Capitulo 8: Nuestra primera vez

1K 58 4
                                    

La entrevista había terminado. Ya todas estaban en sus camerinos, listas para irse a sus casas.
-Victoria?- César abría la puerta del camerino.
-Si, entra César.
-Nos vamos a casa?- se rascaba la nuca, un poco apenado.
-Si, por supuesto mi amor. Una pregunta, qué fue esa reacción tuya allá afuera?
-Nada, solo...- bajaba la mirada.
-Solo qué?
-Pensé que estabas hablando de mi. Me...puse celoso- se rascaba la nuca otra vez.
-jajaja Pero mi amor.
-Vicky no te rías.
-Si tú sabes que yo puedo tener mil compañeros de trabajo en el medio. Pero tú eres más que mi compañero, eres mi compañero, mi amigo, mi amante...mi único amor. Y eso no va a cambiar mi vida- se paraba en frente de él.
-Yo lo sé mi amor, solo que a veces me frustra tener que hacer como si solo fueras mi compañera de trabajo, cuando no es así. Cuando sabemos que tú y yo somos uno, dormimos juntos, nos besamos, nos pertenecemos, y no en un foro, no es actuación es nuestra realidad. Una realidad que no podemos exponer- le acariciaba el rostro, la envolvió en su pecho.
-Te amo tanto César. Yo me muero si algo te pasará- levantaba el rostro y lo miraba a los ojos.
-Y yo...soy un loco enamorado de ti, solo tú mi vida. Can't take my eyes of you. Jaja- le sonreía.
-Sabes, cada vez que escucho esa canción, solo puedo pensar en ti y en mi. Es como si hablara de nuestro amor.
-Yo no sé que hice para tenerte, que hice para coincidir en esta vida contigo.
-Pues yo creo que algo muy bueno- reía.
Ambos se fueron a su hogar, su nido de amor, el único lugar donde podían expandir su amor con total libertad. Llegaron a su casa, traían las ganas acumuladas desde ayer, cuando no pudieron irse juntos a casa. Era el momento necesario para hacer el amor.
Victoria cayó agitada encima del pecho de César. Su corazón latía muy fuerte. César también estaba muy agitado.
-Necesitaba hacer el amor contigo, desde ayer- le acariciaba el cabello con sus grandes manos.
-Ah si! Pues fíjate que yo también- todavía estaban unidos íntimamente.
-Me encantaria poder quedarme así para siempre contigo. Adoro tú piel, todo de ti.- la besaba despacio.
-Créeme que esto es un goce doble.- seguía acurrucada encima de él.
-Esta confirmado eh.
Victoria se cambió a su lado, abrazada de él.
-César, te cuerda- se largaba a reír- te acuerdas de la primera vez que tuvimos sexo? Eh?
-Jajaja cómo olvidarlo mi vida.

Flashback
2005
Victoria se encontraba en su camerino, en el foro de La Madrastra. Ya todos se habían ido a sus casas, eran exactamente las 8:00 de la noche.
-Permiso, disculpa.- César entraba- Tan tarde y todavía aquí.
-Ay si, es que tenía que arreglar unos asuntos con chava.- Lo miraba de pie a cabeza, comenzaba a ponerse algo nerviosa. Ya habían pasado semanas desde que se besaron, y no precisamente frente a cámaras, si no en el mismo camerino. Desde allí que decidieron no volver a hablar del tema.
-Yo pensé que te ibas a ir de inmediato a tú casa, digo, tienes dos bebés chiquitos.
-Si, me da pena por ellos pero no puedo hacer nada, es mi trabajo no?
-Ah no pues claro. Esta bien y estás en todo tú derecho.
-César...yo...no sé, quería hablarte de lo que pasó hace semanas, no lo hablamos como correspondía y la verdad...
-No, no te preocupes Vicky. Todo esta bien. Simplemente nos dejamos llevar...
-Si por lo mismo, no debimos haberlo hecho...digo el beso, no debimos besarnos.- soltaba una risita nerviosa.
-Tranquila, todo esta bien, tan amigos como siempre.
-Bueno...- Ella le sonreía.
-Nos vamos? Digo...al estacionamiento.- se rascaba la nuca, estaba algo nervioso.
Ambos caminaron hasta el estacionamiento. César no sabía que le pasaba pero no podía dejar de mirarla con doble sentido. A su vez a Victoria le sucedía lo mismo.
-Bueno, aquí está mi coche, adiós César.
-No, eh Vicky, no quiero despedirme de ti, digo, hoy es Viernes. Me gustaría invitarte a tomar una cerveza, verás a unas cuadras tengo un pent- house. Quieres venir? También invite a René y a Jacqueline.
-Mmm...no sé César, tengo que ir a ver a mis hijos, he estado todo el día fuera de casa.
-Es solo un rato, no nos vamos a quedar hasta tarde si? Ándale- le ponía ojos tiernos y un puchero.
-No hagas esas cara jajaj. Bueno, está bien, solo déjame llamar a mi marido.- le marcaba a Omar.
En ese momento César se sintió celoso, otra vez como varias veces, desde Abrázame muy fuerte.
-Ah no me contesta.
-Bueno da lo mismo, si quieres luego le marcas. Vámonos.
-Ok va.
-Súbete a tú coche, solo me sigues.
Así fue, Victoria lo siguió desde su coche. No sabía porque pero mientras conducía se le aceleraba el corazón y le sudaban las manos. Era la primera vez que iba a un espacio íntimo con César, sobre todo a su casa.
Una vez llegaron al pent- house, Cesar abrió la puerta y la hizo pasar a ella primero. Todavía no llegaban los invitados.
-Adelante Vicky.
-Gracias César- una vez adentro se sintió extraña.
El le pidió su abrigo y la bolsa que traía para colgarla en la pared.
-Pues toma asiento Vicky, quiero que te sientas como en casa.
Le entregó una amplia sonrisa y se sentó a su lado- Gracias César.
-Los demás no deben tardar en llegar, quieres una copa de vino?
-Bueno, te la acepto encantada.
Ya había pasado una hora y media y nadie llegaba. Decidieron comer los tacos que César había comprado, sin mucha formalidad los comieron en el sofá. Victoria comenzaba a ponerse algo nerviosa, dado que era la primera vez que se encontraba en el espacio íntimo de él.
-Voy a llamar a René y a Jacqueline- César agarró su celular.
Ambos le pidieron disculpa por no ir. René no había podido ir, se le había hecho tarde. Jacqueline también se excusó, pero su excusa tenía una doble intención.
-Bueno, ambos me dijeron que se les hizo  tarde, la verdad es lamentable. Para la próxima vez quedará- rió.
-De lo que se perdieron. Gracias, los tacos estaban divinos- se limpiaba la boca con la servilleta.
-Me alegro que te hayan gustado- se acercó un poco más a ella. Ambos sentados en el sofá se miraron de frente.
-César, por qué tienes este pent- house solo para ti? Acaso...
-Ah ya se lo que estás pensando. No, no es mi pent-house de soltero, donde traigo a mujeres. Lo tengo como emergencia, a veces vienen parientes de Cuba, míos y de mi esposa. Además tú viste queda a unas cuadras de televisa, así estoy más cerca del trabajo.
-ok entiendo perfecto.
-Pensabas que soy un mujeriego. Pues no mujer, de hecho eres la primera y única mujer que traigo. Así yo solo.
-jajaja No es necesario tanta explicación. Esta bien- Tomó un sorbo de vino.
En ese momento se quedaron pegados, uno en la mirada del otro. Los ojos de ambos brillaban más que nunca. Unas miradas de amor, de pasión y de lujuria. Sensaciones que nunca habían experimentado estando solos, sin ser interrumpidos.
César decidió acercarse aún más. Se tenían frente a frente, respiraban el mismo aire. Él le hizo cariño en su mejilla, así en completo silencio. Rozó sus dedos en los finos labios de ella. Un suspiro se le escapó a Victoria.
-¿Qué te pasa Vicky? Estás temblando.- pasaba su mano por la mejilla de ella.
-No tienes idea todas las sensaciones que causas en mi, siento que una corriente eléctrica me recorre todo el cuerpo- lo miró a los ojos, luego los cerró y se mordió el labio. Derrotada, vencida por sus más grandes miedos, ahí se encontraba frente al hombre prohibido.
-No sé que decirte...yo no sé qué tienes pero me vuelves loco mujer. Pienso en ti día y noche, desde que te vi en la oficina de chava que te guardo dentro de mi pecho y en mis pensamientos, con la más hermosa idea de volver a coincidir contigo. Siento que este momento es un regalo de la vida, en el que puedo estar a tú lado.
Él no aguanto más y la beso, fue un beso lleno de deseo y amor.
-César, no. No puedo- se despegó de él- esto está mal.- se levantó del sofá, fue hasta el perchero, tomó su abrigo y bolsa. Lista para irse arrancando de lo que sentía, que sin duda era más fuerte que ella.
-¡Victoria! No te vayas- se puso en frente de ella.
-César, yo...yo soy una mujer casada, tengo dos bebés que esperan por mi en casa, un hijo...y yo, su madre esta sintiendo cosas que no debería por otro hombre. No les puedo hacer esto...tú estás casado, tienes una hija. No es justo.
-Victoria, tienes razón, esto no es justo para nadie, ni siquiera para ti y para mí. Nuestra historia no comienza ahora, comenzó el día en que te vi, el año 2000. Nos perdimos en el tiempo, pero ahora nos volvimos a encontrar y estoy seguro que es por algo.
-No, esto no puede ser.
-Mírame por favor, mírame a los ojos. Ya no aguanto más, te amo Victoria. Te amo. Y se que sería un idiota si te dejo ir ahora.
-No sé que decirte- soltaba todo el aire retenido en sus pulmones- tengo miedo César- una lágrima caía por su mejilla.
-No tengas miedo Vicky- la estrechaba contra su pecho.
-Tengo miedo de ti, de mi, de nosotros. Del daño que podremos hacer a los que amamos. De terminar más rota de lo que estoy, he fallado tantas veces en el amor que otra caída ya no podría soportarla.
-No temas, solo déjame amarte.- le levantaba el rostro. Se miraron fijo. La beso.
El abrigo y la bolsa de Victoria quedaron tiradas en el suelo.
-Voy a hacer una llamada, dame un segundo.- tomo el celular y se comunico con Omar. Le dijo que pasaría la noche con Gaby, que se le había hecho tarde y que mañana debía estar temprano en Televisa. Acto seguido llamó a Gaby. No le dio muchas explicaciones, pero ella entendió todo.
-Mira Vicky ven.- la llevaba de la mano hasta el enorme ventanal, donde se podía ver gran parte de la ciudad en plena noche.
Era una noche estrellada, con una luna enorme, brillosa. Sin duda era noche bendecida donde todos los astros se alinearon, para forjar su más hermosa relación. Como pareja, pero para muchos como amantes eternos.
-La noche esta hermosa César, Sabes? Me gusta contemplar la ciudad de noche.
-Ah entonces tenemos algo más en común.- se poso detrás de ella y la envolvió con sus brazos.
Comenzó besándole el cuello, ese cuello que adoraba besar en cada grabación. Su olor, su bendito olor a channel, una mezcla encantadora con el olor a tabaco. Impregnado en su piel.
-Solo déjame amarte, no te arrepentirás.- se lo dijo a su oído.
Ahí, muy tímida. Llena de miedos, con ganas de liberarlos todos. Se desnudó, quedando solo en ropa interior. Tela de encaje negra. Una hermosa mujer, sin duda. Con su cabello negro,  lleno de ondas. Sus ojos brillaban más que nunca.
César se quitó la camisa azul que traía, sus jeans, zapatos. Solo quedó en bóxers. Estaban de frente, rendidos ante el amor que retenían. Y la única testigo, la luna.
-Eres perfecta mujer, no sé cómo no te han sabido valorar.- le beso la frente, delicadamente.
Así mismo se fueron a la recámara, las prendas habían quedado en el sofá.
-Prefiero quemarme en el infierno, que no hacerte el amor.- la miró derrotado ante el amor.
Ella lo miró a los ojos le tomó el rostro con sus manos y hundió su lengua en su boca. César la recostó en la cama. Él encima de ella besándole cada rincón de su pequeño cuerpo, le desabrocho el brazier negro, ya estaban completamente desnudos entre las sábanas blancas, comenzó a estimularla. Ella se sintió algo incómoda al principio, César lo noto.
-Solo relájate, yo se como hacerlo. No te arrepentirás.
-Bueno, confió en ti- tomó aire y lo soltó.
Poco falto para que Victoria comenzara a torcer su cuerpo completamente soltando gemidos.
-Voy bien?- seguía estimulándola.
-No te detengas...
Continuó solo un poco más, para luego seguir  en la posición clásica del Kama sutra. César ya estaba lo suficientemente sobre estimulado al verla gimiendo a cuerpo desnudo. Él encima de ella, entró de forma lenta, al mismo tiempo le besó la frente.
-Te amo- La miró a los ojos, estando dentro de ella.
Fue la sensación más mágica del mundo. Dos almas se unían en una sola, llenas de deseos.
Comenzaron a moverse lento, poco falto para que Victoria agitara más rápido las caderas y él entendió que debía apurar el ritmo. Le masajeo  los pechos, movimientos circulares. Victoria comenzó a soltar gemidos. Besos, caricias recorrían su cuerpo. Nunca en su vida se había sentido tan amada, tan deseada.
Soltaron el orgasmo al mismo tiempo, así mirada con mirada. Una sensación exquisita. César cayó a su lado. Ella tembló, soltó una pequeña risita.
-Que maravilla- respiraba agitada.
César la abrazo en su enorme pecho- Gracias por permitirme ser tuyo.
-Y yo soy tuya César.- ambos se miraron.
-No sabes lo feliz que estoy, no sabes cuanto tiempo espere para que llegara este momento.
-Ya es realidad. Yo también estoy feliz, sabes?
-Si?
-Te amo.
-Yo también te amo. A partir de hoy estaremos siempre juntos, no importa el tiempo, ni las circunstancias que nos depare la vida ok? Siempre juntos.
-Siempre juntos.- lo besó.
Fin del flashback
-Recuerdo que nos dejaron plantados.- reía- y con el tiempo después Jacqueline me confesó que lo había hecho a propósito. No fue para dejarnos solos.
-Esa Jacque, siempre ayudando. Es inmensa.
-Pero ha sido de gran ayuda todos estos años, una cómplice más.
-Todavía te acuerdas de nuestra primera noche juntos?- Victoria lo miraba.
-Pues si, fue muy mágico cómo se dio todo, porque esa noche en teoría debimos haber cenado con René y Jacqueline, pero ninguno llegó.
-Bueno, por un lado no fue tan malo, nos hicieron un favor jajaja.
-Esa noche es una de las más especiales de mi vida.- seguía abrazándola.
-Para mi también. Esa noche la luna, como siempre fue testigo de nuestro amor. Igual que ahorita.
-Pensar que eso fue hace tantos años, y sigo amándote igual o más que antes.- le besó la frente. La misma frente que amaba besar, la frente que ahora tenía una que otra arruga. Los años no pasaban en vano, sin embargo ambos lograban mantenerse igual de guapos que antes.
-Te amo. Y ya por fin no queda nada para la primera función y andar juntos por el mundo.- le besaba el enorme pecho.
-Ya quiero que llegue el día. Sabes? A pesar de todo lo que ha pasado soy el hombre más feliz de todos. Tú me haces ser el más feliz.
-Y tú para mi eres la luz de mi vida. Tú me has enseñado el amor César. Sin duda el amor contigo es hermoso.
-Sin duda a tú lado soy inmensamente feliz.- la besaba.
...
"Dicen que estamos fuera de control y algunos dicen que somos pecadores. Pero no dejes que se arruinen nuestros hermosos ritmos. Porque cuando me estrechas y me dices qué me amas, miras mis ojos...eres perfección, mi única dirección. Es fuego en fuego"
Gracias por leer ♥︎

Tan enamorados (historia terminada)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora