaba parado César.
-Ya, le pedí que se fuera a la van. Feliz?.- cruzaba los brazos.
-Si, fíjate que no me agrada verlo. No llevamos ni dos días en Perú ya me molesta su presencia. Parece sapo...
-Bueno ya déjalo. Se fue. Ahora podemos hablar.
-No entiendo por qué te molestas tanto.
-Sabes, esa chica fue muy intensa contigo, sabiendo que yo estaba allí, el locutor la molesto contigo...y además tú no te veías molesto ni incómodo, te hiciste el simpático con ella...pero bueno.
-Ya, cálmate mi amor, por favor. Que iba a hacer, ni modo que la retara y le dijera algo feo. No iba a hacer eso, solamente es una fan. Pareces loca Vicky.- Salto una risa-.
-No me es gracioso César. No tengo porque sentirme cómoda cuando una mujer, joven sobre todo, piropea a mi...al hombre que amo. Mi hombre.
César le sonrió.- Olvídalo, es algo sin importancia. Mi vida, tienes que comenzar a disimular más, tenías una cara cuando la chica llamo.
-Y qué querías que hiciera eh? Mejor me voy a la van.- le daba la espalda para irse.
-Ven.- la volteaba agarrando su brazo.
-Cálmate. Estas muy suelta mi amor. Ya todos se van a dar cuenta de nosotros. Si sigues así pronto van a poner toda su atención en nosotros dos. No quieres eso? verdad? No nos conviene.
-No, por supuesto que no. Aun que lo quisiera. Bueno.- miro hacia el suelo.
-Te quiero.- lo dijo de broma.
-Te quiero? Maldito desgraciado.- le dio un manotazo en el brazo-. Rió.
-Ya vamos a la van. Que Dagoberto debe estar que muero por saber en qué estamos.- la abrazaba.
...
Ya era bastante tarde, comenzaba a oscurecer. Todo el elenco había decidido ir a comer a un restaurante, fuera del hotel llamado La Rosa Náutica, el cual estaba en medio del mar. Sin duda un hermoso restaurante con un gran puente encima del mar, luces cálidas. De lujo.
Algunas tomaron fotos en el puente. Obviamente no faltaron las personas que los vieron para pedir fotografías. De repente, Maribel se encontró, de forma muy espontánea con una amiga peruana, Olga Zumaran, ambas habían participado en Miss Universo en su juventud. Cada una representando a su país. Sin duda, una mujer muy guapa, alta, curvilínea, de cabello negro.
-Hola, Olga.- Maribel se acercaba a su mesa.
-Hola...Maribel, pero que sorpresa.- se levantaba para saludarla con un cálido abrazo.- Que gusto que estés aquí en el Perú. Bienvenida a mi tierra.
-Gracias, querida. Estoy maravillada con tu bello país.
-Y qué haces aquí? Tantos años sin vernos.
-Si, muchos años...pues estoy de gira con una obra de comedia. Todo un elenco de primera, venimos desde México, a Sudamérica.
-Ah que lindo, que maravilla el teatro. Cómo se llama la obra?
-Arpias Recargadas.- sonrió.- Gustas venir a nuestra mesa, ahí estamos con todo el elenco. nos tomamos un pisco sour...
-Bueno, encantada.- la alta mujer cogió su bolsa para ir.
De forma muy grata, Maribel la presentó a todos. Luego la invitó a un trago, así la mujer tomó asiento con todas. En ese momento, César venía del baño, por ende no la había visto.
-César, mira, te presento a una gran amiga peruana que me hice hace años.- desde su asiento apuntaba a Olga.
La alta mujer se levantó de su asiento, para saludar al galán. Lo miró de pies a cabeza, lo encontró muy guapo a simple vista.
-Hola, mucho gusto.- ella sonrió.
-Holaaa, igualmente.- la mujer se derritió ahí mismo, al escuchar su timbre de voz.
Claramente Victoria pudo notarlo. Sentada la miraba, con cara no muy amable.
-César, siéntate aquí.- Victoria acomodaba la silla, para que él se sentara a su lado. Como quien dijera "donde mis ojos te vean".
-Gracias, Vicky.- se sentó.
La mujer también se sentó, siguió conversando con su amiga Maribel. Pero poco falto para que Maribel le pidiera a Victoria y César que se acercaran a la esquina de la mesa, donde se encontraban ellas dos, así se unían a la conversación. Así lo hicieron. Al poco rato, César no dejaba de hablar de lo maravilloso que encontraba Perú, que por supuesto más encantada quedó la guapa mujer. Dos segundos y ya sólo dialogaban los dos, César y Olga, como siempre él todo un caballero, culto, que tenía mucho tema de conversación; lo cual ya tenía molesta a Victoria desde hace rato.
Pero no suficiente con ello, Maribel quiso tomar una foto, los cuatro juntos.
-Podríamos tomarnos una foto, les parece?
-Mejor después.- respondió de inmediato Victoria.
-Si, tomémonos una foto, mejor ahora.- expresó la mujer.
-Bueno, tomemos una foto.- comenzó a levantarse César, que ya se encontraba bastante alegre, pues se había tomado varios piscos. Por su parte Victoria, frunció el ceño ligeramente.
Cuando Zoraida, una actriz del elenco, tomó el celular para capturar la foto, las tres mujeres se acomodaron y César también, Olga se pegó al lado del bombón cubano. Posando su brazo en el de él y del otro lado Maribel apoyando la cabeza en el hombro de César. Victoria se encontraba al lado de Olga, bastante irritada con ganas de ahorcarla, trató de sonreír, pues la alta mujer le había quitado su título, agarrando a su hombre del brazo, dejándola a ella a un lado. Eso la hizo estallar. Bastante notorio fue, ya que quedó capturado su rostro en la fotografía.
Una vez salieron del restaurante Victoria se alejó de César. Estaba muy enojada con él, primero lo de la entrevista, aguantar a la fan y ahora peor una hermosa mujer coqueteándole en sus narices. Qué podía hacer ella, pues nada al frente de todos, como siempre tenía que comerse todo lo que sentía.
Una vez llegaron al hotel, la peli negra corrió a su dormitorio. Estaba cansada y con unos celos que la enloquecían. Pero poco tiempo pasó para que tocaran su puerta.
-Vicky, soy yo, César. Ábreme la puerta.
-Qué quieres?.- todavía no le abría.
-Necesito hablar contigo.
-Yo no César. Ve a dormir.- se paseaba de lado a lado. Quería abrirle y demostrarle que era suyo, pero eso no arreglaría para nada las sensaciones que tenía. Saber que al fin de cuentas siempre era lo mismo, ante todos ellos no eran nada.
-Por favor. Vicky, no te enojes.- volvía a golpear la puerta.
-Qué me quieres decir?.- abría la puerta.
-No quiero que estes así.- seguía parado afuera de su dormitorio.
-Así cómo?
-Vamos, no te hagas Victoria. Sabes perfectamente que estás enojada conmigo. Qué hice ahora?- comenzaba a irritarse.
Otra vez discutían, no llevaban ni dos días allí y las discusiones se hacían cada vez más constantes.
Ellos no lo sabían pero ahí en medio de su discusión, una mujer había escuchado ruido en el pasillo, así que decidió asomarse por su puerta y ver quién era, o mejor dicho quiénes eran los que discutían. Observó detenidamente, a escondidas y los vió. Se trataba de los dos tórtolos, César y Victoria teniendo una discusión a mitad del pasillo. No lo pudo creer, si bien algo intuía, ya que ambos se veían muy cariñosos. Pero no imaginó que sus intuiciones podían ser ciertas. Se mantuvo ahí escuchando la discusión.
-Qué hice ahora? Tú me lo preguntas.- abría sus ojos verdes.- Por favor, no tuviste problema para hacerte el simpático con esa mujer...
-Victoria, no pasa nada. Por qué te pones paranoica, mujer, solo hable con ella.
-Si, muy a gusto te vi, no tuviste problema en querer quitártela de encima cuando te tomó del brazo para la foto. Mientras yo estaba a un lado.
-Y qué querías que hiciera eh?
-No sé, pudiste correrte de su lado. Haberme incluido en su conversación...- cruzaba sus brazos.
-Estas exagerando todo, solo fui amable, para tú información no la miré con segundas intenciones. Si así lo creíste.
-Que buen argumento tienes mi vida, pero claro si yo hubiera hecho lo mismo ya abrías ido hablar con el susodicho. No?
-Ufff no sé qué más decirte. Quieres que me arrodille ahora o qué? Disculpa por ser tan idiota.- enojado, pasaba sus manos por su rostro.
-Mejor vete a dormir, tomaste varios vasos de pisco con esa mujer.
César sacudía la cabeza, estaba molesto.- No puedo creer que te enojes de esta manera, si sabes que te amo. No es necesario que lo publique.
-Bueno, tal vez para mí si es necesario.- se daba media vuelta y cerraba la puerta.
César quedó ahí parado, respiró profundo. Se preguntaba si efectivamente había cometido un error o no. De pronto escuchó un portazo, de inmediato pensó, quién pudo haber sido. Tal vez alguien los vió y escuchó todo. Algo nervioso camino hasta su dormitorio.
...
"Eran dos locos, ambos estaban locos, el uno por el otro. Siempre discutían, pero se amaban y solo eso los hacía volver a ambos".
Gracias por leer❤︎
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Tan enamorados (historia terminada)✔️
RomanceSiempre han estado hechos el uno para el otro, a pesar del tiempo siguen unidos por el mismo amor, ese que los une con un hilo rojo. El hilo se puede estirar, contraer, flaquear pero jamás romperse. Tan enamorados como antes, como siempre. Solo el...