Era sábado 19 de octubre. Tenían que viajar directamente a Piura, otro Estado de Perú. Maribel Guardia debía irse, ya que tenía dos presentaciones como cantante. En su reemplazo estaría Diana Quijano, que había llegado la noche antes. Ella participaría ese día y al día siguiente en Lima. De todas formas, Diana estaría como espectadora durante los próximos días cuando volviera Maribel. Así otra vez la reemplazaría los dos últimos días de la gira.
-Guaracandilla cuídate mucho si?. Relájate, tú y el cubano. Ambos necesitan calmarse. Espero que durante estos dos días en los que yo no esté las cosas mejoren.- la abrazó muy fuerte.
-Gracias mari. Eres la mejor amiga que puedo tener.- le sonrió ligeramente. Todavía se sentía desganada. Quería que todos los problemas desaparecieran.
-Comprendo que se tienen que ir del hotel en un par de horas. Yo me voy ahorita. Adiós.- se despedía de sus demás compañeras.
-Bueno mujeres, nos vamos en dos horas más. Vamos a desayunar ahora, rápido. El tiempo vuela.- Omar Suárez se encontraba muy estresado ese día.
Debían irse al aeropuerto, llegar al hotel, encontrarse con Diana Quijano allí y todas juntas ir al teatro.
César se sentó lejos de Victoria, no quería más problemas. No quería que Laura Zapata los siguiera viendo extraño. Quería estar un poco en paz.
Una vez llegaron al aeropuerto, todos quedaron dispersos en distintos asientos.
Se encontraban en el hotel.
-¡Amiga! Que gusto verte.- Victoria abrazaba a su amiga Diana.
-Ay vicky, amiga querida. No sabes la alegría que siento de poder estar aquí. Contigo, en una obra de teatro, lo encuentro padrísimo.- ambas se soltaban.
-Si, agradezco a Omar Suárez que acepto que estuvieras. La sugerencia fue mía ya que necesitaba reemplazar a Maribel y pues nadie mejor que tú, mi amiga.- Victoria estaba muy contenta.- Además de hace tiempo que no te veo caray.
De lejos las observaba César. Se sintió a gusto con solo ver a Victoria sonreír. Se sentía muy culpable por saber que ella estaba triste.
Se fueron al teatro a ensayar, eran dos funciones las que daban. Diana necesitaba empaparse con el personaje de Maribel.
Pasó un buen rato, Omar le pidió a Vicky que se quedará en los asientos del público, junto con César, Lorena Vásquez y Jacqueline. Mientras las demás seguían ensayando con Diana.
César no aguantó el no poder dirigirse a Victoria. Sabía que él se lo había pedido pero ya no podía seguir con el silencio entre ambos, y peor aún el tener que evitarse.
Así que decidió cambiarse de asiento y se fue hacia atrás, donde se encontraba Victoria sola.
-Hola.- tomó asiento y la miró.
-Hola César.- miró hacia un punto fijo del escenario.
-Solo hola?
-Eso era lo que querías no?
-Si...ósea no. No de esta forma, por favor. Solo...solo quería que no nos mostráramos tan cercamos frente a cámaras o fans.
-De todas formas alguien nos puede estar grabando sin darnos cuenta. Entiendes?.- seguía mirando el escenario sin voltear a mirarlo.
-Yo no veo a nadie grabando.- miraba a todos lados.
-No te entiendo.- volteaba a mirarlo.- No puedo así, estoy esforzándome César. Por ti, por mí...pero es difícil.
-Solo...te pido que confíes en mí. Confías en mí?.- la miró con ojos de la manera más dulce posible.- Si?.- le ofreció su mano, como muestra de confianza.
-César...
-Solo confía, ya verás. Nos vamos a acostumbrar durante estos días.
-Esta bien.- le regalo una pequeña sonrisa y le dio la mano.
Se quedaron con las manos enlazadas mientras veían el ensayo. Cuando vieron a uno de los manager se soltaron rápidamente, como si se tratase de dos adolescentes.
Eran las 5:00 de la tarde. Comenzaba la primera función en Piura.
Las arpias estaban todas juntas en el mismo camerino, el teatro era un poco pequeño. A excepción de César quien estaba solo. Una vez se colocó su vestuario quisó ir a ver a Victoria, no le importó que estuvieran las demás, quería socializar. Se sentía muy apartado.
En veinte minutos salimos al escenario.- dijo Ana Patricia. Era la única que estaba lista con su vestuario y maquillaje.
-Permiso señoras. Eh? puedo pasar?- tocaba la puerta.
-Pásale César.- le dijo Sherlyn al abrir la puerta.
Todas se movían de un lado a otro, buscando sus brochas, labiales y sombras. Se acomodaban una al lado de la otra para mirarse al espejo.
Victoria buscaba un labial y no lo encontraba.
-Ay, ya dónde estará? Si lo pusé aquí.- Victoria hablaba en voz alta mientras hurgaba en su bolsa.
César tomó asiento en un sofá, recostó su espalda tranquilamente. Se quedó viéndola y le pareció algo graciosa su expresión, soltó unas carcajadas.
-De qué te ríes?.- una vez le preguntó Victoria, se quedó viéndolo.
-Yo? Nada, de nada.
-Mentiroso. Tú estás todo relajado allí sentado y yo aquí desesperada buscando un labial.- cruzaba los brazos.
-Te vez tan adorable cuando te urges.- reía.
Algunas los quedaron mirando, otras siguieron en lo suyo y no le presentaron atención. Entre ellas, Laura Zapata los observaba fijamente por el espejo.
-¡Baboso!.- se paró al frente de él.- Ten, mejor tú busca mi labial.- le pasaba su bolsa negra.- Y mientras tanto yo terminó de aplicarme la sombra en mis mejillas.
Dagoberto estaba en un rincón de la sala, cargando su celular. Súper distraído, sin siquiera mirar a su patrona.
-Ah bueno, que lista es señora. Aunque tú no necesitas...este arreglarte ni nada.- le sonrió y subió su pierna derecha sobre su pierna izquierda y al medio pusó la bolsa de Victoria. Introdujo sus dos manos dentro y comenzó a buscar el labial.
Victoria se acercó al espejo grande y le sonrió.
Laura estaba atenta al trato que se daban entre ambos. Le llamaba la atención tanta cercanía, a pesar de que llevaba días compartiendo con el elenco. Eso le llamaba mucho la atención.
-¡Aquí está! Lo encontré.- dijo César alzando la voz.- Encontré tú labial mi vicky.
-Que buen ayudante puede ser César.- dijo Diana riendo.
-Ah fantástico.- vicky volvía acercarse a él.
-Mira, tienes un montón de cosas aquí adentro. Considero que es muy grande, por lo mismo no encuentras nada mi vida.- le entregaba el labial en sus manos.
-Ah si? Pues regálame una bolsa nueva, una más pequeñita. La verdad a mi no me interesa andar comprando bolsas.- recibía el labial.
-Es que no es posible que siempre te pasa lo mismo.
-Ya shhh te van a oír.
Para su desgracia Laura había oído todo, absolutamente todo. Y en su cabeza empezaron a llegar muchas interrogantes.
-Ok, disculpa. Mejor me calló.- bajaba el tono de su voz.
-Si, mejor.- volvía hacia el espejo y se aplicaba el labial. Nuevamente se acercó al sofá y dejó el labial en su bolsa.- Ya estoy lista. Y cómo me quedó el labial?.- le preguntó a César entre susurros.
-Bien.
-Solo bien?
-Bien...- se levantó del sofá y se acercó a su oído.- Divino, me dieron ganas de agarrarte a besos.- se alejaba de su lado.
Victoria le sonrió. Ambos se miraron de lejos.
Y allí los miró Laura Zapata.
-Ya, por favor mujeres, están listas? Salgan y posiciónense detrás del escenario.- Omar Suárez se asomó al camerino.
Todas salían del camerino en fila, rápidamente. César se quedó parado sosteniendo la puerta para que todas pasaran. La última en salir fue Victoria y una vez que cruzó la puerta, César la tomó del brazo para entrarla al camerino y le dio un pequeño beso.
-¡Ay! Veo que no te aguantaste eh.- le sonrió ella, luego le quitó un poco de labial en sus labios.
-No tengo más labial?.- César le sonrió.
-No, mi vida.
-Es de buen sabor...es nuevo?
-Ay por Dios.- soltó una risa.- Quieres que te los pinte?
-Si por favor.- estalló en risa.
Algunas que todavía no entraban al escenario, que justamente se encontraban detrás de este, entre la salida hacia el escenario y el pasillo que daba hacia el camerino, oyeron sus risas a lo lejos.
-Mejor salgamos, que ya te toca salir mi amor.- ambos salieron del camerino.
El temple entre ambos sobre el escenario de inmediato se sintió distinto. El diálogo de ambos se suavizó, se podía sentir la energía que derrochaban.
-Fue muy grato todo eh.- dijo Diana dentro del camerino.
-Que bueno, me alegro mucho.- le dijo Victoria.
-Ahora si, bienvenida a la obra.- se acercó Jacqueline tratando de ser lo más grata.
-Voy al bañito. Alguna sabe dónde está?.- vicky les preguntó a todas en voz alta.
-Si, vicky está al fondo del pasillo a la derecha.- le respondió Sherlyn.- Hace un rato fui yo.
-Ok, gracias.
Cuando esta salió se encontró en el pasillo con César, quien salía de su pequeño camerino.
-A dónde vas?
-Al baño.- se quedó viéndolo.- Permiso.- apoyó su mano en la manilla de la puerta. Pero César la tiró del brazo hacia él.- No, ven aquí.- soltó una risa y la besó.
-Mi amor, aquí no.- Ella se despegó de él.- Nos pueden ver, estás loco. Estamos aquí en el pasillo.
-Pero no habías dicho que yo estaba exagerando. No? Bueno, no entiendo.- se hacia el gracioso.
-Ay por favor.
-Ven.- de la mano la entró hacia su camerino. Que justamente se encontraba al frente del baño.
-¡Ay! ¡César!.- una vez dentro, él cerró la puerta. La empujó apoyándola en la misma puerta.- Mmm.- se dejó besar por él.
Comenzó a besarle el cuello.
-Cuando estamos los dos solos podemos estar así. No hay necesidad de que nos vea nadie.- le dijo César entre besos.
Justamente cuando el ambiente estaba muy caliente alguien tocó la puerta.
-César?
-...Eh? Si?.- César se salió del cuello de vicky.
-Vamos a ir a comer a un restaurante, todas juntas. Quieres ir?.- le preguntó Ana Patricia.
-Si...eh si. Ya salgo.
-Ok, te esperamos en la entrada del teatro.
César y Victoria se quedaron viendo.
-Ay, deben estar preguntando por mí. Debemos salir de aquí.
Él soltó unas carcajadas.
-Qué? Por qué te ríes?
-No sé, me pareció gracioso todo esto.
-Pues a mi no. Lo más probable es que ya se dieron cuenta que no estoy en el baño.- se bajó de un pequeño mueble que había en el camerino de César.
-A dónde vas?
-Voy a salir. Vamos a comer.
-Vente.- de espalda a ella la rodeó, abrazando su pequeña cintura.- Te amo.- le dijo al oído.
-Y yo a ti. A pesar de que eres loco.- ambos rieron.
-Tú también estás loca eh.
Quedaban dos horas para que comenzara la otra función, por lo tanto decidieron ir a comer a un restaurante que quedaba a unas pocas cuadras del teatro. El cual se llamaba "La cabaña de Don Parce"
-Bienvenidas, bienvenidos a todos. Espero que se sientan como en casa.- una anfitriona los atendía.- Pasen, tomen asiento en esta mesa.
El lugar tenía una decoración bastante tradicional y hogareño. Muchos adornos tallados en madera y piedras.
-¿Qué vas a comer?.- Victoria se sentó al lado de César.
-Mmm no sé, yo creo que conchitas a la palmesana.
-Mmm que rico. Sabes? Yo también quiero.
Era media tarde, debían comer algo rápido e irse nuevamente al teatro para dar la segunda función.
-¡Listo! Ya están todas sus ordenes. Pronto les traeremos los platos. Quieren un pisco sour? Va por cortesía de la casa.- dijo el mesero.
-No, lo siento pero andamos trabajando. No sería prudente.- dijo Omar Suárez.
-Ya quisiéramos.- soltó una carcajada Diana.
-Esta bien, no se preocupen. Es totalmente entendible.- se retiró el mesero.
Una vez terminaron de comer, hicieron sobre mesa.
-Tienes una cara de cansado.- le dijo Victoria a César.
-Pues si...no dormí bien. Hemos andado de un lado para otro. Ha sido muy agotador.
-Bueno si. La verdad yo no esperaba que esta segunda gira fuera así. De todas maneras ya queda menos.
Cuando iban saliendo del restaurante el dueño de este le pidió a César Évora que invitara a la gente a venir al restaurante, a través de una grabación.
César se puso delante de una propaganda donde salía el nombre del restaurante, él al medio de dos hermosas anfitrionas. Cada una con un vestido muy corto y ajustado. A lo que Victoria no reaccionó bien.
Se subieron al coche negro que trasladaba a todo el elenco por la ciudad.
-Por qué tienes esa cara?
Victoria se quedó viéndolo.
-Por qué? Qué cara?
-Tienes una cara...
-Es la que tengo. No tengo otra.- corrió la mirada hacia la ventana.
-Te pasa algo.
-Que no.- cruzó sus brazos.
-¡Mientes!
-No voy a seguir con esta absurda discusión, piensa lo que quieras.
-No estabas así antes que saliéramos del restaurante.
-Ya te dije piensa lo que quieras.
-Ok muy bien...te gusto el restaurante?
-Si...estaba todo muy rico.
-Si, al llegar estaba hermoso. Como también la atención. Los meseros y las anfitrionas.
Victoria lo miró muy seria.
-Si, sobre todo las anfitrionas. Están allí al ladito tuyo.
-Qué? Solo fue un video y ya.
-Aja.
-Mentira...estás celosa?.- soltó una carcajada.
-Yo? Pues no.
-Si, si lo estás mi vida.
-¡Ay! Piensa lo que quieras.
-¡Celosa!.- le dijo al oído.
La segunda función fue más tarde y había mucho más público que en la anterior.
-Déjame decirte, ha sido un placer coincidir contigo Diana.- le dijo César.
-Lo mismo dijo. A pesar de que nos vimos la otra vez cuando Vicky no pudo estar y yo la reemplacé.
-Pero ya estoy aquí amiguita.- Victoria la abrazó.
-Ay si. Que gusto poder trabajar contigo. Ya te extrañaba. Y mira, ahora si ya conozco a César.- rió.- Es un galán eh.
Victoria la quedó mirando. No le había agradado lo último que su amiga dijo.
-Si, lo es.
-Tanto que me lo dicen que ya me lo creo casi.- César rió muy fuerte.
-Créetelo.- dijo Diana.
Victoria lo miró con ojos de asesina.
Llegaron al hotel muy cansados, llevaban días viajando para hospedarse una noche y luego seguir viajando. A pesar de que estaban sólo una noche allí, igual se hospedaron en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad "Wyndham Costa del Sol Piura".
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Tan enamorados (historia terminada)✔️
RomanceSiempre han estado hechos el uno para el otro, a pesar del tiempo siguen unidos por el mismo amor, ese que los une con un hilo rojo. El hilo se puede estirar, contraer, flaquear pero jamás romperse. Tan enamorados como antes, como siempre. Solo el...